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Christian Lapetra: "El ascenso es una pugna individual, sin espacio apenas para cuestiones sentimentales"

El presidente del Real Zaragoza describe el momento que se vive a estas alturas de junio en el seno del club blanquillo, a solo siete jornadas para el final de la liga, con el equipo en la 2ª posición en la tabla y en la antesala de recibir a la SD Huesca en La Romareda. Un duelo entre aragoneses devaluado como espectáculo en este modelo de fútbol a puerta vacía con el que se va a concluir la liga 2019-20.

Real Zaragoza. Entrevista a Christian Lapetra / 08-05-2020 / FOTO: GUILLERMO MESTRE [[[FTP PRINCIPAL FOTOGRAFOS]]] [[[HA ARCHIVO]]]
Christian Lapetra, presidente del Real Zaragoza, en los vestuarios de La Romareda.
Guillermo Mestre

De entrada, es muy raro afrontar un partido Real Zaragoza-Huesca con el campo vacío, sin los aderezos propios alrededor de este duelo singular.

Yo quitaría cualquier calificativo que defina este partido de rivalidad regional o derbi. No vamos a jugar esta vez en unas condiciones normales, esas que reúne un partido de estas características. No habrá público; ni aficiones; ni calor ambiental antes, durante y después del duelo. Va a ser un evento extraño para todos los protagonistas. Se ha convertido en una cuestión puramente de interés deportivo, sin repercusión social alguna. Es todo muy anormal, alejado de lo habitual. Ya lo vimos esta semana con el derbi Sporting de Gijón-Oviedo sin gente.

Fútbol totalmente descafeinado.

Así es. Este tipo de partidos, sin público ni el aura que tienen alrededor con la implicación de miles y miles de aficionados, son un ejemplo de lo que es esta nueva modalidad de fútbol. Nada parecido a lo anterior. Pero es la situación que nos toca vivir si queremos avanzar hacia la recuperación, cuando se pueda, de la normalidad en la competición. Debemos evitar que el año sea un fiasco en lo económico y La Liga ha optado por esta salida, que es la única. Al Real Zaragoza, como venimos diciendo desde el principio, es a quien más le perjudica todo esto porque tiene la mayor masa social, una afición muy pegada a su equipo que queda excluida.

La llegada del Huesca a La Romareda en esta recta final del torneo, viendo que los equipos locales sufren sin público, aumenta aún más las alertas.

Es una evidencia que este modelo de fútbol con todo vacío está causando dificultades a quienes juegan en casa. Ya lo habíamos visto en Alemania y lo estamos corroborando en España. Nosotros hemos tenido el infortunio de perder los dos partidos como locales, pero es que todo el mundo ha pinchado en casa contra pronóstico. Habrá que mentalizarse porque el Real Zaragoza se está jugando mucho, defendiendo una posición de ascenso directo a Primera.

¿Se puede llegar a mentalizar al equipo de que esto es un partido de máxima rivalidad aunque no haya ni rastro de la fiesta y el ambiente habitual?

Los futbolistas son sabedores de la situación y conocen los valores del club y las peculiaridades, por ejemplo, de partidos como este. Y en el Real Zaragoza, sobre todo, saben de la importancia de consolidar la posición que ostentamos en la tabla, así que el grado de motivación va a ser igual o superior al de días precedentes. El Huesca es un rival directo, al que podemos dejar atrás con notable distancia en caso de ganarles. Este es un motivo más que suficiente para considerar este partido como algo grande, más allá de que los asuntos de rivalidad y fiesta en las gradas hayan desaparecido.

¿Cómo se está digiriendo dentro del club el zigzagueo del equipo en estos cuatro primeros partidos de la nueva liga, con derrotas en casa y victorias fuera?

Pues como si estuviéramos en una montaña rusa. Un día estás arriba y, en unas horas, abajo. Y el ciclo se repite. Nadie está respondiendo como lo hacía antes del parón en marzo. Hay resultados irregulares, anormales, impredecibles. Cada partido es una lotería, con muchos intangibles. A mí, insisto, cada día que pasa, me sigue pareciendo muy influyente que debamos afrontar estos partidos sin nuestra afición en las gradas.

Después de dos derrotas seguidas como locales, ante el Huesca solo se puede mejorar.

Eso dice la lógica. La victoria en La Romareda ha de estar ya más próxima. Debemos cerrar la portería de nuevo. También eliminar un hándicap que antes no teníamos: el hecho de que no nos adelantamos nosotros en el marcador y nos ponemos siempre por detrás. Esto, sin el input que nos da siempre nuestra afición desde las gradas en los momentos difíciles, nos ha hecho daño ante el Alcorcón y el Almería.

Se palpan ya los nervios y la responsabilidad del final de liga.

No digo que no. Es lo normal, mucho más cuando, como el Real Zaragoza, estás cerca de lograr un ascenso, un objetivo tan ansiado y necesario desde hace muchos años. Es normal que ya haya nervios, esa incertidumbre que rodea al fútbol cada final de curso.

¿Da ya cierto vértigo observar que en solo 20 días se conocerá la resolución definitiva de la liga?

Bueno, 20 días o 30, para aquellos que vayan a la Promoción. No sabemos aún dónde estaremos. Esto es una vorágine de seis semanas y todo muy condicionado por la situación sanitaria. El vértigo es constante, viajas en una burbuja de prevención, en el día, muy controlado… de repente ves que llega ya el quinto partido de once y que ya vamos a pasar la mitad de esta mini liga. Pese a los tropiezos, seguimos estando arriba y el sueño que perseguimos desde hace años está cada vez más cerca.

Si se pudiese manejar de algún modo el futuro, quizá el sueño común en Zaragoza y Huesca es que, al final, subieran a Primera los dos aragoneses.

Yo, como aragonés, me sentiría orgulloso de que los dos equipos aragoneses lograran el objetivo del ascenso. Pero mi corazón es zaragocista y soy presidente del Real Zaragoza. El sueño nuestro está por encima de cualquier otra consideración. Y solo pienso en que se cumpla, por tanto como significa en todos los ámbitos del club, mucho más después del enorme esfuerzo que estamos haciendo en las últimas seis temporadas. Esto es una oposición en la que cada cual quiere obtener su plaza por encima de los demás. Es una pugna individual, sin espacio apenas para cuestiones sentimentales. Necesitamos estar en Primera, en nuestro sitio natural.

Cuestionario rápido

¿Cuáles son sus tres apuestas para subir a Primera? 

Cádiz, Real Zaragoza y Almería.

¿Tiene alguna superstición antes de los partidos?

 Llevo siempre una corbata azul.

¿Ha hecho alguna promesa en caso de ascender? 

Sí, una. Me raparía el pelo al cero. Es una promesa hecha con Pombo hace dos años, que se quedó por cumplir.

¿Sueña por las noches con el fútbol y con el final de la liga? 

No. Duermo tranquilo.

¿Qué es más peligroso, un penalti en contra o el VAR? 

El VAR. Para lo otro, tenemos a San Cristian Álvarez.

¿Ha tenido ganas de abandonar el palco alguna vez por nervios o enfado? 

No. Nunca.

Diga el porcentaje en el que el fútbol es hoy una industria y un sentimiento romántico. 

Es un 60% negocio y 40% de vis romántica.

¿Sería capaz de aguantar los siete partidos que restan viéndolos por televisión u oyéndolos por la radio? 

No. Imposible.

Haga su pronóstico sobre el marcador que se va a dar en este duelo de rivalidad en La Romareda.

Ganamos 2-0 y superamos así el 'golaverage'.

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