Una noche que sigue viva

El Real Zaragoza conquista la Recopa de Europa en el Parque de los Príncipes de París tras derrotar al Arsenal (1-2)
El Real Zaragoza conquista la Recopa de Europa en el Parque de los Príncipes de París tras derrotar al Arsenal (1-2)
Moncín/Duch/Mestre/HERALDO DE ARAGON

Pasa el tiempo y, sin embargo, la Recopa perdura reciente, muy viva en nuestra memoria. Parece que no caiga sobre ella la pátina amarilla del paso de las estaciones y los calendarios. Veinticinco años después, siguen frescas en la memoria colectiva imágenes de aquel partido inolvidable: el momento del impacto de la bota de Nayim sobre el balón, la caída impotente de Seaman (guardameta del Arsenal), que acaricia el cuero y no puede evitar lo inevitable, las lágrimas de Gustavo Poyet, la carrera de Miguel Pardeza, la alegría de Víctor Fernández, la estampa de Fernando Cáceres subido sobre el travesaño de una de las porterías del estadio del Parque de los Príncipes de París o las imágenes de miles y miles de aficionados del Real Zaragoza desbordando felicidad por la gesta. 

Pasa el tiempo y de tanto en tanto nos volvemos a asomar a ese encuentro como si fuera nuevo, como si no conociéramos qué viene después o nos fuera a sorprender el extraordinario gol marcado por Juan Esnáider, tanto que, pese a su impecable factura, siempre tendrá que existir a la sombra del milagro de Nayim. Aquel partido nos marcó como zaragocistas y aragoneses. Por siempre. Subimos un peldaño más. Atravesamos una frontera. Acaso de alguna manera todos pisamos un olimpo, o al menos el olimpo de los dioses del fútbol al que nos permitieron acceder Víctor Fernández y sus futbolistas. Siempre nos quedará París, ciudad de la luz, del amor, la pintura, la poesía, la cultura... y de nuestra maravillosa historia acerca de la Recopa.

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