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El Real Zaragoza jugó 8 partidos en campos de colistas en los últimos 4 años

El de Oviedo, el próximo domingo, será el 9º desde la temporada 15-16. Los antecedentes hablan de 4 victorias aragonesas, 3 empates y solo una derrota.

La Condomina vieja, Murcia. Feudo eventual del UCAM Murcia en la liga 16-17, hace tres temporadas. Allí fue el Real Zaragoza a jugar con el colista equipo murciano y perdió 1-0 en enero de 2017. Edu García, Cabrera, Marcelo Silva y Jesús Valentín son los zaragocistas en imagen.
La Condomina vieja, Murcia. Feudo eventual del UCAM Murcia en la liga 16-17, hace tres temporadas. Allí fue el Real Zaragoza a jugar con el colista equipo murciano y perdió 1-0 en enero de 2017. Edu García, Cabrera, Marcelo Silva y Jesús Valentín son los zaragocistas en imagen (también se adivina, con el 9 en el pantalón, a Ángel.
Daniel Marzo

El Real Zaragoza actual está ya en proceso de preparación de un partido con tintes extraordinarios, el del domingo próximo en Oviedo ante un rival con ínfulas de grande que, sin embargo, ha empezado el año trabado, fatal, hasta tal punto que es colista tras 7 jornadas, con solo 2 puntos de 21 disputados. Un desastre el ovetense, que marca cotas de récord negativo histórico. 

Ese es el peligro tremendo que destila la cita en el Carlos Tartiere para los de Víctor Fernández. Para un Zaragoza que lleva desde el día 1 de competición en la zona alta de la tabla, el duelo en la capital de Asturias es un reto cargado de veneno: si gana, hará lo lógico vistas las circunstancias del adversario. Si no lo logra, la sensación de insuficiencia se agrandará por lo mismo. Llega, por lo tanto, un partido que tiende a ser poco agradecido para los aragoneses, pase lo que pase. 

Existe, por otra parte, la tendencia a pensar que el Real Zaragoza ha sido, históricamente, un 'equipo aspirina' en días así. Es decir, que cuando visita a rivales en sumos apuros, suele patinar y les alivia los dolores y la gravedad de los problemas clasificatorios del afectado prójimo. Cierto es que, en el cómputo de décadas y décadas de vida, varios episodios de ese tenor ha habido. Pero tampoco es una tendencia, ni nada habitual. Tiene mucho de mantra. Es más un soniquete de barra de bar que la realidad. 

Baste un análisis rápido, puntual y reciente de casos como el que se va a vivir en Oviedo en pocos días para salir del tópico. Recojamos las muestras de las últimas 5 temporadas, las más próximas en el tiempo. Todas, obviamente, en Segunda División.

Y ahí, en ese microscopio, observamos 8 partidos como el de Oviedo. Es decir, con la liga ya lanzada, pasadas las dos o tres primeras jornadas de nulo valor estadístico porque sus números no son aún relevantes, el Real Zaragoza ha vivido 8 partidos en los campos de equipos que lo recibieron en la última posición de la clasificación. O sea, desesperados, nerviosos, agitados en sus adentros, con crisis institucionales, técnicas y sociales. 

Este es el resumen de la analítica, partiendo de lo más cercano en la cronología y retrocediendo en el calendario hasta 2015, de los partidos del Real Zaragoza en la casa de los últimos clasificados:

Temporada 2018-19

  • Jornada 36ª    CÓRDOBA-RZA-  0-3
  • Jornada 13ª    G. TARRAGONA-RZA- 1-3

Temporada 2017-18

  • Jornada 11ª   SEVILLA AT.-RZA-  2-2

Temporada 2016-17

  • Jornada 35ª   MIRANDÉS-RZA-  0-1
  • ​Jornada 22ª   UCAM MURCIA-RZA-  1-0
  • ​Jornada 5ª     G. TARRAGONA-RZA- 0-0

Temporada 2015-16

  • Jornada 16ª   BILBAO ATH.-RZA-  0-1

Temporada 2014-15

  • ​Jornada 24ª   SABADELL-RZA- 0-0

El año pasado, los dos momentos gemelos se saldaron con sendas victorias con resultados holgados: 0-3 ante un Córdoba que ya estaba desahuciado a poco del final del curso (ya con Víctor Fernández en el banquillo y un triplete de M. Gual) y 1-3 en Tarragona en la primera vuelta, aún con Lucas Alcaraz como entrenador (sería su única victoria en 8 partidos). El Real Zaragoza cumplió con sus mandatos.

La temporada anterior, el equipo blanquillo de Natxo González visitó al Sevilla Atlético en la jornada 11ª, con los filiales hispalenses últimos, con solo 4 puntos y hundidos pese a ser tan pronto en la liga. Ahí, el Zaragoza empató por los pelos, 2-2 (goles de Borja Iglesias), tras ir perdiendo hasta dos veces, por 1-0 y 2-1. Fue un patinazo, un mal partido, un fiasco saldado con un punto que, en cierto modo, atenuó las críticas negativas, que fueron inevitables. 

Hace tres campañas, al agónico Zaragoza que pasó por las manos de Milla, Agné y Láinez le tocó visitar colistas hasta en 3 ocasiones. En la última, con Láinez, casi firmó la salvación después de un año terrible: en la jornada 35ª visitó al moribundo Mirandés y lo derrotó por 0-1, gol de Ángel

Antes, al inicio de la segunda vuelta, con Agné todavía al frente del vestuario, se produjo la única derrota de esta serie: fue en La Condomina vieja, rescatada para el fútbol profesional por el efímero UCAM Murcia, que ganó 1-0 a un pésimo Zaragoza pese a estar en el fondo de la tabla (tenía 20 puntos el 21 jornadas el cuadro universitario). Ese día las alarmas saltaron en la sede zaragozana. Y las bofetadas al elenco deportivo fueron de tamaño superlativo.

Antes, al inicio de aquel curso, en la jornada 5ª y con Milla en su breve fase de inicio de liga, el Zaragoza viajó a Tarragona para medirse a un Nástic colista, 22º con solo 3 puntos. No pasó del empate sin goles (0-0) un pobre equipo blanquillo. El hecho de puntuar, tras varios marcadores potables de principios de curso, difuminaron esa noche la decepción. 

Antes, en la temporada 15-16, hace 4 ligas, el Real Zaragoza de Ranko Popovic pasó por un estadio propiedad del colista. Fue en la jornada 16ª, en el Nuevo San Mamés, ante el joven filial del Athletic de Bilbao. Ganó el equipo aragonés por 0-1, gol también de Ángel. Era el puente de la Constitución y la Inmaculada, ya en diciembre, y el Zaragoza acabó esa jornada 3º, a un punto del 2º y a dos puntos del líder. La locura de aquella campaña hizo que 18 días más tarde la presión popular de una parte del zaragocismo llevase a los dirigente a adoptar una medida increíble: destituir al técnico serbio antes de la Navidad (el director deportivo, Ángel Martín González, se fue con él de la mano). Aquello acabó en junio en Palamós, contra el Llagostera, con Lluís Carreras en el banquillo y Narciso Juliá en la dirección deportiva, en la mayor catástrofe de esta era en Segunda.

Y, por último, hace 5 temporadas, en la 14-15 en la que el equipo de Popovic estuvo a solo 6 minutos de subir a Primera en la Promoción ante Las Palmas, también se jugó una vez en casa de un colista. Fue en la jornada 24ª, cuando el Real Zaragoza viajó a Sabadell y no pasó de un feo 0-0. Pero, como el equipo venía de una racha de cuatro victorias consecutivas con anterioridad, eso hizo de atenuante y diluyó críticas profundas a una noche mal jugada. 

Como se puede colegir, el balance del Real Zaragoza, en su fase más moderna, en este perfil de partidos ante los últimos clasificados, no es malo. Ganó en Córdoba, en Tarragona, en Miranda y en Bilbao. Empató en Sevilla, en Tarragona (otra vez) y en Sabadell. Y solo perdió en Murcia. Con 10 goles a favor y 4 en contra. Con 15 puntos sumados de 24 dirimidos en tales circunstancias. Ahora, Oviedo será el siguiente eslabón de este collar. 

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