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Unos extremos de pie izquierdo

La confección de la plantilla del Real Zaragoza presenta un extraño desequilibrio en los atacantes de banda: todos son futbolistas zurdos

Víctor Fernández, durante uno de los entrenamientos del Real Zaragoza en Boltaña.
Víctor Fernández, durante uno de los entrenamientos del Real Zaragoza en Boltaña.
Daniel Marzo

La planificación de la plantilla del Real Zaragoza se ha enfocado hacia un sistema 4-3-3 y sus variantes (4-2-3-1) en la que los extremos y mediapuntas de banda serán los encargados de fomentar la amplitud y potenciar la profundidad del modelo de juego. Víctor Fernández ya advirtió hace unos días en su análisis de la pretemporada que el equipo tendría, en este sentido, un comportamiento asimétrico, al margen de la organización o dibujo táctico que pudiera presentar el Real Zaragoza sobre el campo en un partido u otro. ¿A qué se refería Víctor? Su idea se basa en la combinación de dos extremos de comportamientos desiguales: uno fijado a banda, es decir, instalado a pie natural preferentemente. Y el opuesto, con libertad para pisar espacios interiores, liberando el carril exterior al lateral correspondiente.

Esta teoría de Víctor Fernández ha conducido la confección de la plantilla en su apartado de extremos y atacantes de banda hacia un punto de cierta radicalización posicional, al menos, hasta el momento. Todos estos perfiles, más allá de su propio registro y naturaleza complementaria y versartilidad, se cortan por un mismo patrón: todos los extremos o similares son zurdos, despojando, de momento, al Real Zaragoza de la variedad y riqueza que significaría un atacante de banda diestro, por las alternativas que puede suponer de cara a un planteamiento concreto, a un rival determinado o a un guión de partido que lo precise. O a una simple lógica táctica.

Para el flanco izquierdo, Víctor Fernández cuenta con Álex Blanco y la opción que ofrece Raphael Dwamena, delantero con tendencia a caer a banda y partir desde un costado. Víctor ya abundó en esta figura el año pasado con Álvaro Vázquez, diestro en este caso, con salida natural hacia dentro. Blanco y Dwamena son zurdos. Como lo son los otros tres hombres de la segunda línea llamados a ocupar espacios interiores desde la derecha, o posicionarse en ese flanco: Pep Biel, Papunashvili y Soro -mediapuntas- son también zurdos. Del mismo modo que Álex Blanco puede romper desde la derecha, Biel y Soro se pueden adaptar a la banda izquierda. En total, cinco futbolistas de mismo pie.

Queda Pombo, el único diestro, una pieza cuyas virtudes se potencian especialmente cuando traza diagonales desde la izquierda. Sin embargo, el canterano está en la rampa de salida. Si finalmente deja el Zaragoza, queda abierta la posibilidad de que el club intente incorporar un futbolista más de ataque. Sería en los pasos finales del mercado, cuando sobren piezas, bajen los precios y surjan oportunidades. Habrá que ver entonces el género en oferta y por qué camino apuesta Víctor Fernández a la hora de completar la línea ofensiva: si con otro delantero, si con un mediapunta de ámbito interior, si por un extremo diestro que equilibre la plantilla y aumente su riqueza posicional… O incluso si se decide por otro zurdo más.

Dentro del actual plan, Víctor Fernández cuenta con otros dos jugadores a los que el pasado año dedicó papeles de extremo cuando sus puestos naturales eran otros. Es el caso de Raúl Guti, diestro, a quien alojó en la derecha en algunos partidos, y de James Igbekeme, zurdo, con quien insistió en banda izquierda hasta que pasó al centro y tuvo un efecto multiplicador en el juego del equipo. Fueron recursos de urgencia dado que el diseño de la plantilla estuvo enfocado hacia otro sistema, sin extremos naturales. No hubo entonces, con el 4-4-2 en rombo y sus variante como referencia al inicio del curso, extremos diestros, aunque sí lo hubo zurdo con posición en la izquierda: Diego Aguirre, con quien no contó prácticamente ninguno de los tres entrenadores de la temporada.

Zurdos, pero distintos

Dentro del catálogo de extremos que maneja Víctor para su sistema, aparecen diferentes perfiles. El más clásico y puro es Álex Blanco, zurdo cerrado, profundo y vertical, de pisada exterior. Su lado preferente es el natural, en la izquierda, pero también suele abundar su fútbol en la derecha, con salida por dentro, como se vio por ejemplo contra el Boltaña. Dwamena es un delantero al que le gusta partir desde el flanco izquierdo o ubicarse en esa zona de acción, una posición que conoce de su etapa en Suiza. Papunashvili, Pep Biel y Soro son más semejantes, mediapuntas centrales en esencia cuyo juego en banda tiende hacia el interior, con más funciones de creación y asociación que de desborde y desequilibrio. Quizá Soro sea el más proclive a caer a su lado natural, pero los tres futbolistas han sido frecuentemente extremos derechos en el Zaragoza.

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