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Leyre Urdiáin, la sonrisa del 6,75: "Está tocada por una varita"

La escolta del Casademont, que debutó el curso pasado con solo 15 años, es una máquina perfecta de convertir triples en la élite. Anota el 100% de lanzamientos con un espectacular pleno de 4/4.

Leyre Urdiáin sonríe mientras realiza el gesto de tres puntos, en el partido ante el Bembibre.
Leyre Urdiáin sonríe mientras realiza el gesto de tres puntos, en el partido ante el Bembibre.
Casademont Zaragoza

Tiene solo 16 años, pero el pabellón Príncipe Felipe ya ha coreado su nombre en más de una ocasión. Leyre Urdiáin, canterana del Casademont Zaragoza, es una joven y prometedora jugadora de baloncesto que acaba de iniciar su etapa júnior. Es decir, su 1,75 de estatura está todavía en plena fase formativa. Después de debutar el curso pasado con la primera plantilla, cuando solo era una cadete de 15 años, esta temporada está inmersa como una más en el equipo de Carlos Cantero.

No es la más alta, la que más anota ni la que mejor defiende. Pero, curiosamente, sí es una de las jugadoras más queridas. Fuera, pero también dentro del vestuario, donde no deja de sorprender a compañeras y técnicos con muchísimos más minutos de baloncesto en las manos. Urdiáin es una máquina perfecta de convertir triples, tal y como acreditan los cuatro que ha anotado en la élite -dos en la Liga Femenina Endesa, uno en la Euroliga y otro en la Copa de la Reina-.

El último llegó esta pasada jornada, en las postrimerías de un encuentro ya decidido frente al Embutidos Pajariel Bembibre. De momento, así son las comparecencias de Urdiáin con el Casademont, en partidos ya resueltos donde los últimos minutos se utilizan para otras cuestiones más allá del resultado. Pero, cuando la alero salta a la pista, la emoción de si habrá o no triple es palpable en el ambiente.

“¿Meterá hoy triple?”, se preguntaban el domingo dos aficionados del Casademont en la grada del Príncipe Felipe. Restaban menos de dos minutos, tiempo más que suficiente para que la joven convirtiera los dos lanzamientos que ejecutó desde más allá del 6,75. Ambos tiros, sin bote previo, levantaron al Príncipe Felipe de su asiento, mientras Urdiáin retrocedía hacia su propio campo con una enorme sonrisa en su rostro.

En el banquillo, jugadoras como Fiebich o Holesinska comentaban la jugada con evidentes gestos de incredulidad. “Me ha dejado mal, porque al final la saco poco… Leyre está muy bien, en un gran momento físico, incluso mejor que algunas del primer equipo. Yo sé que es capaz de salir y meter esos triples. Está tocada por una varita, tiene la confianza de que balón que tira, balón que mete. Ojalá pudiera darle más minutos”, afirmó su entrenador, Carlos Cantero.

El idilio de Urdiáin con el triple comenzó en la inolvidable última Copa de la Reina. En los cuartos de final, contra el Araski, una cadete de solo 15 años se presentó a España con un formidable lanzamiento desde más allá del arco. El pasado 4 de octubre, contra el Sepsi rumano, la alero tomó la alternativa en la Euroliga. Y, ¿saben cómo se estrenó en la mejor competición de Europa? Exacto, convirtiendo un triple con el marcador ya resuelto.

Así es Leyre Urdiáin, una jugadora diferente que, a pesar de tener todavía un largo y duro camino por delante hacia el profesionalismo, no deja de sorprender al mundo de la canasta con su infalible acierto desde la posición de tres puntos.

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