baloncesto
El Granada hunde al Casademont Zaragoza en el fondo de la clasificación (78-70)
El equipo de Fisac no dio la talla y cayó ante el anterior colista.
El último también es mejor que el Casademont Zaragoza. Sí, el Covirán Granada, que todavía no había cantado victoria en el actual curso en la ACB. Ahora llevan los mismos triunfos que el cuadro que gestiona Porfirio Fisac y encima nos han traspasado ese farolillo tan poco brillante de color rojo. Los últimos ahora somos nosotros… Nos hundieron. Lo peor es que tenemos poco a lo que agarrarnos. Acaso un Okafor de NBA en ataque, pero solo un ratito y en el segundo cuarto, que es mucho acotar en la búsqueda de un líder en un colectivo sin rumbo y sin alma.
Para animar un poco la moral, solo podemos referirnos al futuro, siempre con el deseo de que nunca tengamos que acordarnos del triple que desde bien lejos, desde la plaza del Albaicín, se marcó sobre la bocina Thomasson, un reserva del Manresa que este domingo parecía de Euroliga. Esa canasta de tres puntos desde media pista establecía un marcador de 78-70 que, reitero, ojalá no tengamos que recordar en abril. Junto a Cheathan, otro jugador formado en los arrabales del mapamundi baloncestero y rescatado por el Granada de las penurias del Fuenlabrada, abanderaron la victoria nazarí con 25 y 23 puntos, respectivamente. Cheatham incluso firmó el partido de su vida en España. De su vida es de su vida, literal… Un día anotó 19 puntos con el Fuenla. Este domingo, seis más.
Con Thomasson, con Cheatham y con un poquito del brasileño Felicio por dentro, el Granada superó con holgura a la nada que tuvo frente a sí. Porque meterle 70 puntos a un conjunto que había encajado 95 de media en las cinco primeras jornadas es nada. Sin rigor defensivo en ninguno de los dos colectivos, los 148 puntos globales facturados retrataron las miserias del pozo clasificatorio. Ganó el que menos se equivocó. O quizá el que más le echó. Y es que, ante tal carencia cualitativa, la capacidad volitiva suele ser determinante. Lo fue.
Y eso que en el arranque aún hubo acierto. Porfi Fisac apostó por Bell-Haynes, Miguel González, Emegano, Sulejmanovic y Watt de salida. Desde el inicio, Thomasson, Cheatham y algo de Felicio marcaron el terreno. Contestó en el arranque un Miguel González que fue de lo poco destacable del Casademont. Sí, Bell-Haynes parece que la bota como Andre Turner, pero no, ni Bell-Haynes aunque la bote bien… Y atrás, el mejor fue el ausente Kravic… Duele cuando la yema pulsa la tecla, pero es así. El caso es que el trío granadino se bastó y se sobró para derrotar a un rival invertebrado en el mejor de los casos e inexistente en la peor de la casuística.
Solo Okafor fue capaz de emerger en ataque en mitad de la nada. Tan genial como intermitente, con 11-11 Okafor dijo dadme la pelota a mí. Y así, todo un número 3 del ‘dratf’ de la NBA anotaría entre el primer y segundo cuarto los 15 puntos siguientes de su equipo. Del referido 11-11 al 26-26, esta última anotación rubricada con un triple. Antes, se había pasado por la primera meta volante con 26-21, con una valoración global de 35 a 19 mucho más clara a favor de los andaluces.
Incluso Santi Yusta puso por delante al Casademont al anotar una técnica señalada al técnico local Pablo Pin, un entrenador con apellido de clave electrónica que ayer supo hallar mucho mejor que Fisac con las claves del partido. La primera ventaja aragonesa llegaba tras seis minutos de sequía anotadora nazarí. Hasta el descanso, Thomasson y Cheatham se volvieron a echar al Granada a sus espaldas para alcanzar el intermedio con una sustancial renta (40-32) tras un segundo cuarto repleto de desacierto (14-11). Se perdía por ocho puntos, pero la tablilla estadística del Casademont era para echarse a temblar. Solo se salvaba Okafor con 18 de los famélicos 30 créditos de valoración que nos condenaban. La duda residía en si su exhibición particular robustecía al colectivo: 15 puntos, pero solo un rebote en defensa... o lo que Okafor entiende por defensa. En cualquier caso, Okafor era lo único que tenía el Casademont que llevarse a la boca.
Solo sostenido por Okafor, el Casademont se desvaneció cuando su estrella dejó de anotar. El dato es tan explícito como las referencias anteriores al pívot aragonés: desde el 26-26 no volvió a anotar hasta la última canasta zaragozana, la que hizo subir al marcador el punto 70. En la última meta volante (59-48), Okafor seguía con los referidos 15 puntos. Entonces, el diferencial de valoración (77 por 40) ya era mucho más sonrojante que el tanteador. Qué decir de los rebotes: 32 por 19.
Un triple de Miguel González aún apadrinó una mínima esperanza (65-57). Incluso (¡por fin!) Bell-Haynes, además de botar de lujo la pelotita, se atrevió a penetrar. Okafor, después de una sequía insoportable, puso al Casademont a cinco puntos (75-70). Apenas quedaban cinco segundos. Pin pidió tiempo muerto. Fisac rogó no hacer falta para que el Granada no anotara. Incluso cambió a Okafor por Sulejmanovic para cerrar mejor un hipotético rebote defensivo. Estaba claro que los dos técnicos sabían de la trascendencia no solo de la victoria, sino del ‘average’. Y llegados aquí, todos esperando que acabara el calvario y dispuestos a olvidar cuanto antes el partido perpetrado, llegó Thomasson y encestó un triple que anhelamos no recordar en unos meses. Así estamos, últimos y hundidos por el anterior colista, el Granada.
Ficha técnica:
78 - Covirán Granada (26+14+19+19): Costa (7), Thomasson (25), Tomás (0), Cheatham (23), Kairys (0) -cinco inicial-, Ziv (4), Kramer (5), Martínez (0), Felicio (8), Konontsuk (4), Iriarte (2).
70 - Casademont Zaragoza (21+11+16+22): Bell-Haynes (8), González (8), Watt (8), Omegano (11), Sulejmanovic (0) -cinco inicial-, Yusta (6), Langarita (0), Gielo (0), Smith (9), Okafor (17), Cinciarini (3).
Árbitros: Benjamín Jiménez, Alberto Baena y Cristóbal Sánchez Cutillas. Sin eliminados.
Incidencias: Partido de la sexta jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de los Deportes de Granada ante 7.051 espectadores (dato oficial).
Así hemos contado el partido
