El Casademont Zaragoza lleva tiempo buscando la pieza clave sobre la que edificar su futuro. En su día se dijo que sería Aday Mara, pero el pívot zaragozano prefirió enrolarse en la aventura estadounidense. También se puso énfasis e interés en que Stefan Jovic fuera quien pilotara los designios del equipo, pero su buena actuación en el Mundial hizo que Valencia posara sus ojos (y su talonario) sobre el serbio.

Dando un repaso a la plantilla del presente año, hay un jugador que brilla de forma sostenida más que el resto y no es otro sino el base canadiense Trae Bell-Haynes. Aunque sus inicios de rojillo fueron complicados -con una lesión de hombro incluida- el jugador está haciendo buenos números, cuajando grandes actuaciones y el Casademont va a hacer todo lo posible por retenerlo en sus filas. No será fácil, dado que -cuentan- podría haber equipos de Euroliga interesados en sus servicios, pero el club -a pesar de que tiene un año más de contrato- ya le ha ofrecido una propuesta de ampliación para tratar de salvar la siempre tortuosa cláusula de salida, que expira el próximo mes de junio.

Si Bell-Haynes ya llamó la atención en su debut en España en las filas del Breogán, esta temporada en el Casademont ha mejorado incluso sus números de su primer año. Está en un promedio de 12,7 puntos y 5,4 asistencias por partido para un 15,3 de valoración. El jugador, además, parece encontrarse a gusto en la ciudad y siempre es de los más aclamados por la afición. Dos botones de muestra para esta afirmación: el pasado sábado tras la victoria contra Obradoiro fue de los últimos en retirarse después de atender a toda la chavalería que quería hacer fotos con él. Además, en el entrenamiento de puertas abiertas de hace una semana también fue de los más buscados y se le vio feliz celebrando su triple desde el medio del campo. Fuera de la cancha parece haber hecho buenas migas con Santi Yusta y en los entrenamientos se le ve continuamente bromear con el resto de sus compañeros.

Otra gran ventaja de Bell-Haynes como hipotético jugador franquicia es que el internacional canadiense es joven (28 años le contemplan) y cuenta con pasaporte jamaicano por lo que figura como ‘cotonú’, condición que da mucho margen de maniobra a la hora de confeccionar la plantilla. El Casademont debería tratar de aferrarse, al menos, a la 12ª plaza de la liga para asegurarse competición europea y así ser también un destino sugerente a la hora de tentar fichajes o ampliaciones de contrato. Entre las actuaciones más destacadas de Bell-Haynes, de hecho, figura algún partido europeo como el de vuelta de los cuartos de final contra el Ninners Chemnitz, en el que facturó 31 puntos sin apenas fallo en el tiro y con 5/6 en triples. En la competición doméstica hay que recordar también que el canadiense consiguió el récord histórico de asistencias del club en el partido contra el Barça del pasado 10 de diciembre, donde firmó 13 pases de canasta y contribuyó a la sorprendente victoria del Casademont por 101-99. Su tope de valoración esta temporada con 32 dígitos lo obtuvo en el partido también en el Príncipe Felipe contra el Joventut, el 28 de octubre, con otra contundente victoria por 113-83. Hay dos registros máximos en los que aún conserva sus datos de Breogán como son los de rebotes (7 es su tope) y los de tapones (3), hecho meritorio siendo un base de 1,88 de estatura.

Bell-Haynes ha sufrido mucho este año al verse demasiado solo en el puesto de base (recordemos, entre otros infortunios, la marcha voluntaria de Cinciarini), pero ahora sí está arropado por Cuevas y Andronikashvili e, incluso, alguna vez Porfirio Fisac lo ha utilizado como escolta. Esta temporada ha mejorado ligeramente su porcentaje de tiro respecto a su etapa en Lugo (de 49% a 55,8% en tiros de dos y de 37,6% a 39,4% en triples), pero la mayor de sus virtudes está en su capacidad para ser vertical (es una gozada verle introducirse entre rivales en la zona) y en correr rápido el contraataque para conseguir puntos fáciles.