deportes y salud

Nueva vida para la piscina del Pompiliano: se especializa en matronatación

Los anteriores gestores dejaron de prestar servicio con la pandemia. Ahora, una joven emprendedora ha recuperado la actividad en esta instalación de Zaragoza que funciona con el nombre de Altay.

Durante las sesiones, los bebés aprenden que se pueden desplazar en el agua
Durante las sesiones, los bebés aprenden que se pueden desplazar en el agua
H. A.

Cansada de no encontrar un trabajo de profesora de natación que le permitiera independizarse y vivir de ello, Alba Fernández decidió embarcarse en una nueva aventura y crear su propia empresa para ofrecer este servicio. Desde marzo de este año lo hace en la piscina del colegio Pompiliano de Zaragoza (paseo Ruiseñores, 28), instalación que llevaba cerrada desde la pandemia porque los anteriores gestores no pudieron sostener la situación económica. "Me enteré a través de una conocida de que la piscina estaba disponible. La adecenté y actualicé un poco y la uso en régimen de alquiler, porque es propiedad de las monjas escolapias", explica esta emprendedora de 27 años.

El deporte siempre ha sido su pasión y, aunque ha sido entrenadora personal y ha trabajado en gimnasios, en la piscina es donde ha encontrado su vocación. "Nada me llena tanto como ayudar a los demás a aprender a nadar o a mejorar su técnica", explica Alba, cuya metodología de enseñanza se basa en intentar que los alumnos, sobre todo los niños, vayan a natación contentos. "Trato de enfocar las clases de forma que aprendan pero que también se diviertan, que quieran venir. Es muy importante saber nadar y sobrevivir en el agua porque todos los años mueren niños ahogados en Zaragoza", comenta. Así, las sesiones que se imparten en la piscina Altay (como se llama desde que la gestiona Alba) constan de una parte de aprendizaje sin juguetes y otra final de juego. 

"Nada me llena tanto como ayudar a los demás a aprender a nadar o a mejorar su técnica"

Actualmente, 120 alumnos integran su escuela, donde además de dar clases de natación tanto para los alumnos del colegio Pompiliano como para otros niños y adultos, también se ofrecen sesiones de matronatación. "Esta piscina está enfocada a bebés porque el agua no está hiperclorada y siempre se mantiene a 30 grados. Lo habitual es que estén a 27, 28 o como mucho 29 pero casi ninguna en Zaragoza tiene esta temperatura", explica Alba. Ella se ha especializado en estas clases en las que participan madres o padres con sus hijos en brazos. "La alumna más joven tiene cuatro meses, aunque con esa edad hay que preguntar antes al pediatra. A partir de los seis, ya se puede venir sin ningún problema", añade. 

Durante las sesiones, los bebés aprenden que se pueden desplazar en el agua, por ejemplo, moviendo las piernas. También se les enseña a lanzarse al agua a la señal de "preparados, listos, ya", como herramienta de seguridad. "Desde los seis meses ya son capaces de saber que hasta que su madre o padre no dice la palabra ‘ya’, no pueden saltar al agua", explica Alba, en cuyas clases de matronatación también se practican inmersiones con los bebés. "Es lo más espectacular y se consigue que aprenda a bucear o, simplemente, cierre la boca y los ojos cuando se zambulle en el agua. Así, en el caso de que se cayera a una piscina o, jugando, metiera la cabeza, ya sabe lo que tiene que hacer. Aunque parezca mentira, los niños de hasta 8 o 9 meses son los que mejor lo aprenden porque, al ser tan pequeños, todavía tienen el recuerdo de cerrar la gloria de forma automática cuando estaban dentro de la tripa de su madre".

Actualmente, 120 alumnos integran la escuela de natación en la piscina del Pompiliano de Zaragoza
Actualmente, 120 alumnos integran la escuela de natación en la piscina del Pompiliano de Zaragoza
H. A.
"Esta piscina está enfocada a bebés porque el agua no está hiperclorada y siempre se mantiene a 30 grados. Lo habitual es que estén a 27, 28 o como mucho 29 pero casi ninguna en Zaragoza tiene esta temperatura"

Si algo caracteriza tanto a estas clases como al resto de actividades acuáticas que se ofrecen en la piscina Altay es que son muy personalizadas. En el caso de la matronatración esto es especialmente importante ya que hay alumnos que tienen seis meses y otros tres años. "Se diferencia mucho sobre todo a nivel de comprensión, por eso cada uno puede estar haciendo un ejercicio diferente". El curso, en este caso, se plantea por objetivos y se avanza conforme se van consiguiendo. Al mismo tiempo, si alguien se incorpora con el curso empezado, no hay problema, ya que comenzará por el primer hito.

"El primer día lo más importante es que los bebés disfruten del medio y que se adapten a él. También se practica el desplazamiento, tanto boca abajo como boca arriba. Al final de la clase se hace un juego, trabajando el objetivo pero con juguetes", explica Alba. Más adelante se toma contacto con materiales y se practican flotaciones autónomas o acompañadas, entre otras cosas. 

Junto con la matronatación, que a día de hoy es el servicio más demandado en la piscina del Pompiliano, Alba espera poder lanzar a final de este curso otra actividad, la natación para embarazadas. "Una vez metida en el mundillo me he dado cuenta de que es un servicio que no se ofrece en Zaragoza. He estudiado un máster sobre ello y quiero sacar clases pronto". Entre esto, las sesiones de piscina de la asignatura de Psicomotricidad para los alumnos de Primaria del colegio, los cursillos para adultos y para niños que no son del centro, o las clases individuales que también imparte, a los dos meses de abrir Alba se dio cuenta de que no podía sola con todo. "Estaba sola para todo: mantenimiento, márquetin, las clases, la recepción… Era una locura y en cuanto pude permitírmelo contraté a una persona. Fue todo un acierto", asegura. Desde entonces su compañero se encarga de las actividades con niños y ella de los bebés y adultos. 

En estos ocho primeros meses de andadura, Alba se ha centrado en poner en marcha su empresa, Altay Acuáticas, y en dar a conocer que la piscina del Pompiliano está abierta de nuevo. Para conocer más sobre sus servicios, se puede contactar con ella por teléfono (658 50 67 50), por correo electrónico (altayactividadesacuaticas@gmail.com) o a través de su página de Instagram (@altayacuaticas).

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