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Más allá de la meditación: 5 razones por las que incluir el yoga en su rutina deportiva

Esta práctica física, mental y espiritual trabaja numerosos grupos musculares, mejorando así la fuerza, la elasticidad o el equilibrio, entre otros beneficios.

Esta actividad tienen grandes beneficios físicos y psicológicos para quien la practica.
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Aunque a muchos los 'asanas' (las posturas) les puedan parecer reposados e, incluso, ridículos, el yoga es una disciplina que requiere fuerza, equilibrio y concentración. De hecho, cada vez son más los que han visto en esta práctica milenaria la aliada perfecta para trabajar cuerpo y mente, llegando a convertirse en un auténtico 'boom' que, incluso, tiene su propio día internacional (21 de junio). Quizá la fama se deba a que esta actividad física produce enormes beneficios físicos y mentales en quien la practica o, quizá, a que es una disciplina de exigencia progresiva que permite que cualquiera, sin importar su capacidad física, se inicie en una modalidad que, poco a poco, va exigiendo una mayor destreza corporal para lograr la perfección.

Cinco buenas razones para hacer yoga

  • Favorece la pérdida peso

    La actividad muscular que se realiza mediante los asanas quema menos calorías que si, por ejemplo, estamos una hora pedaleando a buen ritmo por caminos. No obstante, con las variantes más tranquilas se gastan casi 300 kcal., aunque con el hot yoga o el bikram (actividades que se realizan en salas climatizadas a unos 40 ºC) pueden consumirse casi 600. Eso sí, como cualquier deporte, el yoga no adelgaza si no se acompaña de una dieta sana y variada, con gran presencia de las frutas y las verduras de temporada

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  • Fortalece el corazón

    Según diversos estudios, esta práctica ayuda a minimizar el estrés vascular, la hipertensión y disminuya, además, los niveles de colesterol en sangre, lo que puede reducir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas o mejorar dichas patologías si ya se padecen.

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  • Aumenta la elasticidad

    Una de las ventajas de los 'asanas' es que invitan a adoptar posiciones poco comunes que obligan a despertar músculos y ligamentos, mientras se lleva una respiración pausada. ¿El resultado? Un aumento paulatino de la flexibilidad. Además, las posturas pueden ayudar a ejercitar la conciencia sobre nuestro propio cuerpo y sus movimientos, mejorando de este modo nuestro equilibrio.

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  • Mejora la concentración

    Las personas que realizan esta práctica tienen que esforzarse por sincronizar los movimientos con su respiración, lo que conlleva una atención plena. Así, mediante estos ejercicios se puede mejorar en gran medida la concentración e, incluso, la agilidad mental. 

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  • Reduce el estrés

    Llegar a la relajación plena es el objetivo de cualquier 'yogui' una vez comienza con su rutina. Por eso, la práctica de este deporte ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, pues durante el tiempo que se lleva a cabo es esencial poner los cinco sentidos en cada movimiento.

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