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El secreto tras los Gigantes de Zaragoza descubierto en las Fiestas del Pilar de 1968

Un reportaje de HERALDO, firmado por Milagros Heredero, desveló por qué nadie quería llevar al Quijote.

Los gigantes y cabezudos en Zaragoza en los años 50.
Los gigantes y cabezudos en Zaragoza en los años 50.
Luis Mompel/Archivo Heraldo

Una de las actividades favoritas de los más pequeños durante las Fiestas del Pilar es disfrutar de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos. Este año, volverán a salir cada día por las calles de diferentes barrios de Zaragoza, empezando el sábado, 8 de octubre, con el pasacalles del pregón en el centro, y terminando el 16 en Torrero-La Paz.

La comparsa de Gigantes y Cabezudos de Zaragoza cuenta con varios siglos de historia a sus espaldas, aunque los personajes que la forman han ido cambiando a lo largo de los años. En el siglo XVII ya la formaban cuatro gigantes y cuatro cabezudos. A mitad del siglo XIX, los cabezudos pasaron a estar inspirados en personajes reales. Así, aparecieron las figuras del Berrugón, el Tuerto o el Morico. Las últimas incorporaciones a la comparsa son mucho más recientes: en 1982 se creó el cabezudo de la Pilara, que homenajea a la vedette Pilar Lahuerta, y en 2015 se presentó a la Cigarrera, inspirada en Serafina, la cigarrera del Tubo.

Un reportaje publicado en HERALDO el 17 de octubre de 1968, firmado por Milagros Heredero, descubrió un secreto que se escondía tras los gigantes zaragozanos y que daba respuesta a la siguiente cuestión: “¿Por qué nadie quería llevar al Quijote?”.

Recorte del artículo publicado en HERALDO el 17 de octubre de 1968.
Recorte del artículo publicado en HERALDO el 17 de octubre de 1968.

34 hombres daban vida a los gigantes y cabezudos en los años 60. Mientras que los cabezudos tenían portadores fijos – “a causa del calzado especial de cada uno, no se puede cambiar de unos a otros”- los gigantes se sorteaban cada día, excepto el Rey, reservado a los portadores más veteranos. Nadie quería portar la figura del Quijote, que pesaba 55 kilos, mientras el resto rondaban los 40. “Mucha diferencia cuando se trata de sostenerla sobre los hombros”.

“No comen doble ni llevan régimen especial durante las fiestas. Tal vez por eso ninguno quiere cargar con Don Quijote. Es natural, es una figura llena de peso y sus portadores son sencillos ciudadanos que no tienen ninguna culpa de ello. Por eso, cada mañana, antes de salir, se sortea, ¿sabe?”, le explicó a Milagros don Carmelo Bazán, el jefe de la comparsa. “Entonces, ¿sortean a Don Quijote?”. “A él y a los demás gigantes, excepto al rey”, le contestó.

“¿Quiere usted verlo? Llevamos almohadillas, pues sin ellas nos haríamos cisco”, le confesó. Milagros se asomó. “Da un poco de pena ver a los gigantes, por dentro, tan huequecitos... ¿Y el rey?”, preguntó. “El rey no se sortea. Lo tiene en propiedad el más veterano de los portadores, Gabriel Espinosa, con 27 años de salida, y Florentín García, que lleva 14”, le explicó Bazán. “¿Es por la jerarquía o porque tiene menos peso la causa de esa fidelidad hacia su rey?”. “No me lo pueden explicar", le contestó. 

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