El Hola Primavera de Zaragoza convence a los asistentes: “Es muy bonito ver tanto arte alrededor”

La primera edición del festival ha dejado momentos irrepetibles en la plaza del Pilar.

Hola Primavera cubre de verde la plaza del Pilar de Zaragoza
Hola Primavera cubre de verde la plaza del Pilar de Zaragoza
José Miguel Marco

Miguel Mateo y su mujer Ascensión, un matrimonio de jubilados procedentes de Valdefierro, pero naturales de Ejea de los Caballeros, no han podido resistirse este sábado al escuchar las notas de la banda sonora de ‘La vida es bella’, interpretada por el grupo Elegía, y se han puesto a bailar en plena plaza del Pilar. “Sabíamos que había un festival, pero no que íbamos a escuchar una música tan preciosa. Creíamos que el programa estaba más pensado para los niños”, aseguraban, antes de confesarse unos apasionados de los vals y los pasodobles. “Estamos encantados de la vida. Deberían hacer más cosas así”, decían.

La plaza del Pilar se ha convertido este sábado en un gran jardín de césped artificial
La plaza del Pilar se ha convertido este sábado en un gran jardín de césped artificial

Para Nacho Lafuente, las primeras impresiones también han sido más que positivas. “No me esperaba que pusiesen semejante superficie de césped artificial. Que además haya poesía me parece perfecto. A Miranda, mi hija mayor, le encanta”, aseguraba frente al escenario dedicado a esta disciplina.

El buen tiempo ha sido otro de los grandes aliados del festival. “Nos está gustando mucho. Es muy bonito ver tanto arte alrededor. Me encanta que organicen actividades en las que podamos estar con los críos. La verdad es que en Zaragoza se están haciendo cosas muy divertidas”, apuntaban Isabel Sumelzo y Hugo Saiz junto al pequeño Iker, de solo cinco meses, y a su hermano Gaël, de tres años, desde el césped. “Estaremos aquí hasta que los pequeños aguanten”, agregaban.

Al margen de los seis escenarios, los pequeños se lo han pasado en grande dando saltos y volteretas sin parar en el manto verde. Algunos, incluso, han bailado con los zancudos de la compañía K de Calle. Ha sido el caso de Gabriel, de ocho años. Al principio tenía un poco de miedo. “Pero ha estado muy bien. Ha sido un momento mágico de desconexión. Algo muy original”, admitía su madre, Susana, que se había estudiado la programación para no perderse los mejores momentos.

Los hay, en cambio, que se han acercado hasta la plaza del Pilar sin saber qué se iban a encontrar. “Hemos venido a la aventura, sin buscarlo. Sabíamos que se había organizado algo, pero no exactamente el qué. Está muy bien montado y ha salido un día perfecto. Esto, en verano, no habría podido ser”, señalaban Ramón Serrano y José Herrer, que se habían montado un picnic improvisado, con partida de cartas incluida, con sus hijos y sus amigos del colegio.

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