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Los arquitectos de Zaragoza dicen que costaría años analizar los edificios en busca del material que ardió en Valencia

El Colegio de Aparejadores avanza que el número de inmuebles con fachada ventilada o construidos con poliuretano "no será muy alto". 

Foto de la estructura del edificio de viviendas calcinado por el terrible incendio en el barrio de Campanar en Valencia
Foto de la estructura del edificio de viviendas calcinado por el terrible incendio en el barrio de Campanar en Valencia
EFE

El trágico incendio de un edificio de 14 plantas en Valencia, que se saldó con diez víctimas mortales, ha encendido las alarmas en los ayuntamientos de las grandes ciudades. Zaragoza ha anunciado que quiere impulsar un análisis para averiguar qué inmuebles tienen los mismos materiales que el siniestrado y tomar decisiones al respecto. También Huesca. No obstante, ya reconocían desde el Ayuntamiento de la capital que sería un trabajo largo y complejo, lo mismo que advierten desde el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón. Se podría tardar "años", aseguran, y los aspectos a tener en cuenta deberían ir más allá de los elementos usados en la construcción. 

El secretario técnico y gerente de la entidad, Fernando Avellanas, explica que habría que poner también el foco en las inspecciones técnicas o en la manera que tienen los propios vecinos de utilizar las instalaciones comunitarias. "Cuando hay puertas de incendios hay que mantenerlas cerradas siempre, aunque sea incómodo, no hay que poner cuñas para que se queden abiertas, hay que tener revisados los sistemas de extinción, con todos sus certificados...", ejemplifica. Son cuestiones que por fortuna cada vez están "más extendidas", según indica, y a las que el suceso ha ayudado a dar la relevancia que verdaderamente tienen. 

Igualmente, hay que tener en cuenta los medios que con la normativa actual permiten retardar los efectos de un incendio o favorecer la evacuación de los ocupantes, como las salidas especialmente protegidas. También indica que sería útil emplear el Libro del Edificio Existente, una herramienta con la que es posible analizar y evaluar por completo el estado de las edificaciones para conocer sus posibles problemas o mejoras. 

Se trata, sin embargo, de un asunto "delicado", que se aclarará conforme avance la investigación y se determinen el origen del fuego y las causas de propagación. Con todo, Avellanas muestra la disposición del Colegio Oficial de Arquitectos a colaborar con el Ayuntamiento de Zaragoza en "cualquier inspección y diagnóstico", aunque advierte de que será una tarea "complicada", sobre todo en función de cómo se decida operar. 

"Es más fácil primero hacer un trabajo de campo de cribado, si ponemos el foco en ese tipo de fachadas, podemos colaborar, revisar proyectos antiguos... Pero luego también hay que ver cómo se ha ejecutado y si ha habido alguna modificación que se haya reflejado en el proyecto, hay mucha casuística", explica. En muchos casos, por ejemplo, no se refleja el material específico que se ha de utilizar en una construcción, sino sus características, por lo que saber cuál se ha empleado finalmente no es sencillo. 

Avanza de todas formas que si las tareas se hacen al detalle podría ser cuestión "de años", aunque sin conocer todavía el alcance es difícil establecer una duración aproximada. "Se podría hacer un análisis calle a calle y con eso tendríamos unos candidatos a tener algún riesgo. Luego habría que ver cuándo está construido, revisar el proyecto para ver qué materiales y después hacer catas y pruebas, porque creo que ningún técnico hoy por hoy simplemente por inspección visual podría garantizar nada", recalca Avellanas. Todo ello conllevaría también un coste económico que por ahora tampoco es posible determinar.

Una vez terminado todo este arduo proceso, habría que decidir después cómo se actúa en función de las conclusiones obtenidas. El Consistorio no tendrá capacidad para obligar a las comunidades de vecinos a tomar medidas, como cambiar el aislamiento de los inmuebles, siempre que estos se edificaran en su momento respetando la normativa. "Probablemente si se detecta que puede haber cierto riesgo los propietarios serán los primeros interesados en solucionarlo, pero imaginemos que no se pueden acometer esas obras, estaríamos generando un problema donde no lo había. Hay que analizarlo sosegadamente", destaca. 

Sobre todo, entre 2006 y 2010

Según informaron desde el Ayuntamiento, la intención es centrar los análisis, sobre todo, en aquellos bloques que tengan fachada ventilada o elementos como el poliuretano, una de las posibles causas que por ahora se barajan para explicar la rápida propagación de las llamas en el inmueble de Valencia. Aunque habrá que ver finalmente qué es lo que determinan los investigadores. Se tendrá en cuenta especialmente la viviendas construidas, aproximadamente, entre 2006 y 2010, el periodo en el que estos materiales estuvieron permitidos por el Código Técnico de Edificación. 

El análisis se hará, según indicaron desde el Área de Urbanismo, en colaboración con el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza. Su gerente, Lucio de la Cruz, avanza que a priori en la ciudad "hay muy poco problema de ese tipo". "Habrá que revisarlo pero (frente a la cámara ventilada con poliuretano) aquí se ha construido más con ladrillo y piedra, material pétreo, y no consideramos que haya un riesgo en cuanto a que el número de edificios pueda ser muy alto", resume. 

Lanza sobre todo un mensaje de "cautela", ya que a este factor hay que sumar que desde los años 40 o 50 los nuevos edificios han ido elevando sus prestaciones, y por ejemplo a partir de la década de los 80 se comenzó a construir escaleras sectorizadas con las que facilitar la evacuación en caso de incendio. De momento, ese análisis "en profundidad" que anunció este mismo lunes la alcaldesa, Natalia Chueca, está en "una fase muy inicial". 

La idea, según De la Cruz, es elaborar un protocolo que permita "aumentar la eficiencia al máximo" y descartar como primer paso una gran parte de los inmuebles de la ciudad. Después habría que hacer un calendario de actuación separando los bloques en cuanto a los materiales que se han usado en la fachada y el año de construcción. "El riesgo cero no existe, por lo que hay que evaluar ese riesgo, pero con toda la serenidad, para que con una inversión mínima se pueda reducir en parte", indica. 

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