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La ordenanza de limpieza de Zaragoza entra hoy en vigor con multas por tirar colillas o alimentar animales
El texto sustituye al de 1986 e incluye sanciones por no limpiar los orines de los perros o regar fuera de hora.
Desde este viernes, los zaragozanos se enfrentarán a nuevas sanciones por incumplir las normas relativas a la limpieza de la ciudad. La ordenanza, que sustituye al antiguo texto que databa de 1986, acaba de entrar en vigor y contempla multas por acciones como arrojar al suelo las colillas de los cigarrillos, no limpiar los orines de las mascotas, rebuscar en los contenedores de basura o moverlos de sitio y tender la ropa y regar las plantas de forma que produzca molestias o ensucie la vía pública.
La nueva concejala responsable de Medio Ambiente y Movilidad, Tatiana Gaudes, explicó este jueves que se trata de un documento que «incluye elementos más acordes a la actual sensibilidad medioambiental y sanitaria». Por ejemplo, apuntó que hace hincapié en el reciclaje y la recuperación de residuos y además recordó que la implantación en los próximos meses del quinto contenedor de basura orgánica hacía «imprescindible» esta actualización. Asimismo, la ordenanza, añadió, permite «armonizar» la norma municipal con otras de rango superior.
Se han añadido nuevas prohibiciones y se ha actualizado la tipología de algunas que ya se contemplaban aunque, según Gaudes, «el objetivo en sí mismo no es sancionar, sino concienciar y difundir entre la ciudadanía esa imprescindible sensibilidad con la limpieza y el respeto a los espacios comunes». Con todo, recalcó que le nuevo texto permitirá perseguir las «acciones incívicas» que generan suciedad y «malestar en la gran mayoría de los ciudadanos que –recalcó– sí cumplen con el debido cuidado y respeto».
Las infracciones de la anterior ordenanza eran como máximo de 250 euros, a excepción de los casos contemplados como muy graves que podían alcanzar los 750. A partir de ahora, los incumplimientos se dividen en tres tipos: leves, graves y muy graves, aunque la horquilla económica dentro de cada una de ellas también es amplia. Las primeras supondrán multas de entre 50 y 750 euros e incluyen acciones como defecar, orinar o escupir en la vía pública, no recoger los desechos de los perros –sin importar que sea en la calle o en un parque, por ejemplo–, arrojar pequeños residuos –ya sea colillas o cualquier otro tipo de basura–.
En función de varios factores
Manipular los contenedores o rebuscar en ellos también será una infracción leve, a no ser que se desplacen de forma que pueda suponer un peligro para el tráfico o para la integridad física de las personas, que entonces será grave. En general, todas las sanciones leves podrán pasar a ser consideradas así dependiendo de factores como la actitud del infractor o el daño producido. Las graves irán de 751 a 1.500 euros.
También habrá multas para quienes depositen colchones, electrodomésticos y demás enseres de gran tamaño sin avisar primero al 010 o fuera del horario indicado por este servicio o para quienes no saquen los residuos en las bolsas correspondientes. Igualmente, queda prohibido dar de comer a los animales callejeros, por cuestiones de salud pública, tender la ropa o regar las plantas (esto solo se podrá hacer de 22.00 a 8.00) produciendo molestias o ensuciando las calles, o verter por las alcantarillas cualquier cosa que pueda resultar contaminante o dañina.
Por último, quienes cometan sanciones graves supondrán una multa de entre 1.501 y 3.000 euros. En estos casos se encuentran acciones como hacer grafitis o dañar el patrimonio histórico de la ciudad, depositar incorrectamente residuos que resulten peligrosos o quemar contenedores. Para las pintadas, tanto en bienes de interés cultural como en cualquier tipo de inmueble de su limpieza deberá ser sufragado por los infractores.
