Emocionante reencuentro por sorpresa de un padre ucraniano con su familia en Zaragoza

Los pequeños Víctor y Victoria, de 8 y 13 años, le recibieron emocionados entre lágrimas y abrazos.

Los cuatro miembros de la familia ucraniana se han reencontrado en Zaragoza
Los cuatro miembros de la familia ucraniana se han reencontrado en Zaragoza
H. A.

El pequeño Víctor, de ocho años, y su hermana Victoria, que pronto cumplirá los 14, se llevaron este domingo una de las mayores sorpresas de su vida. Llevaban siete meses sin ver a su padre por la guerra en Ucrania y, tras un viaje de más de 3.000 kilómetros, han vuelto a reencontrarse en Zaragoza.

Ninguno podía imaginar al escuchar la puerta quién estaba detrás, ya que el gobierno ucraniano sigue prohibiendo la salida de todos los varones de entre 18 y 60 años. No le veían desde agosto, cuando viajaron junto a su madre, Natasha Ivzhenko, hasta la frontera con Polonia para pasar unas horas con él, y el reencuentro no pudo ser más emotivo.

El emocionante reencuentro por sorpresa de un padre ucraniano con su mujer y sus hijos en Zaragoza.
EN VÍDEO: El emocionante reencuentro por sorpresa de un padre ucraniano con su mujer y sus hijos en Zaragoza.
H. A.

Boquiabierta y entre lágrimas, Victoria fue la primera en abrazar a su padre Eugenio, mientras que Víctor, incrédulo, no podía hacer otra cosa que llevarse las manos a la cabeza y saltar a sus brazos mientras su madre inmortalizaba semejante momento con el teléfono móvil. “No le esperábamos, no nos había dicho nada. Mi suegra le apuntó nuestra dirección y vino por sorpresa. Yo estaba preocupada porque llevaba todo el día mandándole wasaps y no me contestaba. Me decía que en cuanto pudiera me llamaría, y a las horas me mandó un selfi cerca de la casa en la que ahora vivimos”, cuenta Ivzhenko, aún nerviosa.

Eugenio ha estado todos estos meses en Kiev, donde trabaja en un taller mecánico. En él arregla vehículos de civiles, pero también coches y camiones del ejército gratuitamente. “Llevaba muchos meses preguntando qué tenía que hacer para ver a su familia. Hace unos días le dieron permiso para cruzar la frontera, cogió un autobús y estará aquí unos días, pero tiene que volver. Si cumple los plazos y no se queda le permitirán salir otra vez dentro de unos meses”, afirma su mujer.

Las primeras horas en Zaragoza han sido “muy especiales”. “Los niños están contentísimos. Tienen fiesta en el colegio y van a poder pasar todos estos días con él. Yo también tengo vacaciones, así que aprovecharemos para enseñarle el monasterio de Piedra e ir a Senda Viva”, explica.

Eugenio no tiene aún billete de vuelta, aunque prevé regresar a Ucrania entre el 10 y el 11 de abril. “Está aprovechando cada segundo para estar en plena libertad. Ayer fuimos a pasear y me dijo: ¿Podemos salir más tarde de las 20.00? Al hacerlo le contesté que sí y me miró sorprendido, ya que en Kiev hay toque de queda”, recuerda su mujer. 

También le sorprendió encontrarse con las procesiones de Semana Santa. “Al oír el sonido de los tambores me preguntó qué era ese ruido. Pensaba que se trataba de una alarma. Al ver a la gente así, en plena libertad y gozando de la vida me dijo que le parecía estar viviendo en otro mundo”, agrega.

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