La niebla envuelve de magia una colorida cabalgata de Reyes Magos en Zaragoza

A pesar del frío, los más pequeños se han congregado junto a sus familias en las calles zaragozanas para no perderse un desfile lleno de color y personajes de cuento, en el que han participado un total de 311 personas y 16 compañías artísticas

Los Reyes Magos, en la plaza del Pilar de Zaragoza
Los Reyes Magos, en la plaza del Pilar de Zaragoza
Toni Galán

Las expectativas estaban puestas por todo lo alto. Concretamente, en el cielo. Pero la llegada de los Reyes Magos de Oriente a Zaragoza este jueves, aunque se hizo esperar –con una hora de retraso–, no fue finalmente en helicóptero por motivos de seguridad ante la baja niebla que envolvió de un ambiente mágico –y de frío– la capital aragonesa. Dio igual que se truncara su llegada de manera espectacular, porque las 9.000 personas que les esperaban en La Romareda mantenían la ilusión de ver a Sus Majestades, que finalmente llegaron a camello. Después, las calles de la capital aragonesa se arrebataron de miles de personas para ver la espectacular y colorida cabalgata de la vuelta a la normalidad, que devolvió la esperanza a los zaragozanos tras dos duros años de pandemia.

El estadio municipal se vistió de gala para recibir a Melchor, Gaspar y Baltasar. La fila era enorme para ver la llegada de los Reyes por los aires, cuya demora hacía levantar las sospechas entre los asistentes de que, finalmente, no podría ser en helicóptero. Las caras de decepción tras la mala noticia duraron poco, ya que Javi el Mago se encargó de animar la espera y, además, sabían que finalmente Sus Majestades de Oriente llegarían, aunque este acto sería solo el aperitivo.

Tras recoger cartas de algunos niños olvidadizos, los Reyes se dirigieron al centro de operaciones, el colegio Joaquín Costa. Los séquitos dejaron todo a punto para que Sus Majestades subieran a sus carrozas para comenzar un desfile muy especial, en la noche más mágica del año. Más de 300 personas formaron la comitiva de la cabalgata que sacó muchas sonrisas a las familias, por fin visibles por la ausencia de mascarillas. "Llevamos aquí desde las 17.00. Hemos podido ver a los actores de las cabalgatas de cerca y es espectacular", decía Alejandra Suárez, acompañada de su hijo Mario. "Mi favorito es Baltasar, pero me gustan los tres", espetaba el pequeño de 10 años. Todos tienen su favorito.

La cabalgata comenzó (con tan solo diez minutos de retraso) al ritmo de techno con toques orientales, de la mano del mecánico de la estrella. Encabezada por los imponentes caballos de la Policía Local, 16 compañías de lo más variopintas desataban la euforia en el público zaragozano, repartido a lo largo de todo el trayecto que finalizó en la plaza del Pilar. La niebla no impidió la visión de los espectáculos, pero sí que bajó el mercurio en cantidades considerables después de una Navidad calurosa. Tanto, que algunos se resguardaban en los portales para mantenerse calientes, pero no perderse ni un ápice de la magia de los Reyes. También estaban los más atrevidos, que sacaron sus escaleras a la calle para que los más pequeños pudieran ver. "Nosotros los sujetamos, no tienen miedo. Esto no se lo puede perder nadie, es una de las mejores noches del año", decían los padres de una criatura que escalaba hasta lo más alto para ver la famosa Estrella de Oriente –de 12 metros–, que marcaba el camino ya que era la primera carroza, conducida diestramente por los animadores de K de Calle.

Cartas de última hora

Aún había muchos niños que no habían hecho entrega de sus cartas y que se preguntaban si todavía estarían a tiempo de hacerlo para que Melchor, Gaspar y Baltasar pudieran ‘maniobrar’ y llevar los regalos mágicamente hasta sus casas. Por suerte sí, los alocados carteros reales de la PAI fueron recogiendo algunas misivas con sus buzones portátiles y sus cazamariposas con estampasellos, y la satisfacción se veía en la cara de los más pequeños. "Es que mi hijo es muy indeciso y hasta última hora no tenía claro qué quería. Dígale a Sus Majestades que no tengan esta tardanza en cuenta", justificaba una madre a uno de los emisarios reales.

De lo más celebrado del espectáculo de este jueves figuraban los contornistas y zanquistas que provocaban al personal y, también, unos seres fantásticos con efectos luminosos que por momentos parecían grandes luciérnagas. Los que peor se han portado este año temían a la locomotora de carbón que cierra el pasacalles y que, a juzgar por la presta velocidad con la que se conducía, no portaba gran cargamento este año.

Alicia, a sus 7 años, asistía ayer al desfile algo preocupada porque se había pasado la mañana preparando las viandas (leche y galletas) para Sus Majestades, pero no tenía claro qué comían los camellos para reponer fuerzas. Su compañero de clase, Julián, quería pedirles a los Reyes Magos un juego para la videoconsola, el ‘Fifa 23’, pero a juzgar por la mirada que le echó su madre, no sería muy bien recibido en casa.

Los niños han disfrutado en su plenitud este año de la multitudinaria cabalgata de los Reyes Magos en Zaragoza. Un espectáculo de luz y color en el que la ilusión ha podido al frío y la niebla que este jueves inundaban Zaragoza.

Baltasar, el favorito

Baltasar es tradicionalmente el rey que más expectación genera entre los zaragozanos, pero anoche las fuerzas entre las hinchadas de Gaspar y Melchor parecían muy parejas. Tanto, que cuando asomaba la carroza de Gaspar por el asfalto, algunos aclamaban al otro rey de Oriente, y viceversa. Todo ello, desde la calle, los balcones e, incluso, subidos a contenedores.

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Así hemos contado la cabalgata de los Reyes Magos en Zaragoza
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