Los magos de Oriente figuran en la Biblia como actores secundarios de la llegada del Niño Jesús. Llegados de muy lejos para adorarle, guiados por una estrella, le entregaron oro, incienso y mirra, para volver después a su tierra por otro camino. Melchor, Gaspar y Baltasar van más allá de la tradición cristiana, y ese viaje de vuelta que emprendieron desde el portal de Belén se repite año tras año, con millones de hogares como destino, para repetir con los más pequeños el gesto de cariño y devoción que tuvieron con el hijo de María.
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