urbanismo

La plaza de Salamero ya deja entrever su nueva configuración

Desde hace unos días lucen estructuras metálicas que delimitarán las áreas y servirán de soporte para la vegetación.

Vista aérea de la plaza de Salamero, con sus estructuras metálicas recién instaladas.
Vista aérea de la plaza de Salamero, con sus estructuras metálicas recién instaladas.
Oliver Duch

Tras casi tres años de obras, por fin, comienza a verse la luz al final del túnel. Los vecinos del entorno de la plaza de Salamero pudieron estrenar la semana pasada sus nuevas y más anchas aceras, y también observan ya -no sin cierta expectación- cómo han tomado la plaza distintas estructuras metálicas que invitan a imaginar la futura distribución de sus espacios. Si nada se tuerce, en un par de meses (la inauguración está prevista para febrero de 2023), los ciudadanos volverán a encontrarse en un espacio renovado con pérgolas que darán sombra, pequeñas cortinas de agua y un puñado de jardines en altura.

De hecho, las seis formas trapezoidales que se ven en la superficie son las estructuras de los grandes parterres que se irán llenando de arbustos y flores. También incluirán árboles de pequeño porte, dado que no podrán enraizar de forma generosa en el suelo que, como es sabido, limita con la techumbre del aparcamiento subterráneo. Las estructuras han estado montándose las últimas semanas en los talleres hasta que han desembocado en la plaza donde ya se han ensamblado. Se intuyen así cómo serán los parterres y cuáles serán también los espacios de paso para los peatones. 

La recreación del proyecto presentada por el Ayuntamiento.
La recreación del proyecto presentada por el Ayuntamiento.
Heraldo

El objetivo del Ayuntamiento es que la plaza luzca un aspecto verde gracias a la vegetación trepadora de esos cubículos y a otros elementos como pérgolas que darán sombra en verano y sistemas de agua pulverizada. Esta preocupación por brindar una plaza ‘amigable’ se ha subrayado, después de las críticas de la reforma de Santa Engracia, en donde se dijo que se practicaba un “urbanismo duro” porque el adoquinado gana la partida a la vegetación. También los vecinos de Félix Latassa están ansiosos también por ver qué soluciones naturales se ofrece a su calle, después de que esta semana se inauguraran las obras de urbanización aún sin un solo árbol en la vía y con los todos los parterres (menos uno) vacíos.

El Ayuntamiento informa de que en Salamero los espacios vegetales tendrán una superficie que oscila entre los 55 y los 175 metros cuadrados y que, sumándolos todos, serán 1.448 metros de verde, que irán acompañados de áreas de descanso y juegos infantiles. En la parte más cercana a la calle Azoque ya están emergiendo también unas estructuras ideadas para integrar el nombre de la plaza con grandes letras y una iluminación moderna con leds, que enmarcará las distintas “acciones dinamizadoras” que se prevén en la plaza. Entre otras, en las propuestas vertidas en el proceso de participación ciudadana (#RetoSalamero), el Consistorio recogió el guante en lo referente a mercadillos semanales, un cine de verano o una pista de patinaje efímera.

La nueva distribución permitirá ver la iglesia
de Santiago desde la calle de Cinco de Marzo

Los viandantes que estos días estrenan el nuevo adoquinado comprueban también que ya no queda rastro de los antiguos caminos que atravesaban la plaza en distintos desniveles y que se están incorporando nuevos depósitos de agua para las venideras fuentes. Parece también que se va a procurar que se pueda ver la iglesia de Santiago el Mayor desde la calle de Cinco de Marzo, que queda alineada con el templo aunque hasta la fecha andamios, un quiosco y diverso mobiliario urbano contaminaban la vista.

Entre asombrados, cansados y esperanzados observan los comerciantes de la zona el desarrollo de las obras, que según el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, ahora sí que sí entran en la recta final. La adecuación de los alrededores de la plaza se ha acelerado para respetar la campaña de Navidad y que las tiendas de la zona tengan un pequeño respiro después de tanto tiempo de pérdidas. "Estamos deseando que todo vuelva a la normalidad. Después de tres años, que digan que sólo quedan tres meses es ‘peccata minuta’", asegura Luis Fernando Fernández, de Comercial Algodonera, mientras observa cómo varios obreros colocan los nuevos adoquines del suelo frente a la puerta de su establecimiento.

No oculta este empresario que han sido –y siguen siendo– años muy duros porque a la crisis provocada por el coronavirus se sumó el bajón de las ventas que trajeron consigo estas inesperadas obras. Entre un 40% y un 50% indica que se ha reducido desde entonces su facturación y lamenta que en este sentido no hayan recibido apenas ayudas por parte del Consistorio para paliar su situación. "Solo la reducción del IBI, que a nosotros no nos sirve, los cuatro días del ‘Volveremos’ especial obras", puntualiza, pero añade que por mucho que se les ayudara "jamás" iban a cubrir todo lo que han dejado de ingresar.

"Seguimos dentro de los cronogramas. Hemos cumplido con la promesa de llegar con las aceras a Navidad para tratar de causar la menor afección posible", indican fuentes del área de Urbanismo, que señalan -además- que el flujo peatonal se puede ver favorecido en la zona porque la calle del teniente coronel Valenzuela también luce ya renovada y se ha convertido en semipeatonal. En lo que definen como un "entramado de jardines" (esto es, la propia plaza) habrá un hueco reservado también para juegos multigeneracionales, que quedará en la zona más cercana a la calle de Morería. En las recreaciones presentadas por el Ayuntamiento hace ya más de un año se apreciaban generosos espacios con suelos de caucho amarillo repletos de columpios y toboganes, así como algún que otro velador que no se sabe bien de dónde procede. Las estructuras metálicas que ya definen los espacios están rodeadas de bancos y las entradas al garaje permanecen intactas aunque adecentadas. 

Hay que recordar que fue el colapso de la cubierta de la primera planta del aparcamiento subterráneo en enero de 2020 lo que obligó a la remodelación integral de la plaza. Aunque el espacio central continúa cerrado y rodeado de vallas, el parquin ha vuelto a abrir el tramo bajo la avenida César Augusto. En pocas semanas, diez o doce a lo sumo, los vecinos podrán constatar si efectivamente la plaza de Salamero ha dejado de ser "un lugar de paso" para convertirse en un “espacio de encuentro”, como es uno de los objetivos de esta ambiciosa reforma a la que se han destinado 3,6 millones de euros.

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