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El interés de jóvenes chinos por estudiar en Zaragoza: "En nuestro país es difícil entrar en una buena universidad"

Casi 400 estudiantes del gigante asiático cursan este año en el campus público aragonés. Son de los alumnos extranjeros más numerosos, solo superados por rumanos e italianos.

De izquierda a derecha, Yanyan Zhu, Jiaxuan Yang y Zeyu Li, este miércoles en el campus de San Francisco en Zaragoza.
De izquierda a derecha, Yanyan Zhu, Zeyu Li y Jiaxuan Yang, este miércoles en el campus de San Francisco en Zaragoza.
Heraldo.es

Son los alumnos extranjeros más numerosos de la Universidad de Zaragoza, solo por detrás de los rumanos (449) e italianos (442). Un total de 396 chinos cursan este año en el campus público, que este lunes daba la bienvenida a más de 4.000 estudiantes internacionales. 

El interés por aprender español va en aumento en China y ese es uno de los motivos por los que muchos jóvenes del gigante asiático se decantan por la Universidad aragonesa para completar su formación. Es el caso de Zeyu Li, Yanyan Zhu y Jiaxuan Yang, estudiantes de Filología Hispánica. "Llegamos en septiembre de 2021 como estudiantes visitantes (proceden de ciudades distintas). Estudio español y Literatura española de la Edad Media. Elegí Zaragoza por tener un tamaño medio y por ser una ciudad segura comparada con Madrid y Barcelona", explica esta última.

Todas ellas se encuentran a gusto en la capital aragonesa y se plantean alargar su estancia en España con algún máster el próximo curso académico. Destacan la amabilidad de sus gentes, el poder ir andando a muchos sitios o las numerosas visitas culturales que ofrece la capital del Ebro. "Me gusta ir de museos y la Basílica del Pilar me parece espectacular. Es una ciudad histórica y para mí es una buena opción", comenta Zeyu. A lo que no se han acostumbrado aún es al cierzo. "¡Madre mía, qué loco! En octubre casi salgo volando en el barrio de Las Delicias", apunta entre risas Jiaxuan, que le sorprende que alguien a quien no conoce le diga hola y adiós al coincidir en un ascensor. "En China no tenemos costumbre de saludar a desconocidos; es algo relacionado con nuestra cultura", explica.

Las tres también resaltan las ventajas de saber español, además de chino e inglés (obligatorio desde el colegio). Por ejemplo, Zeyu tiene el sueño de viajar por todo el planeta y considera que con esos tres idiomas puede hablar "con casi la mitad de la población mundial". Y Yanyan es de la opinión de que sabiendo español le será fácil encontrar "un buen trabajo" cuando acabe la carrera. No obstante, Jiaxuan señala que las posibilidades (y el sueldo) son mayores si se está graduado en alguna ingeniería o en ciencias. "En China hay una política educativa enfocada más a las ciencias. Y el último año de carrera, muchas empresas van a los campus en busca de jóvenes graduados para contratarles", informa.

En cuanto a los estudios universitarios, Yanyan Zhu opina que el sistema educativo chino es "más duro" y con menor interacción entre alumnos y docentes. "Me gusta más la educación en España. El ambiente de clase en Zaragoza es diferente. En mi país los estudiantes solo hablan cuando tienen alguna pregunta y aquí se centra más en el diálogo entre ambas partes", dice. Asimismo, la joven Jiaxuan Yang alude a otro hándicap. "En China es difícil entrar en una buena universidad; hay mucha competencia", sostiene.

China, un país "más eficiente"

Por su parte, Yuhong Gao -licenciado en Bioingeniería- también coincide en la versión que estas trasladan y compara la educación china con un muelle. "En el Bachillerato estamos cada vez más presionados y cuando llegas a la Universidad te conviertes en un muelle rajado. Tenemos que prepararnos muy bien; el acceso es difícil", asegura este joven, que llegó a Zaragoza en enero de 2021 para estudiar español. "Quiero llegar al nivel más alto. No estoy seguro de que me sirva para mi profesión, pero sí para comunicarme con diferentes personas. Hay una población muy grande en todo el mundo que lo habla".

Lo que sí tiene claro es que cuando concluya los estudios, volverá a su país. Es oriundo de la provincia de Shandong (cercana a Pekín) e indica que la vida allí le resulta más fácil al ser una nación muy desarrollada en tecnología. "Se puede vivir sin móvil; te escanean la cara para identificarte. No necesito reservar citas para empadronarme ni para renovarme un carné. Es un país más eficiente en comparación con España", subraya Yuhong, quien reconoce que le atrae el ritmo y la actitud de los españoles hacia la vida. "Son amables y les gusta ayudar a los otros a cambio de nada", añade.

Zeyu, Yanyan y Jiaxuan también regresarán en junio a ver a sus respectivas familias y amigos y poder disfrutar de unos paisajes naturales que califican de "espectaculares". Sin olvidar la gastronomía. "Cuando salimos a comer en Zaragoza, siempre vamos a un restaurante chino. Aunque son más auténticos los que hay en Madrid y Barcelona", observan.

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