sucesos

La Guardia Civil lleva 4 meses tras el rastro de los autores del crimen de Figueruelas

La investigación apunta a que fueron varios los asesinos y que el móvil podrían ser  las drogas, pero no hay ningún detenido. 

Hallan a un hombre muerto con signos de violencia en Figueruelas
Hallan a un hombre muerto con signos de violencia en Figueruelas
Guillermo Mestre

Cuatro meses se acaban de cumplir este pasado 3 de septiembre del hallazgo del cadáver de Antonio G. I., un vecino de Figueruelas de 61 años al que su propio hermano encontró muerto a golpes en su domicilio de la calle Mayor. El cuerpo presentaba signos evidentes de tortura: tenía una bolsa de plástico en la cabeza, estaba maniatado y lo habían amarrado a una silla. 

Parece que los agresores buscaban algo que la víctima no quiso o no pudo darles. Y aunque La Benemérita ha explorado varias vías de investigación, las sustancias ilegales halladas en la vivienda del finado hicieron pensar muy pronto en las drogas como móvil del asesinato.

Como adelantó entonces HERALDO, el hermano de la víctima descubrió el crimen sobre las 1.30. Según explicó aquella noche a la Guardia Civil, había estado por la tarde con Antonio, pero después lo llamó varias veces y no l e cogió el teléfono. Preocupado, porque su hermano era soltero y vivía solo, decidió acercarse a su casa. Y fue entonces cuando lo encontró atado a la silla y cubierto de sangre en una habitación.

La primera reacción del hermano fue quitarle la bolsa que llevaba puesta en la cabeza para comprobar si estaba todavía vivo. Fue un acto natural e instintivo, pero al mover el cuerpo modificó el escenario del crimen y complicó el trabajo de los especialistas del Laboratorio de Criminalística, que estuvieron cuatro horas analizando cada recoveco de la casa en busca de evidencias y restos biológicos de los agresores.

El resultado de los análisis podría haber servido para identificar ya a alguna de las personas que aquel día se presentaron en el número 16 de la calle Mayor de Figueruelas para acabar con la vida de Antonio G. I., pero los investigadores todavía no han movido ficha. Posiblemente, porque prefieren seguir tirando del hilo hasta poner nombre y apellidos a todos los implicados en el asesinato.

La vivienda del finado está ubicada en pleno centro de Figueruelas, pero ningún vecino escuchó ruidos extraños o gritos de auxilio. Se sabe que el fallecido tenía una bolsa en la cabeza, pero no ha trascendido si sus atacantes también le taparon la boca. La casa tiene dos plantas y dos puertas, una que da a la calle y otra que conduce a un patio interior. Los expertos estuvieron examinándolas y no vieron que estuvieran forzadas, lo que invita a pensar que la víctima conocía a estas personas y les franqueó la entrada.

No consta que el fallecido arrastrara antecedentes delictivos. Pero la Guardia Civil no descarta como posibles móviles del crimen un ajuste de cuentas, un robo o incluso un vuelco, como se conoce en el argot policial al robo de sustancias ilegales entre unos  delincuentes a otros. Pero lo cierto es que han pasado cuatro meses y nada se sabe de los asesinos. Cabe recordar que en el crimen de Pleitas, localidad que dista a 8 kilómetros de Figueruelas, la Guardia Civil precisó de cinco meses para detener a las nueve personas implicadas. Entonces, el móvil fueron las drogas.

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