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Detenida la mujer que mató en 2015 en Calatayud a su marido, compinche de El Lute

La acusada, de 62 años, se ocultaba en Toledo y estaba en busca y captura desde 2017, cuando huyó tras quedar en libertad antes de ser juzgada por el crimen. 

Lugar en el que residía Raimundo Medrano
Lugar en el que residía Raimundo Medrano y en el que fue asesinado
Macipe

María del Carmen Villa, esposa de Raimundo Medrano, el que fuera la mano derecha de Eleuterio Sánchez, ‘el Lute’, considerado el enemigo público número dos durante el franquismo (el número 1 era el propio Lute) fue detenida el pasado jueves en un pueblo de Toledo. La mujer, de 62 años, vivía oculta desde que en marzo de 2017 fuera puesta en libertad por el juzgado de Calatayud número 2, pendiente de ser juzgada por matar a su marido de un disparo en la cabeza en enero de 2015 en la casa cueva de la capital bilbilitana en la que vivía el matrimonio.

Aunque María del Carmen Villa estaba procesada por asesinato, el juez instructor decidió no prorrogar la prisión provisional y la puso en libertad, auto que la Audiencia de Zaragoza revocó en junio de 2017. Sin embargo, para entonces la sospechosa ya estaba en paradero desconocido y se acordó su busca y captura.

Tras cinco años huida, la prófuga compareció este pasado lunes, a través de una videoconferencia, en una vistilla celebrada en la Audiencia zaragozana en la que se le comunicaron los cargos que pesan sobre ella y se ordenó su ingreso en prisión hasta que sea juzgada por un Jurado popular.

Raimundo Medrano, conocido como el ‘Quinqui’, fue uno de los delincuentes más famosos de los años 60 y 70 del siglo XX. Llevaba 30 años casado con su mujer, también merchera, y tenían tres hijos. Él era natural de Cuenca y la familia extensa residía en Toledo y Guadalajara pero, por motivos que se ignoran, la pareja recaló en 2014 en una de las casas cueva del barrio bilbilitano de San Roque.

El día de Reyes de 2015, María del Carmen Villa se presentó en la Jefatura Superior de Policía de Calatayud para informar de que su marido llevaba casi 24 horas desaparecido. Mostró su preocupación porque entonces Raimundo Medrano tenía 69 años, estaba muy medicado y prácticamente ciego y nunca salía solo de casa. Relató que ella había salido a comprar y, al volver, ya no estaba. Los agentes montaron un dispositivo de búsqueda en colaboración con la Policía Local y Protección Civil y comenzaron a peinar el cabezo en el que se ubica la vivienda del matrimonio.

Conforme fueron pasando las horas, los agentes empezaron a sospechar de la mujer, a la que volvieron a citar para que ampliara su declaración. Tras varias horas de interrogatorio, acabo confesando que lo había matado de un disparo y había escondido el cadáver en la leñera de la casa. A primera hora de la mañana del 7 de enero la Policía halló el cuerpo de Raimundo Medrano oculto en un habitáculo interior de la vivienda excavado en la roca. Estaba envuelto en un plástico y presentaba una herida por arma de fuego en la cabeza. Los agentes encontraron también la pistola con la que se efectuó el disparo semienterrada bajo una capa de yeso.

Su confesión y las pruebas encontradas llevaron a la mujer a prisión, aunque parece que entre los motivos que alegó fue un maltrato físico y psicológico continuado a lo largo de los años por parte de su marido. Entonces se barajó que el crimen podría acarrearle el rechazo de sus hijos e incluso el destierro del entorno familiar por su pertenencia al grupo social de los mercheros, que mantienen leyes ancestrales, como la del ojo por ojo, con las que los clanes resuelven sus conflictos.

"Enemigo público número 2" 

Eleuterio Sánchez, ‘el Lute’ y Raimundo Medrano, ‘el Quinqui’, fueron los enemigos públicos números 1 y 2, respectivamente, de la España del franquismo a raíz del atraco a una joyería de Madrid en 1964 en el que murió el vigilante de un disparo. Durante la persecución de los delincuentes, una bala perdida mató a una niña. Los dos, junto con un tercer compinche, Juan José Agudo, fueron juzgados por un tribunal militar y condenados a muerte, pena que les fue conmutada.

Durante su estancia en la cárcel, Medrano resultó herido en la cara al explotar una caldera de los talleres de la prisión en la que trabajaba. El accidente y la posterior diabetes lo dejaron casi ciego. La vida de el Lute mereció una película, y la de 'el Quinqui’ un libro que él mismo escribió y tituló «Enemigo público numero 2. Memorias de ‘el Medrano’». Desde que salió de prisión llevó una vida tranquila con su mujer, María del Carmen Villa, que terminó matándolo de un disparo mientras dormía en su casa de Calatayud. La Policía cree que contó con la colaboración de una hermana para trasladar el cadáver de la habitación a la leñera donde lo ocultaron.

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