violencia de género

La Policía valora en riesgo extremo a una maltratada en Zaragoza y su agresor no pisa ni el calabozo

La mujer tuvo que huir en ropa interior del piso tras el último ataque de su pareja, reincidente y sin orden de arresto. 

Teléfono 016 y otras herramientas de ayuda a las víctimas de la violencia de género
Teléfono 016 y otras herramientas de ayuda a las víctimas de la violencia de género
H. A.

Las denuncias por violencia de género, psicológica o física, son las únicas que implican la detención automática del supuesto agresor, su ingreso en el calabozo y su posterior puesta a disposición judicial. Por ello, cuesta entender que sobre el hombre que hace unos días atacó a su pareja en Zaragoza obligándola a huir en ropa interior del piso donde convivían no haya una orden de busca y captura. Máxime, cuando este arrastra antecedentes por malos tratos tanto a su anterior pareja como a la actual, que tras este nuevo episodio violento fue valorada por la Policía Nacional en situación de riesgo extremo.

Los hechos se produjeron sobre las 8.30 del pasado 17 de agosto en un domicilio de la avenida de Navarra, en el barrio de Las Delicias. Según consta en el atestado policial, la sala del 091 recibió un aviso que alertaba de un posible caso de violencia de género y envió enseguida varias patrullas. Cuando llegaron los primeros agentes, encontraron a    una mujer en la calle «con las vestiduras rasgadas y muy alterada». La víctima les contó que había tenido que escapar de casa con lo puesto y pedir auxilio a unos albañiles porque su pareja, en un ataque de celos, la había agredido e intentado retener    contra su voluntad, arrebatándole su teléfono móvil y estrellándolo contra el suelo.

Según explicó ayer la Jefatura Superior de Aragón, los policías intentaron localizar después al agresor en el domicilio, pero no estaba allí.De hecho, esto les obligó a solicitar la colaboración de los bomberos para que abrieran la puerta del piso y la víctima pudiera recoger sus pertenencias, ya que no quería seguir viviendo allí.

Cuando prestó declaración en comisaría, la mujer explicó que llevaba un año con este hombre y que durante la última agresión también le había hecho graves amenazas.«Donde te vayas te encontraré. No eres una mujer de verdad, te voy a tirar ácido en la cara, te cortaré la cara, eres una puta y no vales para nada», asegura que le dijo.

Casa de acogida y protección policial

La preocupación por la integridad de la denunciante llevó a la    Jefatura Superior de Aragón a doptar una serie de medidas urgentes: se le buscó una casa de acogida y se le puso protección policial. Es más, instó una diligencia solicitando a la Fiscalía que valorara la conveniencia de colocar una pulsera GPS al investigado, P. C. C., de 42 años y nacionalidad rumana.

Como no se logró localizar al agresor, la Policía pasó el atestado al Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Zaragoza, que estimó oportuno dictar una orden de alejamiento que impide al acusado acercarse o contactar con la víctima. Lo que no se acordó fue una orden de busca y captura para intentar detener al agresor, al que simplemente llamaron por teléfono –lo que demuestra que estaba localizable–    para comunicarle la orden y decirle que será citado para prestar declaración en septiembre.

La Jefatura Superior de Aragón quiso aclarar ayer que aunque en un primer momento se valoró a la víctima en situación de riesgo extremo, al haber sido adoptadas después una serie de medidas para protegerla, esa situación habría evolucionado. Según indicaron fuentes oficiales, primero se rebajó el riesgo a alto y actualmente sería medio. Y ello obliga a confiar en que las medidas adoptadas sean suficientes y en que el agresor no vuelva a intentar atacar a su pareja.

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