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Secuestro en Utebo: "Salvadme por favor, no me deja salir de casa y ha dicho que me va a matar"

La Guardia Civil y la Policía Local rescatan a una mujer a la que su pareja retenía contra su voluntad en una vivienda de Utebo. El hombre, que tenía una pistola, agredió a dos agentes y estuvo a punto de desarmarlos.

Ioan D. V., a la izquierda, cuando se atrincheró en abril de 2015 en una nave de Figueruelas.
Ioan D. V., a la izquierda, cuando se atrincheró en abril de 2015 en una nave de Figueruelas.
Guillermo Mestre

La llamada de un joven alertando del presunto secuestro de su madre en Utebo obligó a intervenir con urgencia hace unos días a la Guardia Civil, que comprobó que, efectivamente, el compañero sentimental de la mujer la tenía retenida contra su voluntad y la había amenazado de muerte. «Salvadme por favor, no me deja salir de casa, no puedo más y ha dicho que me va a matar», fue lo poco que llegó a decir la víctima cuando, llorando y temblorosa, logró asomarse a la puerta de la vivienda. «Entrad y os mato de un tiro, hijos de la gran puta, que tengo una pistola», fue la contestación del supuesto secuestrador.

Los hechos se produjeron sobre las 18.00 del pasado 8 de agosto en el camino de las Canteras de Utebo, pero nada había trascendido hasta ahora sobre una intervención en la que Ioan D. V., de 50 años, no solo se negó a liberar a su pareja y plantó cara a los agentes, sino que en un violento forcejeo llegó a intentar arrebatarles sus armas de fuego reglamentarias. A base de golpes y patadas, el hombre logró quitarle a uno de los guardias la defensa extensible y los grilletes. Y en un momento dado, cuando trataban de inmovilizarlo, gritó a su hija de nueve años que le trajera la pistola que guardaba en su dormitorio. Como después comprobaría la Benemérita, no era ningún farol para intimidar a la patrulla. El hombre tenía un arma de fuego en la cómoda que había junto a su cama y contaba con munición del calibre 8 mm.

La enorme violencia desplegada por este individuo obligó a los agentes a pedir refuerzos a la Policía Local de Utebo, que acudió rápidamente a la finca y ayudó a detener al secuestrador. Tal era su estado de agresividad, que fue preciso llamar al centro de salud de la localidad para que acudieran a ponerle un tranquilizante. Solo entonces pudieron trasladarlo a dependencias policiales.

«No la dejo salir porque no quiero, llama a la Policía si quieres. No tienes cojones»

Según ha podido saber HERALDO, fue el hecho de que la víctima no contestara a las insistentes llamadas telefónicas de su hijo lo que activó las alarmas. Pero cuando el joven se asustó realmente fue al recibir una llamada del novio de la mujer. «No la dejo salir porque no quiero, llama a la Policía si quieres. No tienes cojones», le dijo. Acto seguido, el hijo se puso en contacto con la Guardia Civil para explicarles lo que estaba ocurriendo.

"Sin orden judicial no entráis"

Cuando la primera patrulla se presentó en la vivienda del investigado, este no quiso ni identificarse y les dijo que sin una orden judicial allí no entraba nadie, invitándoles a que se marcharan. Los agentes le explicaron que solo querían saber si su pareja estaba con él, a lo que este contestó que vivía solo. El hijo de la mujer secuestrada volvió entonces a telefonear a su madre, que esta vez sí le cogió el teléfono y en un estado de enorme ansiedad logró asomarse a la puerta. Pero la vivienda cuenta con una valla exterior de forja, por lo que no pudo salir a la calle. Es más, al verla, su captor se abalanzó sobre ella y le quitó de un manotazo las llaves.

Los sollozos y las palabras de la mujer, que repetía «quiero salir de aquí, sacadme de aquí», fueron las que llevaron a actuar  de forma inmediata a los agentes, que consiguieron forzar la puerta exterior, permitiendo así que la víctima saliera corriendo. Su pareja trató de refugiarse entonces en la casa, pero los guardias le impidieron que llegara a cerrar. Fue entonces cuando se produjeron los forcejeos que terminaron con el arresto de Ioan D. V. por delitos de detención ilegal, malos tratos psicológicos en el ámbito de la violencia de género, resistencia grave y desobediencia. Uno de los agentes resultó lesionado durante la intervención y precisó de asistencia médica.

Se atrincheró durante 17 horas en una nave de Figueruelas en 2015

No es la primera vez que Ioan D. V. protagoniza un altercado y obliga a intervenir a la Guardia Civil. Ya lo hizo el 24 de abril de 2015, cuando se atrincheró durante 17 horas en una nave del polígono Inbisa de Figueruelas para evitar que le cerraran su negocio de elaboración de quesos. Llevaba 14 meses sin pagar el alquiler y el dueño de dicha nave había solicitado el desahucio.

El vecino de Utebo, nacido en Rumanía, amenazó con quitarse la vida y dijo que tenía varias bombonas de gas. La Benemérita le dio cierta credibilidad, ya que el atrincherado se había hecho un foto con una soga al cuello y se la había enviado a un amigo, y en las instalaciones había gas para calentar leche. De ahí que se rodeara la nave, se alertara a los bomberos y se recurriera incluso a un negociador para convencer al hombre de que lo mejor era entregarse.

No fue sencillo, pero tras no pocas llamadas y horas en vela , el especialista de la Guardia Civil consiguió que Ioan D. V. depusiera su actitud. Y poco se había vuelto a saber de él hasta que hace unos días volvió a movilizar a Instituto Armado.

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