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El sumario del crimen de Katia destapa la historia del mazo, el cuchillo doblado y el balcón

Rubén Calvo se tiró desde un quinto piso tras asestar 64 cuchilladas a su expareja en Zaragoza, pero un furgón aparcado justo debajo le salvó la vida y el lunes 13 de junio comienza un juicio con jurado que podría costarle 26 años de cárcel 

Rubén Calvo asestó 64 cuchilladas a su exnovia antes de lanzarse desde un quinto piso en Zaragoza.
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Katia Carolina Altamirano Blandón hubiera celebrado el pasado viernes su cumpleaños, pero el hombre del que una vez estuvo enamorada y al que intentó rescatar de las garras de las drogas se encargó de que no pasara de los 35. Porque ni ella ni nadie es capaz de sobrevivir a 64 cuchilladas. Máxime cuando estas van dirigidas a zonas vitales como el cuello o el corazón y se asestan con tal  brutalidad que son capaces de fracturar las vértebras lumbares, las más fuertes de nuestra osamenta. Mejor suerte corrió el autor de este cobarde y macabro crimen, Rubén Calvo Ropero, de 33 años, quien en su particular huida al vacío decidió saltar desde el balcón de un quinto piso. Pero quiso el destino que justo debajo hubiera aparcada una furgoneta, ya que cayó sentado sobre ella y el techo amortiguó la caída.

El homicida sufrió un traumatismo craneal y pasó un tiempo en la uci del Miguel Servet, pero logró recuperarse y mañana podrá sentarse en el banquillo de la Audiencia de Zaragoza, donde intentará convencer a un jurado de que «perdió la cabeza» y no recuerda nada de lo sucedido. La defensa, a cargo de la letrada Carmen Sánchez Herrero, mantiene que la esquizofrenia que padece el acusado y un consumo excesivo de drogas fueron el detonante del asesinato. Los forenses ya dijeron que solo cabría aplicarle una atenuante leve, porque consideran que fue él quien decidió dejar de ser dueño de sus actos. Pero será el tribunal popular quien finalmente dicte veredicto.Si no hay imprevistos, el próximo 20 de junio.

Los hechos se produjeron sobre las 0.15 del 23 de mayo de 2021 en la vivienda del criminal, ubicada en el número 31 de la calle de Leopoldo Romero, en el barrio de Las Fuentes de Zaragoza. Según el Ministerio Público, la mujer acudió allí engañada, ya que su exnovio la llamó por teléfono la tarde anterior para contarle que no se encontraba bien y necesitaba ayuda. Sobre el hombre pesaba una reciente sentencia que le impedía aproximarse o comunicarse con Katia, pero poco le importó.

Acorralada en el dormitorio

La víctima se presentó en el domicilio de su excompañero sobre las 22.30. Sin embargo, no fue hasta pasada la medianoche cuando se produjo el apuñalamiento. Las pesquisas y los interrogatorios practicados durante la fase de instrucción permiten concluir a la Fiscalía que Rubén Calvo se sirvió de dos cuchillos para acabar con la vida de la víctima, a la que acorraló en un pequeño dormitorio del que no pudo escapar. Según los forenses, aunque el cuerpo de la joven presentaba numerosos cortes y heridas incisas por todo el cuerpo, las que resultaron «mortales de necesidad» fueron la que sufrió en el cuello, la que le atravesó el corazón o la que le afectó al hígado y la arteria ilíaca derecha.

Basándose en las conclusiones de los peritos, la Fiscalía entiende que cuando asesinó a su expareja el acusado  tenía las facultades intelectivas y volitivas levemente disminuidas por  «un trastorno de personalidad antisocial, un trastorno de personalidad límite y narcisismo, unido todo ello al consumo de tóxicos». De ahí que le aprecie una atenuante de trastorno mental. La acusación pública atribuye al procesado un delito de asesinato con una agravante de género y otro de quebrantamiento de condena, al que también aplica una agravante de reincidencia. El letrado de la Comunidad Autónoma acusa por los mismo delitos pero propone una condena de 26 años de prisión.

  • Un mazo para derribar la puerta

    Las casi 1.200 páginas del sumario del crimen de Katia están salpicadas de imágenes que resultan especialmente reveladoras. Como la del mazo (1) que usó un agente de la Policía para reventar la puerta de la vivienda donde fue acuchillada la joven nicaragüense el 23 de mayo de 2021

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  • Un cuchillo doblado y roto

    Los agentes echaron abajo la puerta del domicilio con la esperanza de que la víctima todavía estuviera con vida. Pero ya era tarde, había muerto desangrada en el pequeño dormitorio donde fue acorralada. Durante la inspección ocular del escenario del crimen se hallaron varios cuchillos, dos de ellos ensangrentados. Y tal había sido la fuerza con la que se había empleado el homicida que los había doblado y roto (2).

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  • Una furgoneta amortiguó la caída

    Varios vecinos alertaron de los gritos que se escuchaban en el piso a la central del 091, que movilizó enseguida varias patrullas. Los funcionarios llegaron a tiempo de ver cómo Rubén Calvo se arrojaba al vacío por el balcón de un quinto piso tras gritar: "Decidle a mi padre que lo quiero". Parecía una caída mortal, pero una furgoneta aparcado justo debajo amortiguó el tremendo impacto y Rubén Calvo salvó la vida.

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