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El juez del caso La Manada de Pamplona destapa la gran operación antidroga de Zaragoza

Edilberto Esteban Iglesias se ha convertido en el azote de los traficantes que operan en la Ribera del Ebro. 

La Policía Nacional ha cortado durante un par de horas un tramo de la calle Sevilla de Zaragoza.
En la fotografía, entrando en el coche camuflado de la Policía, uno de los principales detenidos de la operación antidroga de Zaragoza.
Oliver Duch

La macrorredada antidroga que esta semana ha permitido localizar decenas de kilos de ‘speed’ ocultos en un bar de la calle Sevilla lleva la firma de Edilberto Esteban Iglesias, el magistrado que instruyó el caso de La Manada, uno de los procedimientos más mediáticos de los últimos años. Se trata del titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona y se ha convertido en el azote de las bandas de traficantes que operan en el valle del Ebro y el Norte de España.

La operación que esta semana ha permitido detener a al menos siete personas relacionadas con bares y establecimientos de ocio nocturno en la capital aragonesa empezó a fraguarse en 2021. Apoyándose en el Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional de Pamplona, cuyos agentes se han desplazado estos días a Zaragoza para efectuar 14 registros en lugares tan céntricos como las calles Zumalacárregui o Sevilla, el magistrado llevaba meses tras la pista de los ahora detenidos. De hecho, han sido los pinchazos telefónicos autorizados desde su juzgado los que han permitido cazar a los investigados con las manos en la masa.

Edilberto Esteban Iglesias ha declarado secretas las actuaciones, por lo que ninguna información oficial se ha facilitado hasta la fecha. Y se antoja normal, cuando las pesquisas todavía siguen abiertas y ninguno de los arrestados ha declarado todavía en sede judicial. Sin embargo, fuentes próximas a la investigación confirman que el magistrado conocía bien los movimientos de cada uno de los miembros de la organización. Hasta el punto de que al químico que presuntamente ‘cocinaba’ la droga lo sorprendió cuando regresaba a su domicilio de la calle Zumalacárregui de los Países Bajos.

La Policía registró la vivienda de este joven con ayuda de la Unidad Canina, pero parece que allí no se encontró ninguna sustancia ilegal. Sin embargo, lo que buscaban los investigadores no estaba lejos. A escasos metros de este domicilio, en el número 24 de la calle Sevilla, les esperaba el premio. Según ha podido saber este diario, en un pub clásico de la noche zaragozana que volvió a abrir sus puertas el pasado sábado, 23 de abril, bajo el nombre de Mágica Noche, los perros ayudaron a localizar varias decenas de kilos de anfetamina. En cualquier caso, será el laboratorio el que confirme la cantidad exacta. La vivienda donde viven los propietarios del bar también fue registrada, pero parece que allí los canes no detectaron droga alguna.

Sus métodos, elogiados y criticados

No es extraño que un juez no adscrito a los juzgados de Zaragoza dirija una operación de este calado a bastantes kilómetros de su despacho. El magistrado Edilberto Esteban Iglesias investigaría a algún traficante de su jurisdicción y tirando del hilo -telefónico, muy posiblemente- dio con la importante ramificación de la capital aragonesa. Su forma de trabajar le ha valido bastantes elogios entre la judicatura, pero lo cierto que sus métodos también han sido muy cuestionados por algunos abogados.

Con más de 15 años al frente del Juzgado de Instrucción 4 de Pamplona, tras haber pasado también por Vitoria y Tafalla. Iglesias fue muy criticado por las defensas del caso La Manada, pero lo cierto es que el Supremo terminó avalando su trabajo. De no surgir imprevistos, el juez tiene previsto interrogar este viernes a los detenidos en Zaragoza, que serán trasladados a su despacho en Navarra.

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