aragoneses extraordinarios

Concha Martínez o la solidaridad en zapatillas, de ida y vuelta

La turolense es la secretaria de Acción Solidaria Aragonesa, veterana oenegé para el desarrollo que colaboró a fundar en 1985

Concha Martínez, secretaria y cofundadora de Acción Solidaria Aragonesa, posa este martes 5 de abril en la Plaza del Carmen.
Concha Martínez, secretaria y cofundadora de Acción Solidaria Aragonesa, posa este martes 5 de abril en la Plaza del Carmen.
José Miguel Marco

Acción Solidaria Aragonesa (ASA) tiene como misión promover la sensibilización de la sociedad aragonesa, y generar proyectos de cooperación a favor de una sociedad más justa y solidaria, a nivel local y global, desde procesos individuales de compromiso social y político diversos, complementarios y no contradictorios. No obstante, no mantiene filiación política alguna, más allá de las convicciones personales de sus miembros, ni tampoco está adscrita a ningún colectivo religioso, y tiene socios en toda la Comunidad Aragonesa. La asociación tiene dos publicaciones, la revista anual ‘¿Y el Sur?’ y el boletín mensual Yes, con distribución analógica y digital tanto en Aragón como en distintos puntos de América Latina.

Concha Luzón es la presidenta actual de ASA. La secretaria y portavoz es otra Concha, Martínez Latre, nacida en Montalbán (Teruel); forma parte del grupo fundador de la institución. Licenciada en Físicas y doctora en Sociología, ha desarrollado su vida profesional en el Museo de Zaragoza, donde se jubiló hace seis años. Su experiencia en el voluntariado figura en la primera hoja de su currículum.

“Cuando nació ASA, en la primavera de 1985, estaba muy presente en los medios una hambruna tremenda en la zona del Sahel, en Etiopía; en Zaragoza estábamos unas cuantas personas vinculadas al activismo social, el pacifismo… también comités de solidaridad. Entendimos en conjunto que debíamos hacer algo al respecto desde aquí, lo que pudiéramos, y mostrar un tipo de solidaridad que combinase la efectividad con una línea política; las desgracias y la pobreza no existen porque sí. En mayo de aquél año se hizo una convocatoria pública con un texto que se resumía en la idea de conciencia sobre la realidad de nuestro mundo y el modo de mejorar las cosas para la gente. Somos una asociación de utilidad pública con capacidad de interlocución, y en nuestro documento base ahondamos desde el principio en esas desigualdades palpables en la sociedad”.

Portada de la Memoria de ASA en 2020: Proyecto para una soberanía alimentaria con enfoque de género en El Salvador.
Portada de la Memoria de ASA en 2020: Proyecto para una soberanía alimentaria con enfoque de género en El Salvador.
YES

Concha no cree en la autocensura oral. “Unos vivimos muy bien a costa de lo mal que viven otros; la desigualdad se basa en que nos apropiamos de bienes y personas que explotamos para mantener nuestro estilo de vida. La sociedad del bienestar se basa en que otros no viven tan bien. Y no queríamos olvidar otro razonamiento: pensar en el Sur, con mayúscula, no podía ser una coartada para olvidar la necesaria transformación del Norte. Sensibilización y cooperación, las dos cosas son igualmente importantes”.

En este segundo terreno, ASA se ha enfocado en proyectos pequeños, aunque de gran calado. “Apoyamos a organizaciones que normalmente ya tienen una red social, y que con nuestra ayuda económica pueden movilizar objetivos a corto plazo que ellos mismos conceptúan y realizan; además, acabamos aprendiendo de sus manifestaciones de resiliencia, capacidad ejecutiva y acciones con sentido. Es una solidaridad de ida y vuelta”.

"La sociedad del bienestar se basa en que otros no viven tan bien"

En cuanto a la sensibilización, el cine ha sido una gran herramienta para la asociación. “Desde el primer año hemos sacado adelante un ciclo de cinefórum, ‘Dependencia Norte-Sur’. La asamblea inicial de 1985 fue en el Centro Pignatelli, que siempre nos ha apoyado y nos cedió su salón de actos para las proyecciones; lo hemos mantenido todos estos años, incluso en pandemia por medio de emisiones por plataformas digitales. Siempre lo hacemos en enero, cuando hace frío -ríe- y apetece meterse en una sala a las seis de la tarde de un domingo; cada película tenía presentación y foro posterior. Cada año hay un tema concreto dentro del marco del propio título: ‘La mujer en el sur’, ‘África y el Sahel’, ‘Países emergentes’, ‘Inmigración’, ‘La infancia en el corazón de la crisis’… un poco de todo. Y el coloquio posterior siempre ha tenido unas 100 personas de media”.

No perder el Sur

Concha es consciente del tamaño de ASA en el sector de las organizaciones no gubernamentales para el desarrollo. “Hace tiempo que las grandes ONGD se han instalado en Zaragoza, con equipos maravillosos para desarrollan proyectos y generar materiales didácticos. Somos pequeños, casi irrelevantes, pero tenemos un pequeño espacio que nos hace no perder el Sur y mantener viva la sensibilidad hacia las realidades que hemos comentado. Las brújulas marcan el norte, pero también está la Cruz del Sur -sonríe- y las dos merecen atención. Nos volcamos en su día en la creación de la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS) en 1994 y ahí seguimos. La actual presidenta es la periodista turca Ceren Gergeroglu; el anterior fue un compañero fundador de ASA, Ricardo Álvarez. En 1985 fuimos la primera organización ‘pequeña’ en la Coordinadora Estatal de ONGD, que tenía 11 organizaciones: Intermón, Ayuda en Acción, Manos Unidas, Cáritas… y nosotros, practicando la solidaridad en zapatillas, sin grandes medios”.

Concha cree que el trabajo solidario es una opción de vida, no un complemento. “Está muy bien ir un día a una manifestación por algo en lo que crees, pero a mí no me basta con eso. Hay días tediosos, que requieren de cierta constancia, acompañada de una reflexión. Estar en ASA me desvela otras claves vitales. Ahora tenemos un reto con la acogida a refugiados ucranianos, que sin duda es indispensable acometer, pero hay un poso de hipocresía brutal cuando se olvida la valla de Melilla, las devoluciones en caliente sin saber las razones que les llevan a tratar de cruzar la frontera, la explotación de la inmigración ilegal que nos viene muy bien para mantener ciertos trabajos, los refugiados de guerra de Afganistán, Siria, Yemen… en ASA tratamos de mantener la conciencia sobre todas estas cuestiones”.

La activista turolense amplía su reflexión sobre el particular. “Saber lo que realmente ocurre en el mundo y por qué ocurre es fundamental; no para amargarte, sino para hacer tu pequeña contribución a paliarlo. Hay un libro que me gusta mucho, ‘La penúltima bondad’, del filósofo Josep María Esquirol; allí dice que el medio palmo que puedes hacer no hay que dejar de hacerlo. Cada año pensamos desde octubre en un lema que aplicaremos al año siguiente como línea de acción; el de 2022 es ‘Descolonizar las mentes’, aplicándolo a la economía, la salud, la alimentación, las relaciones Norte-Sur, la intoxicación informativa… es fundamental encaminarse a un criterio propio que ninguno tenemos en puridad; es algo muy difícil”.

Concha concluye diciendo que “hay que empezar por reconocer la subjetividad de todas las personas, de todos nosotros. Leonardo Boff también dijo en su día en su obra ‘El águila y la gallina' que ‘los ojos ven desde donde los pies pisan’; según dónde te sitúas en la vida, ves ciertas cosas y te pierdes otras. Me han llamado ingenua por algunas opciones que he tomado en la vida, pero no me arrepiento de esas decisiones ni lamento sus consecuencias”.

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