El director del Instituto de Educación Secundaria Ramón y Cajal de Zaragoza, Guillermo Sánchez, es de los que creen que las cosas no se cambian nunca imponiendo sino, al revés, ilusionando y convenciendo.

Así ha logrado la comunidad educativa de este centro -formado por 400 alumnos, de hasta 36 nacionalidades diferentes, y 57 docentes; y ubicado en el entorno del Gancho- transformar un instituto que hace un lustro estuvo a punto de convertirse en "un gueto educativo" en un lugar "de convivencia pacífica" en el que se estimula la creatividad y el emprendimiento de los estudiantes y donde el profesorado puede desarrollar libremente sus iniciativas e ideas.

"Hace cinco años, teníamos dificultades para mantener un entorno armonioso y pensamos que de esas debilidades teníamos necesariamente que hacer fortalezas", recuerda Sánchez. La unión de un "claustro inconformista" dio lugar a otra forma de enfocar la educación, basada en proyectos innovadores -que introdujeran nuevas metodologías- y aunara la ilusión de estudiantes y maestros. Esa metamorfosis se visualiza muy bien en el lema (dibujado en una de las paredes de uno de los edificios del centro) que les representa: "Igualdad, inclusión e innovación".

Tal y como destaca el director del Ramón y Cajal, el objetivo que persiguen es que estando en un entorno social desfavorecido cualquiera de sus alumnos/as tengan la misma calidad educativa y los mismos medios que cualquier otro alumno de cualquier centro del Estado español, sea público o privado. "Es una cuestión de justicia social; que la criba que nos impone el mundo en el que vivimos se haga no por el dinero sino por el talento y el esfuerzo", apunta.

Francisco Jiménez

Todo ese esfuerzo ha sido valorado por la Fundación Princesa de Gerona, que le acaba de conceder esta semana el Premio Escuela del Año 2021 en reconocimiento a su promoción de un modelo "inclusivo e inspirador en una etapa educativa como es la secundaria" y por ser un referente en la "integración en el mundo laboral de jóvenes con diversidad funcional", impulsando un marco de convivencia que encuentra en la diversidad cultural "una oportunidad". Según informó la propia Fundación, dicho galardón (que va por su cuarta edición) reconoce los centros escolares comprometidos con el desarrollo del talento y la innovación educativa; y tiene como fin difundir la tarea de los colegios galardonados y fomentar su visibilidad "para contribuir a convertirlos en referentes de la educación innovadora".

El IES Ramón y Cajal, escuela del año

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Estudiantes con discapacidad

Hay que destacar que entre los 400 alumnos con los que cuenta el IES zaragozano premiado hay chavales con discapacidad (de entre 16 y 21 años) dentro del Programa de Cualificación Inicial (en tres modalidades: lavandería y arreglo textiles, fabricación y montaje y agrojardinería). "Hace un servicio social increíble y su fin es la inserción laboral de este alumnado. Además, hacemos proyectos colaborativos -de aprendizaje y servicio- entre estos estudiantes y los de bachillerato", indica Sánchez.

Para el director, obtener el premio de la Fundación Princesa de Gerona es un "espaldarazo" a los proyectos de innovación que desarrollan (38 diferentes y con carácter interdisciplinar desde que el instituto pertenece a los centros integrados en la Red Evolución del Gobierno de Aragón) y también a la labor de la escuela pública. "Nos lo han dado por la inclusión, la innovación y la capacidad de transformarnos en un contexto complicado y heterogéneo. Es el reconocimiento a un gran esfuerzo colectivo, sobre todo de los profesores/as. Hemos tenido mucha suerte; creo que hay muchos centros de Aragón que podrían haberlo ganado. El galardón no es una meta; quizá sea un nuevo principio, una ayuda, darnos visibilidad. Y, desde luego, es una carga de ilusión y autoestima para las mochilas de todos los que llevamos años trabajando por mejorar el instituto", afirma.

Otro de los elementos que ha pesado para hacerse con el preciado galardón es su propuesta de educación "más líquida", es decir, que cada año el sistema se adapta a las necesidades del estudiante. "Aquí nos conocemos todos por el nombre; y a pesar de su heterogeneidad el alumnado es muy acogedor y nos proponen muchas cosas porque nosotros les damos alas. En ello colabora mucho el Programa de Integración de Espacios Escolares del Ayuntamiento de Zaragoza", añade el director, que también señala que otro de los objetivos del centro es "influir" en el entorno del Gancho.

Con todos esos cambios, la dirección del centro ha comprobado cómo la convivencia ha mejorado "ostensiblemente" en los últimos tiempos y tambien el rendimiento del alumnado. "Sobre todo en Primero de la ESO, que es donde dedicamos muchos recursos por ser nuestra cantera", comenta.

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Visita oficial para entregar el premio

Estaba previsto que Felipe VI y la reina Letizia viajaran en otoño (el día no estaba cerrado, a falta de cuadrar agendas) a Zaragoza para entregar en persona el galardón al IES Ramón y Cajal, tal y como avanza Guillermo Sánchez. "La visita de los Reyes da una visibilidad tremenda. Estamos muy agradecidos a la Fundación", añade ilusionado. (Finalmente ha sido el Rey el que se ha desplazado este miércoles, 11 de enero, a la capital aragonesa).

La Fundación Princesa de Gerona-cuya presidenta de honor es Leonor de Borbón-, fue creada en el año 2009 por la sociedad civil en esta población catalana e impulsada por más de 90 patronos (personas a título individual y algunas de las organizaciones empresariales más importantes del país) para estar "al lado de los jóvenes". Desde entonces trabaja por transformar la educación, "generar herramientas útiles y recursos formativos para mejorar las competencias de los jóvenes y potenciar sus ilusiones, promoviendo referentes reconocibles para la juventud".