Zaragoza afronta la recta final del Pilar con los hoteles al 68% y los restaurantes casi al completo

El sector hostelero de Zaragoza se muestra satisfecho con la facturación de la primera parte de las ‘no fiestas’ del Pilar. Aunque todavía lejos de los niveles prepandemia, y lastrados por las restricciones sanitarias vigentes, bares, restaurantes y discotecas agradecen los primeros atisbos de normalidad tras más de año y medio en el dique seco. También los hoteles, que han mejorado las previsiones iniciales que anticipaban un 47% de ocupación, ya que finalmente se ha alcanzado el 61%. La cifra incluso podría mejorar para este fin de semana, en el que esperan llegar al 68%.

«Hemos acortado distancias respecto a las previsiones iniciales pero aún nos queda recorrido para mejorar», explica Antonio Presencio, presidente de la asociación Horeca Hoteles Zaragoza. En concreto, el 61% de ocupación alcanzado durante el puente del Pilar supone un notable descenso respecto al 73% que se registró en 2019, pero supera las expectativas del sector. A esta mejoría ha contribuido un cliente «de última hora, de origen nacional, y que se queda un día», señala el portavoz.

Según una encuesta interna de la asociación, la jornada de mayor demanda de establecimientos hoteleros se registró el sábado 9, cuando se alcanzó el 95% de ocupación. En cambio, tras el día 12, apenas se han reservado entre el 33% y el 43% de las camas.

En la misma línea, restaurantes y cafeterías han registrado una alta demanda, y no esperan que baje mucho en el segundo fin de semana, habitualmente más flojo que el primero. «En el puente hemos trabajado muy bien, aunque es cierto que mucha gente se fue de viaje», apunta José Luis Borlán, de La Scala. A su juicio, hoy y mañana «también irá bien, porque no se irán tantos y hace buen tiempo».

Algunos incluso tienen todas las mesas reservadas desde hace semanas, como es el caso de Cancook. «Siempre hay un repunte para el Pilar, sobre todo de gente de fuera que reserva con mucho tiempo», comenta Ramces González, uno de sus responsables.

Por su parte, José María Marteles, presidente de la asociación de Cafés y Bares de Zaragoza valora «positivamente» estas ‘no fiestas’. «Ha habido mucho público, la gente se ha comportado y ha sido un buen puente», resume. Reconoce, eso sí, que «pese a que la influencia del centro se va ampliando, muchos barrios no se ven beneficiados» por el ambiente pilarista.

Marteles prevé que este fin de semana será «bueno, aunque no tanto», pero sobre todo, confía en la desaparición de las restricciones tras el Pilar para lograr la normalidad en el sector. «Los problemas no se dan en el interior de los locales, sino en la calle», advierte.

Ocio nocturno

La idea es compartida por el sector del ocio nocturno, que ya advirtió del riesgo de altercados en las calles más céntricas de la ciudad ante las limitaciones de aforo en los locales de fiesta. Trifulcas y botellones como lo de la plaza del Justicia les dan ahora la razón, aseguran, por lo que lamentan que las restricciones sigan vigentes. En cualquier caso, como indica Alberto Campuzano, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas de Zaragoza, las ‘no fiestas’ «han sido positivas en general».

«Hay que volver a la normalidad o, de lo contrario, vigilar que se cumple la ley», advierte en referencia a los excesos que se han registrado en algunas discotecas de la ciudad. Además, rechaza que el ocio nocturno sea el único sector que tenga que exigir el certificado covid para volver a la normalidad. «Es discriminatorio», lamenta.

En cualquier caso, pubs y discotecas han podido volver a facturar tras meses sin apenas actividad. Desde la sala Reset, en La Romareda, Mikel Hernández asegura que ha completado el aforo (80 personas) todas las noches. «Dejamos a 200 personas en la calle cada día y es frustrante, pero lo henos pasado tan mal que cualquier cosa nos vale», dice resignado.