zaragoza

Rebajan la pena porque el procesado había tomado ‘speed’ antes de cortar el cuello a su exnovia

Fabio Colón Castillo, de 36 años, condenado a diez años de cárcel por intentar asesinar a su expareja en Miralbueno. 

El lugar en el que un hombre intentó degollar a una joven de 23 años.
El lugar en el que Fabio C. intentó degollar a una joven de 23 años.
Heraldo

El consumo de barbitúricos y ‘speed’ (anfetaminas) previo a la salvaje agresión que Fabián Colón Castillo llevó sobre su exnovia con intención de acabar con su vida le ha valido para que el tribunal de la Audiencia Provincial de Zaragoza aminore la pena que solicitaban las acusaciones. Si el fiscal y el abogado de la víctima pedían una condena de entre 14 años y medio y 19 años de cárcel, los magistrados la han fijado finalmente en nueve por el intento de asesinato y uno más por las lesiones que causó al conductor de un bus urbano que ayudó a la joven. Además de esta rebaja por la atenuante de drogadicción, el acusado se ha beneficiado de haber anticipado 21.500 euros de la indemnización de 53.000 que deberá pagar a la víctima.

Fabián Colón, de 36 años, es considerado autor de un asesinato en grado de tentativa, con la agravante de actuar por razón de género, pues la causa de su ataque no fue otro que el no aceptar que la joven cortara con él. En la sentencia, el tribunal explica que el acusado intentó sin descanso que volviese con él y que solo en la noche del 1 de mayo de 2019, en media hora, le envió 37 mensajes pidiéndole reiniciar la relación.

Entre el 1 y el 6 de mayo, día en que intentó matarla, trató de averiguar por todos los medios dónde estaba y qué hacía. Escribió a la hermana de la joven para que intermediara con ella y preguntó a un amigo común si seguía llevando un anillo que le había regalado. Su insistencia fue tal que la víctima accedió a ir a su domicilio para recoger efectos que aún tenía allí. 

Cuando llegó, Fabián Colón ya había empaquetado sus pertenencias y se empeñó en ayudarla a dejarlas en el coche. Con una clara premeditación, pues se pertrechó de un cúter de 15 centímetros de hoja que ocultó entre sus ropas, aprovechó ese momento para meterse en su vehículo. Una vez dentro y cuando la joven cogió su móvil para pedir ayuda, le puso el arma en el cuello para que siguiera conduciendo y le dijo: "Ahora vas a hacer lo que yo te diga".

Cuando la mujer detuvo el coche en el camino del Pilón e intentó huir por la puerta del copiloto, él la agarró del pelo y le clavó el cúter en el cuello y varias veces en la espalda y la cabeza. Un conductor de la línea 53 que pasaba por allí vio la agresión y no dudó en bajarse del bus para ayudar a la joven, aún a costa de ser acuchillado en una mano. Por esta lesión, la Audiencia lo condena a un año de cárcel y al pago de 560 euros de indemnización, pero no le concede los 3.000 euros que pedía su abogado por daños morales ya que entienden que, "al contrario, se hizo merecedor de una opinión pública y publicada favorable a su intervención en los hechos".

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