día de la mujer 

Una marea morada toma las calles de Zaragoza, Huesca y Teruel sin cánticos y con distancia de seguridad por la covid

Más de 1.500 personas se concentraron en la plaza del Pilar, mientras que en Huesca se limitó el espacio a 500 participantes para evitar mayores riesgos.

Marchas y concentración en la plaza del Pilar de Zaragoza.

La pandemia no acalló el grito feminista. Aunque sonó de forma diferente. Una marea morada tomó este lunes las calles de las capitales de provincia de Aragón en forma de protestas diseminadas y simbólicas que sirvieron para recordar que, pese a todo, la lucha por los derechos de las mujeres debe seguir siendo "prioritaria". La concentración más multitudinaria se hizo en Zaragoza con cuatro manifestaciones simultáneas que desembocaron en la plaza del Pilar, donde la Asamblea 8-M -la entidad convocante- leyó un manifiesto para clamar por "un nuevo modelo de sociedad justo y sostenible". Allí, se llegaron a reunir más de 1.500 personas.

Los recorridos partieron a las 18.00 de las plazas de España, Europa, San Miguel y del Dragón. La tónica fue similar en todos ellos: distancia interpersonal, mascarilla y sin cánticos para evitar los aerosoles. En su lugar, las participantes se pertrecharon con cazos, cacerolas, llaves, cajas y todo tipo de objetos de percusión para poder hacerse oír pero con seguridad ante el coronavirus. "No nos van a callar si quieren criminalizarnos", afirmó la portavoz de la asociación, Inés Royo, quien recalcó que "todo el mundo tiene derecho a salir a la calle".

Los motivos eran muchos. Así lo expresaron tanto desde la Asamblea 8-M como quienes acudieron a la protesta. Clamaron -aunque esta vez de forma más silenciosa- por la equiparación de derechos laborales y sociales, por la libertad de género y sexual o, entre otras, contra la violencia machista. La crisis sanitaria tampoco lo ha puesto fácil. Se ha cebado con el empleo femenino, pero también ha puesto de manifiesto, como rezaban muchas de las pancartas, que los que desempeñan las mujeres son trabajos "imprescindibles". "La pandemia ha demostrado que los cuidados, que están invisibilizados, son muy necesarios", dijo Ana García antes de emprender la marcha. "A pesar de los avances que ha habido, queda una gran desigualdad laboral. A las mujeres nos cuesta el triple acceder a un puesto", apostilló su compañera, Belén Martínez.

Durante todo el camino, las organizadoras se encargaron de que se cumplieran las medidas de seguridad. "Se están respetando todas y estamos dando un buen ejemplo de cómo se pueden hacer las cosas", puntualizó Alicia Felipe. También se mostró satisfecha Marijose Clavería aunque, al pertenecer "a la tercera edad", hubiera preferido una concentración. Aún así, no dudó en acudir junto a su marido Ramón Cuesta, que recalcó que la igualdad hay que ponerla en práctica, "haciendo la comida, yendo a comprar o cuidando de los hijos y nietos".

Hasta 500 personas en Huesca

"Es una jornada de lucha, no es una fiesta", se gritó en el 8-M de Huesca. La capital oscense celebró la concentración con la plaza de Navarra vallada y acordonada, con acceso único, gel hidroalcohólico y cruces rojas marcando los puestos en el suelo para garantizar la distancia de 2 metros y el aforo de 500 personas.

Durante una hora, las asistentes escucharon las voces de mujeres gitanas, inmigrantes, sanitarias, trabajadoras de la cultura, de una asociación vecinal o trans, un abanico de puntos de vista para entender su diversidad y sus problemas. "Las inmigrantes somos mayoritarias en la limpieza del hogar, pero sin los mismos derechos como trabajadoras", dijo una. "Soy musulmana, pero no sumisa ni oprimida. Cuando vamos a las administraciones no nos tratan por igual al ver cómo vamos vestidas", apuntó su compañera.

En nombre del sector de la cultura, la cuentista Sandra Aragüás proclamó la necesidad de "más libreras, más editoras, más escritoras... y más gestoras, para que los recursos lleguen a todas". Entre las concentradas, María José Baselga, que llevó a sus dos hijos pequeños. "Las niñas somos valientes", proclamaba la pequeña en un cartel. "Mi hermana es una superheroína", decía el de él. "Las mujeres sabemos organizarnos y respetar las medidas de seguridad para poder salir a la calle a reivindicar el 8-M", comentó la madre.

En nombre de la asamblea del 8-M, Charo Ochoa recordó las "muchas luchas pendientes", pero en el año de la covid destacó el papel de las mujeres en los cuidados. "La mayoría están realizando los trabajos de mayor exposición, de mayor sobrecarga y con menor reconocimiento", declaró.

Concentraciones simbólicas

En Teruel, varias decenas de personas participaron en las concentraciones simbólicas celebradas en las plazas de la Catedral y de San Juan y en el campus universitario. En los actos, donde se guardaron todas las cautelas para prevenir contagios, se resaltó que la crisis económica está golpeando más duramente a la población femenina. CC. OO. y UGT se concentraron de la plaza de la Catedral. Allí se leyó un manifiesto que reclamó "igualdad real", particularmente en el ámbito laboral. Previamente, a las puertas del Ayuntamiento se concentró la alcaldesa, Emma Buj. Al acto también asistieron la concejala de Servicios Sociales, Nuria Tregón, y los portavoces de los grupos municipales, a exepción de Vox. Asimismo, en la plaza San Juan, se celebró una concentración convocada por la Coordinadora de Organizaciones Feministas.

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