Aunque dejaron de encenderse tras la mágica noche de Reyes, las luces, los arbolitos de leds y otros adornos de Navidad continúan expuestos en las calles de Zaragoza. Nunca es la misma la urgencia para colocarlos que para retirarlos, pero fuentes del Ayuntamiento indican que estas labores ya han dado comienzo por los barrios y que, en pocos días, se verán también en el centro. "Es un trabajo progresivo que se va a prolongar un mes aproximadamente, al igual que sucedió con su montaje", explican desde el Consistorio, ante la sorpresa de algunos ciudadanos que a 19 de enero aún ven las guirnaldas de luces en las calles.

Las brigadas municipales ya han retirado buena parte de las luces que el Ayuntamiento tiene en propiedad y que fueron las que se colocaron por los distritos urbanos y los barrios rurales. Lo mismo ha sucedido con, por ejemplo, las casetas de la feria de adviento de la plaza de San Francisco o con el Belén gigante de la plaza del Pilar, cuyo complejo desmontaje comenzó hace semana y media. En lo que respecta a las nuevas luces del paseo de la Independencia o a las auroras boreales de la plaza de San Felipe no son las brigadas quienes tienen el cometido de retirarlas sino la empresa que ya estuvo encargada de su montaje a finales de noviembre. Dado que son varias ciudades las que cuentan con sus servicios, la firma organiza un calendario para desmontar en las primeras semanas de enero, aunque dado el volumen de trabajo en ocasiones se extiende hasta febrero. "El grueso estará desmontado este mes", apuntan fuentes municipales, al tiempo que aseguran que esta misma semana comenzarán a recoger las de Independencia. "Se hará de noche, al igual que se procedió en el montaje", añaden.

Todos los adornos navideños y la decoración lumínica de Zaragoza se lleva a cabo a través de la contrata de alumbrado municipal, excepto las guirnaldas de Independencia, las auroras de San Felipe y el árbol de la plaza de Paraíso, que se monta junto a la empresa especializada Ximénez Iluminación. Aunque llame la atención por gran envergadura, la ubicación de este último en una isleta intransitable junto a las vías del tranvía hace que no sea un obstáculo urbano que pueda generar problemas de movilidad.

Echando un vistazo a la hemeroteca, tradicionalmente, lo que más rápido se recoge suele ser el Belén del Pilar (para el 9 de enero las figuras ya se han subido a la carreta que les lleva de nuevo al almacén), a pesar de que el entramado de alfombras vegetales hacen que el desmontaje deba ser muy minucioso. Las luces suelen tardar más en retirarse, aunque en los últimos años había sido más discretas y no se había hecho una apuesta tan importante por los leds navideños. Una estampa curiosa sería, en cualquier caso, llegar a la fiesta del patrón dentro de diez días y que en San Valero aún se vieran abetos luminosos...

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