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Meninas luminosas, banderas leds y una frenética carrera por encender la Navidad

El debate está servido y no solo en Vigo, en Madrid o a orillas del Ebro. ¿Es la decoración navideña un estímulo para el comercio o un gasto inoportuno y desorbitado?

Una aurora boreal brillará en el cielo de la plaza San Felipe.
Una aurora boreal brillará en el cielo de la plaza San Felipe.
Ayuntamiento de Zaragoza

Para contrarrestar un año tenebroso, muchas ciudades han decidido echar el resto en las luces de Navidad. La motivación principal es “llevar algo de alegría a las calles” y azuzar las ventas en un deprimido pequeño comercio. No es cuestión de signo político, pues corporaciones de todos los colores están apostando por deslumbrar a sus convecinos, aunque también hay quienes critican que los adornos no son una prioridad y que ese presupuesto sería más útil invertido en ayudas, por ejemplo, al sector hostelero.

No es este un debate exclusivo a orillas del Ebro, donde el alcalde Jorge Azcón juega fuerte la baza de las luces, pues en ciudades como Vigo, Madrid o Valencia también se discute la conveniencia de la profusión de adornos. Es más, incluso Ada Colau se ha olvidado este 2020 de austeridades y en Barcelona ha aumentado en más de un 40% la partida dedicada a iluminación navideña.

Respecto a las luces son muchos los aspectos que pueden tratarse: desde su oportunidad en este 2020 de profunda crisis, hasta su motivo decorativo (en Zaragoza veremos auroras boreales y en Madrid, banderas de España) o, también, su fecha de encendido porque en Salamanca y Valladolid han tomado la avanzadilla y brillan ya desde esta semana para adelantar la campaña comercial.

Una recreación de los motivos ornamentales preparados para Barcelona.
Una recreación de los motivos ornamentales preparados para Barcelona.
E. Press

En la capital aragonesa se espera que los árboles y las guirnaldas se prendan para el puente de la Constitución y los comerciantes están encantados con el incremento presupuestario (pasa de 400.000 a 700.000 euros) porque consideran que los años anteriores “reinó la penumbra”. “Este año es más necesario que nunca contar con una iluminación antidepresiva y motivadora”, apunta José Antonio Pueyo, presidente de la Federación de Empresarios de Comercio (ECOS). Muchos comerciantes ven más efectiva esta invitación a volver a ocupar las calles que otras iniciativas de fidelización con vales y descuentos. En este sentido, Pueyo defiende la idea de que “la luz es ilusión” y rechaza imágenes que se han vuelto virales como una viñeta en la que se aprecia a un hostelero cerrando su negocio en una calle perfectamente iluminada.

En este sentido, la oposición municipal casi en bloque ha mostrado sus recelos ante el venidero resplandor con argumentos para todos los gustos: el PSOE cree que no es oportuno y pide ayudas directas al comercio; el exalcalde Santisteve dice que con 700.000 euros hasta 400 familias se asegurarían la vivienda durante seis meses; y CHA está recogiendo firmas para destinar el importe a los hosteleros.

"Sería más importante que los políticos se ocuparan de los empleos que de las bombillas"

Muchos responsables de bares y cafeterías critican que “no tiene sentido poner más luces navideñas para iluminar establecimientos que se han visto obligados a bajar la persiana”. Son palabra de Israel Valero, propietario del restaurante Disrael (San Juan Bosco, 2), a quien -como a tantos otros- no le sale a cuenta abrir su local para servir solo en las mesas del exterior. A su juicio, las administraciones públicas deberían preocuparse más por levantar las restricciones a “quienes solo intentamos hacer nuestro trabajo” que por poner luces y adornos. “La situación en los negocios de barrio es muy cruda y me parecen más importante los empleos que las bombillas”, concluye.

Los comerciantes supervivientes a la pandemia lo ven de otro modo, celebran que se engalanen las calles, si bien entienden que "llegado el momento deberían dejar abrir las tiendas más allá de las ocho, porque en las compras de última hora se juega parte de nuestra campaña", explica Mercedes Paso, propietaria de una tienda de moda en la avenida de Madrid. Los responsables del pequeño comercio también son partidarios de explorar fórmulas de colaboración con entidades privadas y patrocinadores para que no todo el gasto se cargue a las arcas municipales.

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Una de las Meninas luminosas que se han instalado en Madrid.
Europa Press

Bien es cierto que Zaragoza arrastraba tradicionalmente un déficit de adornos respecto a otras ciudades de su tamaño e, incluso, menores. Durante el mandato de ZEC la capital aragonesa destinó 100.000 euros a la decoración navideña mientras que Sevilla gastaba 600.000 o Bilbao 800.000. Mejor no compararlo, claro, con los datos de Madrid que este año ya supera los 3,17 millones de inversión. En el caso de la capital aragonesa las luces no se alquilan como sí hacen otras ciudades sino que se compran en propiedad, generando ‘fondo de armario’, por lo que la inversión actual se irá amortizando con el paso de los años.

El complejo de inferioridad local se hacía aún más patente cuando se comparaba la malagueña calle de Larios con la zaragozana Alfonso I. Ambas tienen casi la misma longitud y anchura, y podrían estar perfectamente hermanadas porque incluso la arquitectura de sus edificios es parecida. Sin embargo, en adviento, la andaluza brillaba a más no poder mientras que la aragonesa se quedaba a medias con unas bolas de luz y poco más. Este año esa pugna se equilibrará pues está previsto que se asomen incluso auroras boreales diseñadas por el arquitecto zaragozano Sergio Sebastián, habitual creador de la iluminación madrileña.

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Los preparativos de las luces que se encenderán este año en la malagueña calle de Larios.
Ayto. de Málaga

El que rompió la baraja hace unos años fue el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que presumía de que las luces de su ciudad se verían desde Nueva York. La afirmación era exagerada pero no el intento de provocar un desprendimiento de retina a los ciudadanos de las localidades vecinas, pues este año -según sus propias cifras- van a encender 10 millones de luces led. El relumbrón será importante; la contaminación lumínica, también. En Navidades anteriores tanto vatio ha podido servir de reclamo turístico, pero en este año de confinamientos perimetrales surgen más dudas. Lo mismo sucede con su repercusión mediática porque sí, Vigo aparece mentada en el ‘New York Times’, pero con algún que otro comentario a los delirios de grandeza de su primer edil que destina más de 1,6 millones de euros a estos fastos. El alumbrado del año pasado, según cifras del Ayuntamiento vigués, lo siguieron en directo presencialmente más de 150.000 ciudadanos. Este 2020 de pandemia, eso sí, lo tendrán que hacer por televisión.

En esta -permítase- ‘fanfarronería’ lumínica, pronto recogió el guante el alcalde madrileño José Luis Martínez Almeida, que no dudó -en una conocida y surrealista conversación- en disputarle a Vigo el título de ciudad más iluminada de España. Ellos mismos hablan de reto y de pique, si bien la noticia este año en Madrid es el motivo elegido para decorar el paseo del Prado. Una casi kilométrica bandera de España (800 metros) lucirá en uno de los tramos más recorridos de la capital (Recoletos), en lo que la oposición denuncia como un uso partidista de los símbolos nacionales. “¿A quién molesta que un símbolo común esté en las calles?”, ha dicho Almeida, que este año echará mano de proyecciones audiovisuales e, incluso, de una gran Menina con fulgor en su miriñaque. Por cierto, los toldos de luz de la zaragozana calle Alfonso también se iluminaron con los colores de la enseña nacional el año pasado, pero fue durante el día de la Constitución y solo de forma ocasional. Lo cierto es que nunca llueve a gusto de todos, pues el grupo municipal de Vox-Zaragoza está de acuerdo con el incremento de luces pero recela de los motivos escogidos, pues para sus ediles las auroras boreales poco tienen que ver con la Navidad si bien prefieren tener luces ‘random’ a “acabar con la cultura y las tradiciones”, como -sostienen- pretende la izquierda.

Pruebas de iluminación de la controvertida bandera de España en Recoletos.
Pruebas de iluminación de la controvertida bandera de España en Recoletos.
Telemadrid

De vuelta a las luminarias, los árboles y las farolas, ¿hay datos objetivos que muestren una relación directa entre las luces y las compras? ¿Y entre las luces y los votos? En el Observatorio de los Servicios Urbanos acostumbran a hacer estudios sobre el gasto de ornamentos por habitantes y su director general, Ramiro Aurín, explica: “Apostar por el alumbrado navideño no es una cuestión banal ni confesional. En Vigo hasta la fecha las inversiones han supuesto no solo un impacto directo sobre la actividad turística y comercial sino también sobre la generación de identidad, la sensación de bienestar y la autoestima ciudadana”. A falta aún de datos del presente año, en anteriores celebraciones Vigo llegó a destinar 2,8 euros por habitante para iluminación navideña, más del doble que Sevilla (1,3 euros) y Málaga (1,29). Nada que ver con Zaragoza (0,15 euros por habitante) o Barcelona (0,06), que hasta ahora eran el ‘Grinch’ de la decoración navideña.

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