El conductor que se empotró en el Picarral triplicaba la tasa legal de alcohol

El joven aceptó los cargos en el juicio rápido. No hubo que lamentar daños personales pese a lo aparatoso del suceso.

El coche amarillo, uno de los afectados, asoma en el hueco que dejó el suceso en el parterre.
El coche amarillo, uno de los afectados, asoma en el hueco que dejó el suceso en el parterre.
Daniel Pérez

"Estaba secando unos vasos tan tranquila y de repente escuché un gran golpe, miré por la ventana y vi mi coche volando". El relato de Ángela, propietaria de uno de los vehículos contra los que se chocó otro turismo el 29 de noviembre en el barrio del Picarral, da cuenta de la violencia del impacto, que por fortuna solo se tradujo en importantes daños materiales.

"Por esta zona pasan siempre niños, gente mayor, muchas personas paseando a sus perros… Es un milagro que no le ocurriera nada a nadie y que solo afectara a dos coches y algunos setos", añade Ángela, dueña de un bar con su nombre ubicado justo frente a la esquina donde ocurrió el suceso. Se salvó por poco, ya que a la hora de los hechos, sobre las 20.50, y debido a los tiempos marcados por la pandemia, suele estar "a punto de marchar a casa".

El conductor, un joven que en el juicio rápido celebrado el pasado día 2 aceptó los cargos de la Fiscalía -privación temporal del derecho a conducir, multa y asunción de daños materiales- sobrepasaba en buena medida el máximo legal de alcohol en sangre. En la primera muestra arrojó un 0,87, cuatro décimas más que en la segunda toma practicada por los agentes, lo que supone multiplicar casi por 3,5 la tasa permitida a la hora de conducir. El hecho de aceptar los cargos le permitirá rebajar en un tercio la pena que le imponga el magistrado.

Según los testigos, el varón emprendió la marcha por el paseo de Alberto Casañal Shakery, donde ese día tenía estacionado su vehículo. Ya a la hora de maniobrar para salir a la calzada propinó un primer golpe, aunque de pequeña entidad, al vehículo aparcado detrás del suyo. Varios presentes en la zona trasladaron a los agentes que el acusado alcanzó una velocidad superior al doble de lo permitido para el tipo de vía en cuestión, de un solo carril y una sola dirección y que se restringe a únicamente 30 kilómetros por hora.

Según el escrito de la fuerza instructora, al llegar a la confluencia con la calle de Rubio de Francia, en lugar de tomar la curva como exige el trazado, el joven realizó "un recto". Es decir, que siguió con su marcha hacia delante sin virar lo suficiente el volante. Como consecuencia de ello se llevó por delante todo lo que encontró a su paso hasta toparse con el muro que delimita la planta baja de una finca privada. En su camino dañó el coche de una particular -cuyo letrado, Luis Deza, reclama las reparaciones del turismo- y dejó "inservible" el Nissan amarillo de Ángela, adquirido hace solo cinco años y cuyo valor todavía están calculando los peritos del seguro.

"Voy a tener que comprarme un coche nuevo, pero hay que contar también con todo el dinero que me estoy dejando en taxis y las molestias que esta situación me genera día a día", lamenta la hostelera.

Otro de los interesados en la sentencia es el Ayuntamiento de Zaragoza, propietario de la jardinera que atravesó el coche del acusado antes de finalizar su breve viaje. Por este motivo, el Consistorio tendrá que ser resarcido económicamente. También la comunidad de vecinos que frenó el vehículo sufrió leves daños en su propiedad.

Hasta seis meses de cárcel

Los castigos por conducir bajo los efectos del alcohol se endurecen conforme aumenta el nivel etílico en sangre. El artículo 379 del Código Penal marca que ante unos márgenes como los del protagonista del suceso se castigará con la pena de prisión de tres a seis meses o con una multa diaria con una duración de seis a doce meses. Otra alternativa son los trabajos en beneficio de la comunidad por un período de entre 31 y 90 días.

Lo que es segura es la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante al menos un año. En función de los antecedentes penales y otras circunstancias, en los juicios rápidos la ley permite que el acusado pacte con el Ministerio Público una pena y de esta forma se pueda beneficiar de una reducción de un tercio de la condena, como ha sido el caso del zaragozano, que ha sido asesorado por una abogada de oficio.

Eso sí, cuando se triplica la tasa permitida y se dicta una sentencia de conformidad entre la defensa y las acusaciones, el Fiscal no suele admitir pactos con penas inferiores al año y medio de retirada de carné o multas por debajo de los ocho meses, si bien siempre es posible alegar las concretas circunstancias del acusado para tratar de conseguir la mínima pena posible.

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