Tercer Milenio

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Covid-19

Carlos López Otín: “La pandemia nos hará más prudentes para tratar la naturaleza”

El investigador nacido en Sabiñánigo (1958) acaba de presentar su libro ‘El sueño del tiempo’. Cree que la pandemia va a conducir al hombre a una vida más sana y tranquila.

El investigador aragonés Carlos López Otín, catedrático de Bioquímica, en la biblioteca de la Universidad de Oviedo, donde trabaja
El investigador aragonés Carlos López Otín, catedrático de Bioquímica, en la biblioteca de la Universidad de Oviedo, donde trabaja
Planeta

¿Qué cuenta en ‘El sueño del tiempo’ (Editorial Paidós), que ya va por la segunda edición?

Es un libro de viajes al pasado y al futuro. Hablo de cómo nació el tiempo y definió su identidad; qué es o cómo fluye en la física y en la vida; cómo se mide y se inventaron los relojes, los de sol o de sombra, de agua, de arena, de fuego, de flores, de sabores, de olores, mecánicos o atómicos. Al principio, los relojes nos guiaban el tiempo y luego sirvieron para ordenar la vida, cronometrándola, y ganar la puntualidad. Perdimos el imperio de los sentidos a cambio del imperio de los segundos y cuando no existían es porque no hacían falta. Ahora que tenemos tantos relojes, no tenemos tiempo. 

¿Escribe libros, pero no se siente escritor?

No, porque yo soy un científico, incluso en estos dos años tan difíciles pasados en los que nuestro Bioterio (de la Universidad de Oviedo) fue aniquilado. Me las he arreglado para buscar otras alternativas. Fui a trabajar a París, he realizado trabajos de pensamiento, ya que no se pueden hacer tantos experimentos (mataron 5.000 ratones de su investigación). Es una parada obligada como cuando los clásicos tenían tuberculosis y se dedicaban a leer y se hacían escritores. Yo he escrito de ciencia y pensar sobre ella. Mis libros son una reparación mental, son terapéuticos. El primero lo hice en mes y medio, y los otros dos tres meses cada uno. Son conceptos que llevo pensando 62 años. 

Es una reflexión que lleva muchos años madurándose.

Son libros de madurez. Me habían pedido antes libros de divulgación, pero todavía no me siento maduro para eso y prefiero contribuir con datos primarios a la literatura. Escritor es quien utiliza su mente exclusivamente para interpretar el mundo, a través de un poema o una novela. Porque un ensayo es de pensamiento y reflexión.

Sus alumnos de la Universidad de Oviedo agradecerán que siga dándoles clase.

Sí, la labor docente no admite ninguna mentira ni trampa. Llegas al aula, cierras la puerta y durante una hora están delante de unos alumnos sin nada más. Es un ejercicio durísimo, pero gratificante. En 34 años no he faltado ningún día a clase. En las estancias para trabajar fuera era en período no docente. 

¿Ha dejado la primera línea de la investigación por un tiempo?

No me he apartado. En la investigación que compartíamos con Elías Campo (los linfomas de la leucemia), un compañero de mi grupo tomó el liderazgo. El trabajo más importante de mi vida acabo de escribirlo, está aceptado y sin publicar todavía. Trata de la evolución de la medicina en el futuro en base al conocimiento medular. Nuestro laboratorio también se dedica al envejecimiento. Publicamos el año pasado varios artículos en prestigiosas revistas científicas como en ‘Science’ sobre la respuesta a la inmunoterapia del cáncer modulando la microbiótica intestinal. 

"Lo que me ha pasado es el desencanto total ante la perversión humana"

Tras la campaña de acoso a sus investigaciones que sufrió hace un par de años, ¿cómo está?

Lo que me ha pasado es el desencanto total ante la perversión humana. Cuando escribes un libro o das una clase estás solo y la repuesta que tengo de los alumnos es conmovedora. Mis clases cada vez son ayunas de datos y más de educación en el asombro y el pensamiento. A veces parezco el pequeño maestro zen al que acuden en busca de consejo. Qué más orgullo puedo tener, que dirigir los pasos de gente tan brillante. Quiero dejar un mundo mejor para quienes se basan en el esfuerzo. Los modelos de esta sociedad son confusos cuando no desastrosos. Una inercia puede sostenerse, pero si se complica económicamente los jóvenes se van de Zaragoza a Barcelona o Madrid y de allí fuera. Esto es una pérdida de capital. 

¿Cómo ha vivido la gestión del coronavirus en España?

Cumplí todas las normas y vi que era algo muy complejo que nos vino encima. He tenido que comunicar con mi madre online y es una experiencia dura porque sabes que está peor cada día. No puedo ni ir a verla. Agradezco mucho al personal de las residencias, sobre los que se han puesto sombras, y yo no tengo más que palabras de gratitud infinita.

¿Cómo veía los datos tan duros de la pandemia en Aragón?

He seguido con mucha preocupación los datos de la pandemia en Aragón. Era como si lo viviera aquí, en Asturias. Son dos comunidades hermanas en todo y me dolía que en Aragón fuera mal y aquí fuera bien. Pero al final el virus tiene la última palabra.

¿Cree que la llegada de la vacuna será definitiva?

Es muy imprudente hablar de una respuesta inmediata con las vacunas y no se pueden hacer predicciones que luego no se cumplan. Al principio de todo, solo dije en público que íbamos a ser mejores cuando estábamos asustados. Esperaba no confundirme, pero al menos que nos hará más prudentes en nuestro trato con el mundo y la naturaleza. Y la aceptación de que seguimos siendo frágiles y vulnerables, aunque la tecnología haya progresado infinitamente. Nuestra capacidad de relacionar con el mundo no ha progresado igual o de curarnos las enfermedades.

"Hemos ido a buscar muestras de una familia que tiene muchas resistencias a la covid y vamos a ver si tiene algo peculiar en el genoma"

¿Cuando pasemos la covid, se verá el mundo de otra manera?

De eso hablo mucho en el libro, porque podremos relacionarnos de otra manera con el tiempo. Hay relojes que nos manda la vida desde fuera y otros están dentro: los relojes genéticos, que nos dividen las células y los que llevamos en el cerebro o coordinan el resto de órganos del cuerpo. Hay que respetar los que llevamos dentro, con una vida más sana y tranquila, evitando la toxicidad ambiental y humana. Es fundamental la relación con la nutrición con productos naturales sin estrategias de longevidad, sino una relación normal con el tiempo. No para vivir eternamente, sino para curar las enfermedades ligadas con el paso del tiempo. 

¿Vivió alguna cosa buena en estos meses tan duros?

Pues sí. Hemos ido a buscar unas muestras de una familia que tiene muchas resistencias a la covid y vamos a ver si tienen algo peculiar en el genoma. Fuimos al pueblo donde viven y lo procesaremos en el laboratorio unos meses. Compartimos la curiosidad con la gente por no tener problemas y sus ganas de contribuir al conocimiento. Lo dijimos en una escuela de pueblo con quince personas. Lo agradecimos por su solidaridad y generosidad. Esta sensación me durará siempre.

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