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Táper solidarios para personas sin hogar en la era covid en Zaragoza

Desde el inicio de la crisis sanitaria, el número de personas sin techo que hacen uso de los servicios del centro San Blas ha pasado de 300 a 700. Una realidad que también se ha visto afectada por la pandemia.

La covid-19 lo ha cambiado todo. Nuestra forma de consumir, de conocer gente, de salir a la calle, de coger el transporte público… y también nuestra forma de ayudar a quienes más lo necesitan. 

Desde hace cuatro años, con la llegada del frío a la capital aragonesa, la Inmobiliaria Las Torres y el Centro San Blas ponen en marcha su tradicional campaña solidaria bautizada como ‘Dona tu manta’. El éxito del año pasado fue tal -se recogieron más de 1.000 unidades de mantas, sacos y esterillas- que todavía cuentan con un gran excedente en su almacén.

Sin embargo, la realidad que ha dejado la pandemia, las limitaciones a la hora de llevar a cabo su labor diaria y el gran incremento de personas sin hogar que han comenzado a hacer uso de este servicio desde el inicio de la crisis sanitaria han hecho que ellos también se hayan visto obligados a reinventarse en tiempos de COVID. “Ante la imposibilidad de abrir con normalidad nuestras instalaciones decidimos darle una vuelta a la campaña y pedir algo que ahora nos hace mucha falta, táper desechables”, explica Antón Borraz, presidente del Centro San Blas, mientras prepara unas patatas que irán en el menú del reparto de comida de este martes.

Antes de la pandemia, el centro daba servicio de consigna durante todo el día, así como reparto de desayuno y merienda, y habilitaba un espacio para que estas personas sin hogar pudieran socializar un rato, cargar sus teléfonos o, simplemente, pudieran pasar un rato bajo un techo. Una labor que llevan desarrollando ocho años. “Actualmente, abrimos la consigna de 10.00 a 11.00 y de 18.00 a 19.30, de lunes a sábado, para que puedan dejar sus cosas durante el día y repartimos una bolsa de comida a las 18.00”, añade Borraz.

El Centro San Blas para personas sin Hogar de Aragón reparte el doble de comidas ahora que antes de la covid. Con la pandemia, los más de 70 usuarios la recogen para llevar. Por eso, se necesitan tuppers. El centro, junto con Inmobliaria Las Torres, ha lanzado este año la campaña solidaria 'Dona tu tupper' para garantizar cada día una comida caliente a las personas que viven en la calle.

Para el equipo de San Blas es una manera “de seguir ayudando y no dejarlos solos”, afirma el presidente, que recuerda que para quienes no tienen nada, cualquier ayuda va a ser bien recibida. Y es que uno de los objetivos del centro siempre ha sido aportar algo de paz a este colectivo que, generalmente, se ve abocado a vivir en la calle, cargando con sus enseres personales durante todo el día y sin un lugar en el que sentirse protegidos.

Cada día a las 18.00 horas, en la bolsa que entregan, además de un bocadillo y un táper con comida caliente, incluyen una caja de leche, una pieza de fruta y algún que otro dulce. Además, el restaurante de comida casera para llevar Come Come, ubicado a escasos metros de la instalación zaragozana, hace entrega al centro de la comida que no se ha vendido, con platos como arroz negro, paella, macarrones o conejo.

Toda ayuda es buena, sobre todo ahora que se ha duplicado el número de usuarios que hace uso de este servicio cada día. “Antes de la pandemia repartíamos entre 35 y 40 comidas al día, hoy estamos superando las 70”, advierte el presidente del centro, que recuerda que actualmente en torno a 300 personas carecen de hogar en la ciudad, de las cuales en torno a 200 duermen en la calle.

De hecho, según sus estadísticas, en lo que va de año han pasado por San Blas más de 700 usuarios frente a los 300 que registraron en 2019. “Cuando nos enteramos de este incremento quisimos adaptar la campaña para cubrir estas nuevas necesidades, así nacería ‘Dona tu tupper”, relata Ángela Sebastián, gerente de Inmobiliaria Las Torres. Además, también pueden donarse alimentos no perecederos que contribuyan a dar las comidas y cenas en el centro como caldos y cremas de verduras.

La campaña se puso en marcha el pasado 16 de noviembre y ya ha dado sus primeros frutos con la recogida de 650 tarteras, 500 donadas por la empresa zaragozana Celquisa. “Recogemos táper de 300 o 500 ml, desechables, para ayudarles a que al menos una vez al día tomen algo caliente”, añade Sebastián. Ante la dificultad de encontrar este producto en algunos comercios, la gerente asegura que también aceptan donativos para ir a comprarlos directamente. “Una vez que conoces la situación desde dentro y el trabajo que hacen los voluntarios de San Blas no puedes dejarlo. Teníamos claro que iba a ser distinto, pero que no íbamos a dejarlos solos”, resume.

Vivir sin toque de queda

Además del servicio de consigna y reparto de comida o material para paliar las bajas temperaturas o para hacer su vida más cómoda, como mantas, sacos o maletas, el centro San Blas cuenta en su equipo con una psicóloga, una educadora y una trabajadora social las cuales realizan labores de acompañamiento en procesos de inserción con apoyo terapéutico. Un acompañamiento emocional, médico y laboral para estas personas que viven situaciones, en ocasiones, muy complicadas. “Partimos de la base de que con personas que ya estaban dañadas antes de la pandemia y, en cierto sentido, hace que el cambio no esté siendo tan drástico para ellos pues antes no tenían nada”, advierte Leyre Bernad, psicóloga del centro.

Un claro ejemplo de ello es que estas personas viven sin toque de queda, a pesar de que sea obligatorio: “muchas noches a partir de las 23.00 les paran, pero no tienen a donde ir, para ellos la vida no cambia, siguen en la calle”. Además, lejos de lo que se concibe socialmente, son perfil de bajo riesgo por su propia forma de vida. “Están casi todo el tiempo solos, no van a bares ni tiendas y eso hace que estén menos expuestos”, añade.

Sin embargo, hay otras cuestiones que sí están agravando su situación como la brecha digital. “Muchos de nuestros usuarios no tienen teléfono ni correo electrónico, por eso, ahora que todas las gestiones son telemáticas, se encuentran sin recursos para llegar a la Administración”, explica Bernad. Por eso, la labor de centros como San Blas, hoy más que nunca, se vuelve fundamental. Esto, unido a la presencia en algunos casos de un trastorno mental o de adicciones, hace que muchas de estas personas se encuentren en un callejón sin salida. “Son personas que, al final, no funcionan en lo laboral ni en lo social y se ven abocadas a vivir solas. Nuestra función es que se sientan acompañados y que logren volver a reinsertarse en la sociedad”, concluye.

Las donaciones pueden realizarse en la oficina de la inmobiliaria ubicada en  Avenida Tenor Fleta, número 18, donde se ha dispuesto un punto de recogida para todos aquellos vecinos que deseen aportar sus fiambreras. También pueden realizarse directamente en el Centro San Blas (Pº Echegaray y Caballero, 24-26).

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