Un florista zaragozano cierra su negocio "antes de que se marchite"

La crisis provocada por los rebrotes que siguen surgiendo en la capital aragonesa está generando un clima de incertidumbre e inseguridad que ya ha comenzado a provocar algunos cierres. El último, el de la Floristería Atenea gestionada por Roberto Serena.

Letrero que cuelga del escaparate de la Floristería Atenea Roberto Serena en Zaragoza
Letrero que cuelga del escaparate de la Floristería Atenea en Zaragoza
C. I.

“¡Se cierra otra tienda! Aquí se quedan 21 años de trabajo, esfuerzo, sacrificio y muchas ilusiones”. Así comienza el letrero que hace unos días decidió colgar en el escaparate de Floristería Atenea Roberto Serena, su propietario. Una difícil decisión que reconoce, rondaba su cabeza desde el inicio del estado de alarma, el 13 de marzo. “Gracias por el cariño que me habéis demostrado todos estos años. Me he sentido muy querido. He sido muy feliz”. Así resumía sus más de dos décadas al mando de este establecimiento que nació, para él, como un sueño hecho realidad.

A sus 52 años, Serena ha estado desde niño relacionado con el trato con el público ya que sus padres regentaban la típica cervecería Munich de plaza de San Francisco que también cerraba sus puertas en 2018. “A mi siempre me habían gustado las plantas y fue mi mujer quien me animó a lanzarme a este negocio”, relata el zaragozano. Así, hace 21 años se trasladaría al local ubicado en el número 13 de la calle San Antonio María Claret. “Las flores me han apasionado desde que tengo uso de razón, con 7 años pedía que me regalasen macetas y flores”, asegura.

Era un vecino del barrio y cliente habitual, Ricardo Tayar, quien decidía compartir la historia a través de su cuenta de Twitter: “Roberto, el florista de mi barrio, al que le he comprado plantas que aún viven en mi casa, echa el cierre tras 21 años. Supongo que la situación se lo ha puesto muy muy difícil para continuar. Me da pena. Mucha. Un tío muy amable, sonriente, buena gente. Que te vaya muy bien”.

Hoy, todavía sorprendido por el revuelo que este repentino cierre ha ocasionado en el barrio, reconoce que su tía -que cada año le regalaba unas flores por su cumpleaños- pero también su abuela, fueron las grandes culpables del rotundo amor de este zaragozano hacia las flores y las plantas: “Mi abuela era una loca de las flores, como yo. Tenía la casa llena y hoy a mí me pasa lo mismo”.

Sin embargo, y a pesar de que reconoce que el negocio estaba pasando por un buen momento, Serena asegura que la crisis sanitaria ha sido tan repentina que ha cruzado todos sus planes. “Han sido tres meses de cierre y de una gran incertidumbre con todo lo que ello conlleva. Yo seguía viniendo a regar las plantas, pero no podía soportar ver como se venía abajo todo”, reconoce, notablemente emocionado.

Fachada de la Floristería Atenea
Fachada de la Floristería Atenea
C. I.

Del mismo modo, explica que no ha sido capaz de hacer público el cierre dadas las múltiples muestras de cariño que recibe diariamente de la gente del barrio cuando viene a dar un paseo por la tienda a cuidar sus plantas y que todos le preguntaban que cuándo iba a volver. “Algunas veces me tenía que meter corriendo porque me entraban ganas de llorar. Es algo que lo tenía muy tragado. Antes de ver cómo se marchita todo prefería cerrar de golpe cuando la cosa todavía está bien porque lo que viene va a ser muy duro”, opina. Por eso, el pasado 3 de julio optó por dejar este cartel a modo de despedida y agradecimiento a todos sus vecinos y ya amigos.

Todavía emocionado, el zaragozano recuerda las largas noches de trabajo con motivo del Día de la Madre, Todos los Santos o la Ofrenda de Flores, o el montaje de su tradicional belén de Navidad. También cuando sus vecinos le bajaban bocadillos, bebidas calientes y todo tipo de detalles para sobrellevar mejor las arduas veladas de trabajo. “Ha sido mi amor por las flores y el cariño de la gente lo que me ha hecho aguantar y sin duda, lo que más extrañaré. Era más que un negocio, eran parte de mi vida”, afirma.

21 años, media vida

El zaragozano asegura que no está dispuesto a vivir otra crisis como la que atravesamos en 2008. “Por aquel entonces ya se notó muchísimo, pero esto es diferente. Nos han suspendido todos los eventos de golpe no sabemos hasta cuándo, seguramente no haya fiestas del Piar. No podemos estar por estar”, lamenta el zaragozano.

En su opinión, un servicio como el de las flores es “de los primeros que te quitas en tiempos de crisis”. Y eso que las flores forman parte de algunos de los momentos más importantes de nuestras vidas, están en nuestras conquistas amorosas, en algunos de los días más importantes de nuestras vidas, también en muchas despedidas… Despedida como la que ahora protagoniza este zaragozano que ha decidido donar todas las plantas que le quedaban en el local. “Esto nos ha pillado de repente a todos. Tenía la tienda a tope y para tirarlo… prefería regalarlo ya que en mi casa no caben más”, bromea.

Roberto Serena, propiertario de la Floristería Atenea
Roberto Serena, propiertario de la Floristería Atenea
C. I.

Además, Serena asegura que le ha tocado vivir muy de cerca las consecuencias de la crisis sanitaria pues su mujer es médico. “Han sido unos meses muy complicados para todos. Ha estado aislada en una habitación y ni siquiera nos veníamos. Lo vivido todo desde dentro y supongo que eso te hace vivir las cosas de otra manera”, lamenta el zaragozano. Ahora, Serena tratará de buscar un nuevo empleo y rehacer su vida, sin dejar de lado las plantas que todavía conserva en su casa: “Mi abuela siempre me dijo que a veces una retirada a tiempo es una victoria. He decidido seguir ese consejo”.

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