turismo

"La aventura ha sido poner la empresa en marcha en mitad de la pandemia"

Un joven madrileño con raíces oscenses acaba de estrenar, a pesar de todas las restricciones y los condicionantes de la crisis sanitaria, una compañía de guías de aventura en el valle de Bielsa.

Diego Tardáguila, en una de las actividades que promociona Impande.
Diego Tardáguila, en una de las actividades que promociona Impande.
Heraldo.es

A brazo partido, contra viento y marea, y quizá en el peor contexto posible. No obstante, había tanto trabajo previo que Diego Tardáguila se negó a posponer sus planes de montar su propia empresa en el corazón del Pirineo. Hace poco más de una semana que está en funcionamiento en el valle de Bielsa una nueva compañía de guías de aventura, llamada Impande Guías, que ofrece en su catálogo de actividades barranquismo, senderismo, 'canyoning', vías ferratas…

Al frente está Tardáguila, un joven escalador madrileño, que recuerda cómo a los 8 años hizo su primer barranco en la Sierra de Guara. A los 15 comenzó a escalar y desde entonces ha estado unido al Pirineo, tierra de origen de su madre y sus abuelos. “Llevaba cuatro años dándole vueltas a la posibilidad de montar una empresa de ‘guiaje’. El año pasado trabajé en Aínsa y me decidí a hacerlo. Durante el otoño e invierno trazamos el proyecto y queríamos abrir en abril pero todos los planes se fueron desbaratando”, explica el responsable de la compañía.

No fueron pocas las dificultades cuando todo parecía estar medio encarrilado. La crisis del coronavirus hizo que muchas administraciones pasaran el confinamiento teletrabajando bajo mínimos lo que ralentizó los permisos y los seguros. Los proveedores también estuvieron cerrados o a medio gas y “las mayores dudas llegaron cuando no se sabía si iban a abrir las fronteras y si se podría viajar fuera de cada provincia”, explica el joven, que no estaba dispuesto a que el esfuerzo previo a la crisis se fuera por el sumidero. La perseverancia y una tozudez -en efecto, muy aragonesa- hicieron que Tardáguila redoblara esfuerzos. “Ha sido complicado y ha habido momentos de dudas tremendas, pero hemos conseguido tirar adelante”, explica. Desde distintos sectores insistían que este no era un buen momento para abrir ningún tipo de empresa, pero la sucesión de escollos parece azuzar más el espíritu montañero.

“La página web, por ejemplo, sufrió un parón porque el gestor tuvo que darse de baja de autónomos, pero las redes sociales están funcionando bien”, comenta. “También es una época complicada para los cursos y los exámenes. Tenía previsto sacar el título de guía de alta montaña pero se ha retrasado la convocatoria”, lamenta, al tiempo que explica que en verano puede hacer barranquismo pero en invierno... “ya se verá qué hacemos”. El joven cuenta con las titulaciones de TD1 de esquí alpino y montañismo y TD2 de barranquismo, “con la intención de compartir con quienes me acompañen los valores que la montaña me ha enseñado a lo largo de estos años”.

Parte de esta pasión la lleva en la sangre pues, sin ir más lejos, su centro de operaciones lo ha ubicado en una finca junto al lago de Urdiceto, en el municipio de Panzán, con el que tiene mucha vinculación familiar. “Mi abuelo trabajó en la central hidroeléctrica de Barrosa y lo recuerdo subiendo con los esquís de travesía en invierno”, comenta. El nombre de Impande no es casual sino que se hace eco de esos orígenes, además, por una vertiente doble. “El nombre significa ‘raíces’ en zulú y hace referencia al doble acercamiento a las propias raíces y, también, a la parte más pura de las actividades de montaña”, explica, al tiempo que cuenta que fue una fuerte lesión de escalada en 2012, lo que lo apartó de la montaña durante unas cuantas temporadas y lo que le llevó a liarse la manta a la cabeza, con la ayuda de sus padres ya jubilados, de montar la empresa en Bielsa. En a zona no hay una excesiva competencia, a excepción del Espacio Nórdico de Pineta que gestiona Borja Real.

Desembarcar con una empresa de guía justo en el verano de 2020 parecía complicado pero hoy, pequeñas restricciones mediante, Impande es una realidad. “Ahora a lo que más tememos los que nos dedicamos a esto es a las posibles cancelaciones si aparecen nuevos rebrotes. Esta semana tengo tres barrancos con clientes y espero que ninguno falle”, dice, consciente de que muchos turistas se están repensando en viajar al Pirineo. Como cebo y reclamo, anuncia que algunos de sus barrancos favoritos son perfectos para hacer una completa “actividad doble de un día”, como Barrosa y Tringoniero, Gloces y Furco o el combo de vía ferrata y barranco del Sorrosal, en Broto.

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