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Robos en trasteros y averías coparon el trabajo de los cerrajeros durante el confinamiento

Los intentos de ocupación en segundas viviendas crecieron también durante el estado de alarma. La actividad en el gremio bajó un 80% 

Un cerrajero muestra la acreditación de que pertenece a la Unión Cerrajeros de Seguridad
Un cerrajero muestra la acreditación de que pertenece a la Unión Cerrajeros de Seguridad
Uces

El confinamiento y las distintas restricciones de movimientos decretadas durante el estado de alarma supusieron un frenazo en seco en la mayoría de las actividades, incluida la de los delincuentes. Esta consecuencia positiva para la sociedad tuvo un reflejo en el trabajo de un gremio como el de los cerrajeros, que vio cómo cambiaban las demandas de sus servicios.

"De pronto pasamos de cambiar cerraduras por intentos de robos en pisos a rescatar a personas que se habían quedado encerradas en el baño o en una habitación, o incluso en las terrazas porque se les había cerrado la puerta al salir a aplaudir a los sanitarios a las ocho de la tarde", cuentan Daniel Arellano e Iván Castellano, propietarios de Cerrajeros Llano. Olvidos de llaves después de largas y extenuantes jornadas de trabajo, especialmente en el sector sanitario, fueron otros motivos por los que solicitaban su presencia.

No obstante, la pandemia ha golpeado duro al sector y, según un estudio llevado a cabo por la Unión Cerrajeros de Seguridad (UCES), la actividad en el 85% de las cerrajerías bajó un 80% y, en el resto, no llegó a trabajar ni siquiera a la mitad de lo habitual en una situación normal.

El estudio revela que la mayoría de los trabajos demandados han sido para resolver averías (casi un 66%), seguido de la pérdida de llaves (un 37%). En el apartado de robos, las entradas en segundas viviendas y establecimientos supusieron un 34%.

Lo que se disparó en Zaragoza en estos tres meses ha sido el robo en trasteros. De hecho, la Policía Nacional detuvo en tres ocasiones (dos en abril y una en mayo) a J. M. T., un delincuente de 30 años, al que le atribuyó el robo de 149 trasteros en distintos barrios de la ciudad.

Abel Casanova, de ACL Cerrajeros, confirma que ha sido una de sus principales actividades, dentro de la caída en picado del trabajo en el gremio. "Estamos reforzando las cerraduras. Las puertas de los trasteros no suelen valer para nada y las cerraduras tampoco. Ahora hay puertas semiacorazadas que están muy bien para los trasteros, aunque para cambiarlas hace falta el permiso de la comunidad de vecinos", explica.

Los robos en pisos han bajado, lógicamente. No obstante, ahora que la actividad se va recuperando Casanova recuerda que para evitarlos lo mejor es reforzar la puerta con dos cerraduras. "Un ladrón siempre irá a lo más sencillo, que es una; dos le complica la vida". Y da una recomendación: cerrar con llave siempre que se sale de casa, aunque sea a comprar una barra de pan.

El intento de ocupación ilegal de viviendas ha sido otro de los motivos que la llevado a sus propietarios a solicitar el servicio de cerrajeros profesionales. "Esta semana hemos puesto una puerta antiokupa en Las Delicias. Han intentado entrar varias veces y utilizan distintas estratagemas para averiar las puertas de los portales y que no se puedan cerrar", indica Daniel Arrellano. "El objetivo de los okupas –añade– son pisos grandes que luego ‘venden’ a otros por 500 euros y se reparten las habitaciones. Los buscan en los anuncios de internet".

Tanto ACL como Llano son empresas acreditadas por UCES, lo que supone que sus trabajadores tienen limpio el certificado de penales, están registrados en el Ministerio de Interior y han participado en cursos de formación especializados. "Un cerrajero acreditado lleva siempre su placa visible con su identidad, cumple un código deotontológico", explica desde UCES, que en Aragón tiene acreditadas a 14 empresas.

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