aragoneses en el extranjero

Atrapados por coronavirus en Ecuador: "Tuvimos que viajar de urgencia, murió mi padre y ya no hemos podido volver"

Ruth, Jhon, William y Graciela Merizalde viajaron a Quito el pasado 12 de marzo para despedirse de su padre, enfermo de alzhéimer, que falleció el 25 de marzo. El 4 de abril les cancelaron su vuelo de regreso a España, donde llevan 21 años viviendo con sus respectivas familias en Zaragoza.

Ruth Merizalde junto a sus hermanos y su madre, en el cementerio de Puerto Quito (Ecuador).

Ruth, Jhon, William y Graciela Merizalde, cuatro hermanos ecuatorianos afincados en Zaragoza, tienen ahora mismo el corazón dividido por la situación que están viviendo a causa de la pandemia. Viajaron a Ecuador el pasado 12 de marzo para despedirse de su padre, enfermo de alzhéimer, y aunque tenían un vuelo de regreso el pasado 4 de abril ya no han podido volver. "Tuvimos que viajar de urgencia. Mi padre llevaba 25 años enfermo, primero con párkinson y últimamente con la demencia. Llegamos justo a tiempo para despedirnos de él. Murió el 25 de marzo, y desde ese día a esta parte se nos ha complicado la vuelta a Zaragoza", relata afectada Ruth, que dejó a su hija de 7 años y a su marido en la capital aragonesa, donde ella y sus hermanos llevan más de 20 años viviendo. 

"Nuestra vida está allí. Yo tengo a mi hija, a mi marido... Mis hermanos tienen a sus mujeres, mi hermana tiene una hija que a principios de junio dará a luz... Estamos deseando volver a Zaragoza", relata desde Puerto Quito.

Ruth y sus hermanos llegaron a esta localidad en la que residen sus padres el pasado 12 de marzo, tras pasar varios controles en el aeropuerto y cumpliendo con todos los protocolos de prevención del coronavirus. En estos momentos, permanecen al lado de su madre en la residencia familiar, que está en un pueblo a cuatro horas de Quito. "La situación aquí por la pandemia, sobre todo en Guayaquil, está muy complicada... Se expandió mucho y ha habido muchas víctimas. La suerte que yo tengo es que vivo en un pueblo que se llama Puerto Quito, a cuatro horas de la capital, y aquí los casos de contagio los tienen bastante controlados y aislados. De momento en el pueblo no se ha expandido tanto y nosotros en ese sentido estamos un poco más tranquilos", explica. 

"Al llegar al pueblo, como veníamos de España, vino la policía, nos tomó los datos y estuvimos 15 días vigilados mañana y tarde para no salir"

Al llegar a la localidad, esta familia aragonesa tuvo que estar 14 días en aislamiento. Después entraron en cuarentena, y llevan en confinamiento prácticamente desde entonces. "Nos aislaron nada más llegar con motivo de la pandemia. Aquí en Ecuador salía en las noticias que España estaba con el virus, así que al llegar al pueblo, la policía vino, nos tomó los datos y estuvimos 15 días vigilados mañana y tarde para no salir", indica Ruth, que asegura haber cumplido con todos los protocolos que les han ordenado hasta la fecha. En las pruebas que les han hecho, han dado negativo y a pesar de la dureza del aislamiento todo les ha salido bien. "Nos hicieron las pruebas y no teníamos la enfermedad. Aquí, como es un pueblo, te dan tres horas para salir a comprar y luego ya cierran las tiendas y no puede salir nadie. Seguimos el protocolo que el gobierno ha dictado", añade.

Ruth y sus hermanos, reunidos tras la muerte de su padre, en Puerto Quito (Ecuador).
Ruth y sus hermanos, reunidos tras la muerte de su padre, en Puerto Quito (Ecuador).
R. M.

Un vuelo cancelado y la esperanza de volver en otro

Mientras siguen en contacto con los familiares y amigos que dejaron en Aragón, Ruth y sus hermanos hacen todo lo posible desde allí para volver. Inicialmente tenían un vuelo de regreso el 4 de abril, pero les fue cancelado por la pandemia y el consiguiente cierre de fronteras.

"Habíamos comprado el billete con Iberia y no pudimos viajar esa fecha. Nos cancelaron ese vuelo y luego nos dijeron que teníamos que inscribirnos en la embajada de España en Quito para que constemos y nos puedan regresar a Zaragoza, así que lo hicimos por medio del correo y nos apuntaron en ella", detalla esta ciudadana española. 

Según relata, el pasado 29 de abril el consulado español puso un vuelo directo de repatriación para el que no consiguieron plaza. "Fletaron primero un avión de Quito a Londres y después otro de Quito a París, pero temimos quedarnos varados y preferimos esperar aquí... Cuando pusieron uno directo había tantísima gente que nos quedamos fuera", lamenta. 

Cinco vuelos y más de 1.000 españoles repatriados

Esta semana la embajada española en Quito les envío por correo electrónico un comunicado anunciando que no habrá por el momento más vuelos de repatriación a España. Según fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, hasta la fecha han salido cinco vuelos de Ecuador y han sido repatriados un total de 1.252 españoles, entre ellos varios aragoneses, como el alcalde de un pueblo de Teruel, que consiguió volver en un vuelo que salió de Quito el 28 de abril y aterrizo en Madrid al día siguiente.

Por el contrario, para esta familia, sus esperanzas de volver se han truncado en los últimos días, desde que la embajada les comunicara por correo que no iban a salir más vuelos de repatriación a España. "Al enterarnos, tuvimos que comprar un vuelo para el 2 de junio, pero ya me han llegado dos correos diciéndome que si quiero cambiar la fecha para más adelante o me dan un bono con el importe del billete, cosa que es absurdo. Yo quiero viajar, y de momento, no he hecho nada, lo he dejado tal cual... Espero y deseo que esa fecha del 2 de junio podamos volver a Zaragoza", afirma Ruth, que tiene muchas ganas de volver a abrazar a su hija. 

"Estamos deseando volver a Zaragoza, nuestra vida está allí. Tenemos el corazón dividido..."
En la imagen de la izquierda, Ruth, Carlos y su hija, en su piso de Zaragoza. A la derecha, madre e hija, antes de su partida a Ecuador.
En la imagen de la izquierda, Ruth, Carlos y su hija, en su piso de Zaragoza. A la derecha, madre e hija, antes de su partida a Ecuador.
HA

"Nosotros llevamos más de 21 años viviendo en Zaragoza, la vida nuestra está allí... Tenemos el corazón dividido, sí es verdad, pero son muchos años... Lo que más queremos es volver con nuestras familias", reitera emocionada. 

Para tratar de ayudarles, su marido, Carlos, está metido en un grupo de whatsapp donde mantiene contacto con la embajada y al menos "115 españoles" que hay atrapados por culpa de la pandemia en Ecuador.

"De estos -detalla Ruth- aquí en Puerto Quito hay seis que somos de Aragón. Dentro del grupo hay 20 niños, dos autistas, tres embarazadas y 20 personas mayores de 65 años. Esas son las que tenemos controladas, pero hay muchísima más gente que no lo sabemos... Mi hermano también tiene unos amigos en Guayaquil que tampoco pueden salir. Es duro y está complicado. De todos los que estamos aquí conocidos, no conozco ningún caso que se haya vuelto por parte del consulado", apostilla.

Para sobrellevar la distancia, Ruth hace todos los días alguna videollamada con los suyos y de esta forma coge fuerzas. "Yo con mi hija intento hablar todos los días... La conexión es mala, pero con audios y Whatsapp hay veces que se puede y la veo... Tengo contacto con ella, con mi marido y mis suegros. También con mis sobrinas y la familia que tengo allí en Zaragoza. Intento y deseo hablar con ellos todos los días. Esa es la cercanía que tengo ahora mismo y las ganas que me dan para seguir adelante. La situación se me está haciendo muy complicada, es la primera vez que me separo de mi hija... solo tiene siete años y la echo muchísimo de menos", concluye. 

Las recomendaciones del Ministerio

Desde que comenzara el estado de alarma, con el consiguiente cierre de fronteras, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha fletado cinco vuelos desde Ecuador para facilitar el regreso de más de mil personas atrapadas por el coronavirus. Según señalan, las líneas de actuación son las siguientes: la mayor parte de los vuelos salen de Quito y hacen escala en Guayaquil. "El objetivo ahora es repatriar a personas de extrema vulnerabilidad, por problemas de salud, o turistas que no tienen infraestructuras para quedarse en casa de familiares o amigos, ni tampoco en hoteles, que los están echando por culpa de la pandemia", explican desde el Ministerio.

En tercer lugar, en esta escala de prioridades, se encuentran aquellos que como Ruth, Jhon, William y Graciela Merizalde son residentes en España y tienen aquí su residencia fija. En este caso, es requisito "fundamental" ponerse en contacto con la embajada y comunicar su deseo de volver para que puedan entrar en el registro de viajeros inscritos que controla la embajada, puntualizan. 

"En las últimas semanas estamos notando que hay mucha gente que de repente quiere volver y no sabíamos que estaban allí... Si no se escriben en el registro de viajeros diciendo que están por la zona no podemos ayudarles", argumentan las mismas fuentes al destacar que en el caso de Ecuador, junto con Perú y Argentina, es uno de los países en el que más vuelos de repatriación se han hecho. Otra opción, indican, es conseguir una plaza en uno de los vuelos europeos que están trayendo también a españoles siempre que hay hueco. "Cada país, en función de sus nacionales, tiene acceso a un mecanismo europeo de protección para fletar un avión y traer, en caso de que sobren plazas, a otros ciudadanos de la Unión Europea. Nosotros, desde la embajada española, hemos traído a otros ciudadanos de la Unión, pero también hemos metido a 42 españoles en otros vuelos de Francia", declaran. 

La situación, ahora mismo, reconocen que es complicada. Aun con todo, en apenas dos meses, desde que se decretó el estado de alarma, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha repatriado a cerca de 25.000 personas: 11.000 procedentes de otros países europeos, 9.000 de América, 3.000 de África y Oriente Medio y 2.000 de Asia y el Pacífico

"El pasado 10 de marzo lanzamos un mensaje a 1,8 millones de personas para pedirles que reprogramen su viaje y a la semana siguiente lanzamos otro para pedir que volvieran cuanto antes. La mayor parte de quienes atendieron estas recomendaciones han vuelto. A los que no, entendiendo su situación de incertidumbre por el bloqueo, les pedimos que mantengan contacto con la embajada y el consulado porque se les intentará asistir o buscar una solución. Puede haber vuelos de otros países que decidan poner un avión, como Francia o Alemania, y quizás alguno vía Perú o Colombia... Hay que aprovechar todas las vías. No es momento ni de conseguir vuelos directos ni ofertas", advierten desde el Ministerio, que aconseja a aquellos que hayan comprado un billete de vuelta tener "paciencia" y ponerse en contacto con sus compañías aéreas, que siguen reprogramando vuelos conforme avanza la situación de desescalada en Europa y el resto del mundo.

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