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Los guardias civiles a los que escupió la contagiada por coronavirus la denunciarán por lesiones

Tanto los siete guardias civiles que intervinieron como un teniente y el abogado que la asistió están en cuarentena.

La Guardia Civil blinda la frontera del Somport
La Guardia Civil blinda la frontera del Somport
Laura Zamboraín

La mujer contagiada de coronavirus que el pasado martes escupió a los agentes que intervinieron en su detención por presunta violencia doméstica en Cuarte de Huerva será denunciada también por resistencia y lesiones. Los siete guardias civiles, unos pertenecientes al cuartel de La Muela y otros al de Casetas, están en cuarentena desde el jueves, cuando conocieron que la arrestada había dado positivo.

En la misma situación está el letrado del Turno de Oficio que la asistió, Luis Ángel Marcén. Aunque a él no le escupió, por recomendación sanitaria permanece confinado en su domicilio para cumplir el periodo preceptivo de aislamiento. El Colegio de Abogados de Zaragoza se puso en contacto este viernes con él para agradecerle su compromiso con el derecho a la defensa y le brindó la posibilidad para mediar para hacerle el test del coronavirus.

Los hechos ocurrieron en la tarde del miércoles en una vivienda de Cuarte. El compañero sentimental de P. A. U. llamó a la Guardia Civil porque la mujer se había puesto violenta y lo había agredido al salir de la ducha y arañado en la cara, el pecho y las manos. Cuando los agentes acudieron a su domicilio, la actitud de la mujer –que tiene un grave problema de alcoholismo– seguía siendo agresiva y los recibió con insultos, por lo que pidieron refuerzos.

La situación se complicó al llegar al centro de detenidos, ya que se negó a salir del vehículo y comenzó a gritar: "Idos a la mierda, no pienso salir si no me quitáis las esposas". Según recogieron en el atestado, los guardias le dijeron que si no se calmaba no podían quitarle los grilletes. Su respuesta fue escupirles y tras intentar que se bajara del coche, la sacaron por la fuerza y la llevaron en volandas al interior. Dentro, siguió con insultos del tipo: "Sois unos cabrones, os voy a denunciar, os he pegado el coronavirus.

Durante el cacheo, le pidieron que se quitase el anillo, pero ella se lo metió en la boca, por lo que tuvieron que sujetarla para que lo expulsara. Esas maniobras incluyeron el contacto con la nariz y la boca al tener que tapárselas para evitar más escupitajos y mocos. Cuando lograron que expulsara el anillo les dijo: "Os he pegado el coronavirus, jodeos, os voy a denunciar. Sois unos hijos de puta por hacerme esto".

A esta complicada situación, se sumó otra, que fue lograr que la detenida fuera atendida por un sanitario. Según han plasmado en sus diligencias, los agentes se encontraron con la negativa de la médico de guardia del centro de Casetas, la cual les comunicó que si tenía coronavirus debían llamar al 061, que ella tenía orden de no intervenir en esos casos. Un agente llamó 20 veces al 061 y, cuando le contestaron, le dijeron que tenía que llamar al número específico 976696382. El guardia tuvo que llamar 30 veces a ese teléfono hasta que le cogieron y explicó todo lo ocurrido con sus compañeros y la detenida.

Respecto a los primeros, se recomendó cuarentena y, en cuanto a la última, que debía ser personal del centro de Casetas quien la asistiera. La llamada a este último fue respondida, según las diligencias, de "malas formas". Añadieron que les dijeron que no se negaban a atenderla pero, si tenía coronavirus, debía ser el 061. Finalmente, fue una enfermera del 061 quien hizo un frotis bucal a la arrestada.

La mujer fue puesta en libertad sin necesidad de ser trasladad ante la autoridad judicial, ya que la titular del Juzgado de Guardia de ese día, el número 3, pidió que no la llevaran ante el riesgo de contagio. 

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