sucesos

Fallece el taxista agredido por un militar en la plaza de España de Zaragoza

La víctima, de 41 años, había mejorado y pasado a planta justo el jueves, pero este viernes sufrió una complicación. La autopsia determinará las causas del fallecimiento

La agresión se produjo a la entrada del Tubo de Zaragoza
La agresión se produjo a la entrada del Tubo de Zaragoza
Heraldo.es

Cristian F. S., de 41 años, falleció ayer en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde se encontraba ingresado desde el pasado 29 de enero, cuando fue agredido por un militar en la puerta de un bar en la plaza de España. La víctima sufrió un severo traumatismo craneoencefálico y los médicos lo tuvieron en coma inducido durante 43 días. 

Su estado fue grave e incluso crítico durante las primeras semanas, aunque finalmente había conseguido responder a los estímulos y había despertado y recuperado la consciencia. De hecho, ayer, jueves, salió de la unidad de cuidados intensivos donde había permanecido todo este tiempo y fue traslado a planta. Pero este viernes parece que sufrió una complicación pulmonar que desencadenó su muerte. Su cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Aragón para practicarle la autopsia y determinar las causas concretas del fallecimiento.

Cristian F. S., taxista de profesión, fue agredido presuntamente por José W. D. P., de 32 años, militar del Regimiento de Pontoneros de Zaragoza, en la madrugada de la festividad de San Valero. Ninguno de los dos se conocía con anterioridad y ambos se encontraban con sus respectivos amigos tomando una copa en el Gran Café Zaragozano.

Por motivos que se desconocen, se entabló una discusión entre ambos grupos. El personal de seguridad se percató de que iban bastante bebidos y estaban causando problemas y decidió expulsarlos del local para que solventaran fuera sus diferencias. 

Según declararon después los testigos ante la juez instructora del caso, en la calle, entre el café y La Pulpería, continuaron discutiendo acaloradamente, sobre todo dos de ellos, ninguno de los cuales era ni la víctima ni el agresor. Pero segundos después comenzaron los forcejeos y empujones, momento en el que se sumaron a la disputa José W. D. P. y Cristian F. S., siempre según han afirmado los testigos.

Un policía nacional libre de servicio que estaba casualmente allí observó que José W. D. tenía una actitud especialmente agresiva y llegó a dirigirse a él, mostrarle la placa y pedirle que se calmara. Pero el militar ignoró sus indicaciones y siguió discutiendo e increpando a Cristian F. S. y a su amigo Alejandro P.

En un momento dado, según los testigos, José W. D. lanzó un puñetazo en la cara al taxista, que cayó al suelo a plomo y quedó paralizado. Cuando el policía se acercó a socorrerlo, vio que estaba consciente pero no respondía a sus preguntas, tenía la respiración muy fuerte y sangraba por la nariz.

El agente y uno de los empleados de seguridad del Gran Café lograron, no sin esfuerzo, debido a su fuerte resistencia, reducir y retener al militar hasta que llegaron varias patrullas del 091. Cuando el soldado se calmó, según los testigos, dijo: "La he cagado porque estoy opositando para guardia civil. Yo no le he pegado, le ha pegado mi amigo". 

Los policías nacionales que acudieron al lugar identificaron a todos los participantes en los hechos, pero no llegaron a detener a ninguno, ya que las lesiones que presentaban Cristian F. S. y su amigo Alejandro P. no eran aparentemente graves. Pero, tras examinar al primero, los médicos detectaron un severo traumatismo craneoencefálico y le indujeron el coma.

La Policía, al conocer la evolución del herido, detuvo al militar como presunto autor de un delito de lesiones. Ante el juez aseguró no acordarse de nada de lo sucedido porque iba bastante bebido. Su abogado, Francisco García Berenguer, mantiene que, según las primeras investigaciones, parece que solo hubo un único puñetazo con el desgraciado desenlace que se produjo ayer.

La familia del fallecido se ha personado en la causa y, tal y como explicó ayer su letrado, José Luis Melguizo, ahora es necesario conocer el resultado de la autopsia para poder valorar qué cesión jurídica adoptar.

Aunque la Fiscalía pidió su ingreso en prisión por un delito de lesiones, la juez valoró su arraigo en Zaragoza y su profesión para dejarlo en libertad provisional con la obligación de presentarse semanalmente en el juzgado. 

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