coronavirus en aragón

Guantes azules para alparcear por el rastro

Los comerciantes de Zaragoza no creen que el coronavirus vaya a repercutir en las ventas y piden calma a los compradores. 

El rastro de Zaragoza registró la actividad habitual de cada miércoles.
El rastro de Zaragoza registró la actividad habitual de cada miércoles.
Raquel Labodía

En la explanada del parquin sur de la Expo todo transcurría ayer con casi total normalidad. El sol calentó con fuerza durante buena parte de la mañana sobre los puestos del rastro de Zaragoza, mientras los compradores –pocos, eso sí, pero como cada miércoles– ojeaban los productos. La presencia del Covid-19 se hacía notar, como en todas partes, porque acaparaba en buena medida los temas de conversación. Más allá de eso, y de algún cliente que optó por acudir al mercadillo con protección extra contra el virus, el ambiente era muy tranquilo.

"No creemos que el coronavirus nos vaya a afectar para nada –aseguró Ester Jiménez, presidenta de los comerciantes del rastro–. No hemos notado absolutamente ninguna problemática". Según indicó, de momento no han recibido ninguna instrucción por parte del Ayuntamiento de Zaragoza, y confían en que la situación se mantenga de la misma forma.

Entre ropa, manteles, colchas y sartenes, los vendedores daban la misma opinión y llamaban a la calma. Para Ruth, que acababa de despachar a una clienta en su puesto de medias, la preocupación de los ciudadanos está alcanzando un punto "desproporcionado". "¿Van en masa a los supermercados y no van a querer venir aquí?", bromeaba. "Que no tengan miedo, estamos al aire libre y muy tranquilos. No pasa nada, aquí todo está como siempre", sentenció Elvira, al tiempo que recolocaba unas prendas de ropa interior en el puesto vecino.

Unos metros más allá, varias clientas probaban los productos cosméticos que vendía César Borja. Entre ellas estaban María Luisa y Ana Rosa Torres, dos hermanas de Tarazona que aprovecharon su visita a Zaragoza para pasarse por el rastro y adquirir algún producto. Fueron precavidas, eso sí, y decidieron enfundarse unos guantes azules de látex para evitar el contagio. "Nos los hemos puesto porque aquí estamos todo el rato tocando cosas y más vale prevenir –contó María Luisa–. Es solo precaución". "Hacen bien", remató entre risas Borja, después de enumerar el precio de sus productos a otra clienta.

Pese a la protección extra, Torres aseguró que la expansión del virus no es algo que les preocupe especialmente y no creen que su día a día vaya a cambiar mucho: "Yo me voy a ir pronto de vacaciones a la República Dominicana y estoy tranquila, espero que todo vaya bien".

Poca clientela

Para Borja, ayer no hubo muchos compradores y se desplegaron pocos puestos, aunque no es algo extraño. "No sé si será por el coronavirus o no, pero cuando se acabe esta crisis cualquier otro miércoles estaremos igual", enfatizó. En este sentido, el gobierno PP-Cs ya anunció que parte de la lonja provisional de Murallas podría trasladarse a La Almozara para tratar de atraer más clientela.

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