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La lucha por sobrevivir de las tiendas de recuerdos del Pilar: adoquines, imanes… y algo más

El negocio de los 'souvenirs' recibió un fuerte mazazo durante la crisis del que aún no se ha recuperado. El cierre de ‘El Mañico’ es el símbolo de un sector en el que se intentan abrir hueco nuevas tendencias.

Las tiendas de recuerdos del entorno de la plaza del Pilar han sufrido una pérdida de ventas en los últimos años.
Oliver Duch

El nuevo año trajo el cierre de una de las tiendas de recuerdos más reconocibles de Zaragoza. ‘El Mañico’ dijo adiós en la calle de Alfonso I tras medio siglo vendiendo cachirulos, adoquines, frutas de Aragón y figuras de la Virgen. La desaparición de esta tienda es un pequeño síntoma del estado de salud general de la venta de recuerdos en las inmediaciones de la plaza del Pilar. Según dicen quienes viven de ello, cada vez se vende menos. En algunos casos, hasta el 50% menos que antes de la crisis. La caída que llegó después de la Expo fue muy acentuada, y la recuperación no llega “ni llegará”, como asumen algunas.

Cada vez hay menos turistas que buscan recuerdos. Y los que escudriñan las tiendas, escogen objetos cada vez más baratos. En el entorno de la plaza del Pilar sobreviven una docena de tiendas, tras el goteo de cierres, lento pero constante, de los últimos años. La mayoría ofrecen el habitual surtido de productos típicos en los que queda poco hueco para la innovación o para los diseños más modernos.

Zaragoza Olé, en la propia plaza del Pilar, es de las pocas que busca dar un aire algo distinto a sus productos. Los adoquines están en un rincón, y las tradicionales figuras de la Virgen no son hegemónicas en las estanterías. “Objetos clásicos hay que tener porque siempre hay quien los pide, pero ahora la gente se tira más por lo moderno”, apunta Cristina Martínez, dueña del negocio.

En este local lo que más se vende no son ni postales ni frutas de Aragón, sino “ropa y objetos para los bebés”. En muchos casos, a clientes de Zaragoza. Los imanes y los objetos más clásicos quedan para los turistas. “Los adoquines como son lo típico tienen que estar, pero no se vende mucho”, apunta Miriam Blasco, vendedora de la tienda.

Cristina Martínez, dueña de la tienda 'Zaragoza Olé' de la plaza del Pilar.
Oliver Duch

A solo unos metros, en ‘La Mañica’ -nada que ver con la recientemente cerrada ‘El Mañico’-, el concepto es diferente. Es una tienda tradicional, con objetos de toda la vida, que trata de aguantar el tirón de los tiempos que corren tras 30 años de historia. Antonio Rincón, su dueño, dice que las ventas han caído “un 30%” desde el final de la Expo. “La gente busca cosas pequeñas y baratas, de dos o tres euros”, apunta.

Por eso, el nuevo producto estrella de muchas de estas tiendas es el imán. “Es lo que más se lleva la gente”, apunta Victoria Martínez, de ‘Basiliscus’, en la plaza del Pilar. Desde que abrió en 2010 ha visto “tres o cuatro cierres” de tiendas parecidas. Según su experiencia, los productos con la imagen de la Virgen “cada vez se venden menos”, y hay turistas que buscan productos “que representen la arquitectura de la ciudad”, lejos de las imágenes religiosas tradicionales.

Pared con pared con esta tienda, justo enfrente de la basílica, abrió hace tres años ‘¡Qué majico!’, la tienda heredera de ‘Objetos del Pilar’, que cerró hace tres años en la calle de Alfonso I tras 76 años de vida. Ana Bosqued, su dueña, dice que la venta de recuerdos “ha caído muchísimo”. Lo achaca al auge del turismo chino que, según dice, “no deja nada de dinero” y a la caída del turismo religioso. “Hace un años un tiquet medio de venta era de 10 o 15 euros, y ahora es de dos o tres”, ejemplifica.

"“Hace un años un tiquet medio de venta era de 10 o 15 euros, y ahora es de dos o tres”

Laura Mateo, de la tienda ‘El Torico’ de Don Jaime I, dice que ahora “hay mucha variedad” de objetos para vender, por lo que “no hay un producto estrella”. Eso sí, señala que “la gente más joven va a hacia otro tipo de producto”, y que “las cosas de la Virgen quedan para las abuelas que lo llevan a sus hijos o nietos de recuerdo”.

Cerca, en la pequeña ‘sucursal’ que ‘La Mañica’ tiene en Don Jaime, Soledad Rincón coincide: “Los objetos que tienen que ver con la religión van a menos, por lo que la clásica imagen de la Virgen cada vez se ve menos”, señala. Esta vendedora, que lleva 31 años dedicada al negocio, señala que la bajada en las ventas ha podido reducirse “como un 50%”. “Pero es lo que hay, no queda más que sobrevivir...”, concluye.