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Diez productos aragoneses de éxito: de la tradición a la tecnología más puntera

Del Jamón de Teruel al pastel ruso, de las cintas de la Virgen del Pilar a las férulas de Exovite, estos son algunos de los emblemas de la comunidad

Los lacasitos, inconfundibles por su colorido y por su sabor
Los lacasitos, inconfundibles por su colorido y por su sabor
Heraldo.es

Algunos son muy conocidos, otros van dirigidos a un público muy concreto. Los hay naturales, otros elaborados de forma artesanal y también están los que exigen arduos procesos tecnológicos. Pero todos coinciden en algo: son productos aragoneses que trascienden las lindes de la comunidad y han triunfado en el exterior. Estos son diez de los más representativos.

Lacasitos.

Pocos productos aragoneses de connotaciones más positivas que los Lacasitos. Nacidos en la década de los ochenta, son quizás el dulce más popular a nivel nacional. Comercializados por Chocolates Lacasa, es muy difícil sustraerse a su variedad de colores. Con el tiempo, la compañía ha aumentado la gama de productos con lacasitos, desde grandes lapices a tabletas de chocolate. Hasta 30 millones de grajeas salen al año de las tres plantas del grupo zaragozano.

Cervezas Ambar.

Si cada comunidad autónoma tiene su cerveza propia, Aragón es Ambar. Junto a la propia producción cervecera, La Zaragozana se prodiga como pocas compañías en la comunidad por integrarse en actividades deportivas y culturales, de forma que ha conseguido dotar de ubicuidad a la marca Ambar en Aragón. En unos meses, además, echará a andar su nueva fábrica en La Cartuja, con la que podrá alcanzar 240 millones de litros de cerveza al año.

Semirremolques de Lecitrailer.

No solo de Opel vive la automoción aragonesa. Lecitrailer, cuya sede central se ubica en el zaragozano barrio de Casetas, inició en 1990 su actividad como fabricante de semirremolques para camiones y en la actualidad copa más de una cuarta parte del mercado nacional, y es también referencia en el ámbito europeo. En la actualidad cuenta con una plantilla de más de 850 empleados y la superficie de sus instalaciones abarca más de 431.000 metros cuadrados.

Jamón de Teruel.

En una tierra marcada por las reivindicaciones ante la despoblación, el jamón de Teruel pone en el mapa como pocos productos la provincia. Fue la primera denominación de origen de un jamón en España y nació a iniciativa de las instituciones públicas aragonesas en los años ochenta. Los estrictos parámetros de producción que permite la DO garantizan el éxito de este producto, que superó el año pasado las 355.000 piezas.

Pastel Ruso.

El pastel ruso de Ascaso
El pastel ruso de Ascaso
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Otro dulce que sirve de embajador de Aragón es el pastel ruso, que comercializa en exclusiva la pastelería oscense Ascaso. Su receta es aún un misterio que guarda con celo el ‘patriarca’ de la compañía, Vicente Ascaso. Con avellana, almendra, clara de huevo y espuma de praliné (más el mencionado toque secreto), el pastel ruso es el postre perfecto para cualquier celebración. Recientemente trasladó su producción a un nuevo obrador en la Plataforma Logística de Huesca Sur.

Frutas de Aragón.

Uno de los trofeos a producto tradicional de la comunidad tiene que ir inevitablemente para las frutas de Aragón, también conocido como bombón de frutas, un dulce de característico sabor, que proviene de su carácter confitado y su cubierta de chocolate. De elaboración artesana, las originales provienen al parecer de la confitería La Española, en la calle Don Jaime I.

Cintas de la Virgen del Pilar.

Están en los retrovisores de los coches, en las muñecas, en los cascos de las motos: por todas partes. Las cintas de la Virgen del Pilar, con sus 36,5 centímetros de longitud -la altura de la talla de la Virgen-, son ya algo más que un símbolo religioso y de culto: suponen el candado que une a los zaragozanos y a su ciudad. Su origen se remonta al siglo XVII y ofrece un elenco de colores, cada uno correspondiente a un estado de ánimo.

Melocotón de Calanda.

Melocoton de Calanda. Foto Antonio Garcia. 18-09-09
El melocotón de Calanda
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Otra denominación de origen turolense de reconocido prestigio, en este caso del Bajo Aragón es la del melocotón de Calanda. Su producción, que se remonta a la Edad Media, abarca 45 municipios y ronda los 4 millones de kilos al año, siempre en función del clima. Una cuarta parte se destina al mercado exterior, con la Unión Europea como principal cliente. Además, lo natural no es óbice para que la DO trabaje desde hace años en la mejora genética del fruto.

Férulas en 3D de Exovite.

También la innovación tecnológica tiene su hueco en Aragón. Y un buen representante es Exovite, surgida en 2015 y que ha desarrollado un exitoso sustituto de la tradicional escayola para reparar huesos rotos: una férula hecha con tecnología 3D que se puede adaptar a distancia al usuario y que incluye un sistema para rehabilitar la extremidad desde el primer momento.

Bicicletas de Electric RG.

La ‘batalla’ por la movilidad urbana tiene un integrante autóctono: Electric RG, impulsada por los hermanos José y Ángel Baigorri -de solo 27 y 24 años- y que ha ensamblado sus propias bicicletas eléctricas. Con un llamativo color azul, sus impulsores desplegaron hace unos meses por las calles de Zaragoza sus vehículos para competir con los patinetes, las motos eléctricas y las bicis tradicionales.

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