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Las calles poco iluminadas, un problema "de siempre", pero no de todos los barrios

Todos los distritos, a excepción de algunos de los nuevos, tienen localizada alguna vía en la que la luz brilla por su ausencia.

El parque de los Tapices, en Parque Goya II
José Miguel Marco

Un informe presentado esta semana alertaba de que siete de cada diez chicas adolescentes tienen miedo de ir por la calle y que casi la mitad de las jóvenes han sido objeto de "comentarios o gestos incómodos sobre su cuerpo". El estudio, elaborado por la oenegé Liga Española de la Educación, hace hincapié en que el problema se agrava en determinadas zonas de las ciudades. Y esto ocurre, sobre todo, cuando cae la noche en aquellos enclaves con iluminación deficiente.

Porque las luces y las sombras van por barrios, también en Zaragoza, donde los distintos portavoces vecinales reconocen que, en líneas generales, la ciudad goza de una buena iluminación, si bien en la práctica totalidad de los distritos se localizan varios puntos en los que se echa de menos algún kilovatio. Es el caso de La Paz. "En los últimos presupuestos participativos luchamos por atajar este problema en el entorno del colegio Blecua y la Cuarta Avenida. Es una situación persistente, de siempre. Las farolas son antiguas y poco eficientes y, por si fuera poco, el crecimiento de los árboles por debajo termina por aislarlas", apunta José Luis Villalobos, de la asociación vecinal de La Paz, a la vez que pide "un empujón en este sentido en lugar de invertir en iluminación navideña".

Cada barrio, un punto de vista

En las Delicias, el barrio más popular de la capital aragonesa, "se acometió una renovación en varias calles hace unos años", recuerda José Luis Zúñiga, de la asociación Manuel Viola, quien destaca que "quedan muchas calles en penumbra que mucha gente evita cuando se hace de noche: Navas de Tolosa, Italia o grandes avenidas como Unceta o Duquesa Villahermosa. Incluso en la plaza de la calle Delicias donde tenemos la sede se hace de noche cerrada a diario".

La soledad de uno de los iconos de la ciudad, el puente de Piedra, también lo convierte en un punto incómodo para las jóvenes al caer la noche. "Hemos recibido varios comentarios en este sentido, ya que se trata de un paso encajonado, sin vecinos. Es uno de los motivos por los que nos oponemos a la peatonalización, ya que este problema se agravaría, sobre todo entre semana, cuando la zona es más solitaria", reconoce Rafael Tejedor, de la asociación Tío Jorge del Arrabal. En todos los distritos antiguos se destacan varios tramos por este motivo. En el entorno de la calle Alfonso, una de las mejores iluminadas de la ciudad, se pueden encontrar algunas calles como Olmo, Torre Nueva, Ciprés o Contamina. "Son calles cortitas, pero en las que, junto al ocio nocturno, pueden darse situaciones de incordio a chicas, sobre todo entre semana, cuando hay personas en estado etílico y no hay apenas gente alrededor", subraya Iván Mestre, de la asociación Vía Romana.

En La Madalena y el entorno del Rollo, pese a sus distintas problemáticas, no consideran que la falta de farolas sea una de las más relevantes. Lo mismo ocurre en uno de los últimos barrios en abrirse paso, Arcosur, donde según su organización vecinal "se concentra el mayor número de lúmenes (la medida de la luz) por metro cuadro de Zaragoza y hasta el nuevo potrero tiene una iluminación propia que se puede encender y apagar a demanda".

Cientos de quejas

El servicio de sugerencias del Ayuntamiento recogió el año pasado más de 1.600 quejas por la falta de iluminación en las diferentes vías, convirtiéndose en el quinto problema que más citan los zaragozanos.