medioambiente

Adiós a los dos pinos "supervivientes" de la calle de Bruno Solano en Zaragoza

Tras una intensa lucha vecinal, los técnicos municipales del Ayuntamiento de la capital aragonesa talaron este lunes los dos últimos ejemplares que quedaban en la vía, donde antes había 8 pinos.

La intensa lucha de los vecinos de la calle de Bruno Solano de Zaragoza para salvar los dos últimos pinos que quedaban en la vía zaragozana tras la tala de otros seis ejemplares con motivo de las obras de peatonalización allí acometidas se saldó este lunes con un final amargo y es que los técnicos municipales de Parques y Jardines procedieron a cortar a los dos "supervivientes" para poder continuar con las obras de acondicionamiento que están aprobadas en esa calle, según explican desde el Ayuntamiento de Zaragoza.

"La sensación es bastante agridulce porque finalmente, y tras un largo mes de negociaciones y de exponer a los responsables de Urbanismo y Parques de Jardines nuestras inquietudes, los dos pinos han desaparecido", ha lamentado este martes Raquel Sanz, una de las vecinas que hace unos dos meses se plantó, junto a otras madres del colegio Basilio Paraiso, como Agustina de Aragón frente a los dos ejemplares para impedir que fuesen talados. Y en ese momento, lo consiguieron.

La tala de los pinos se fue retrasando en el tiempo y consiguieron aplazarla hasta que este lunes se tomó la decisión por parte del Ayuntamiento de Zaragoza de cortar los pinos para poder hacer efectivas las obras de peatonalización. "Nos reunimos en varias ocasiones con especialistas para ver qué soluciones había y evitar que desapareciesen y también propusimos al Consistorio algunas alternativas como peatonalizar la calle en un solo tramo, pero todas fueron rechazadas. En el momento de la tala se nos explicó que al haber eliminado ya seis de los ejemplares los otros dos ya estaban condenados porque carecían de la protección de los otros", ha añadido Sanz. 

A pesar de "haber perdido unos ejemplares que llevaban en el barrio muchísimo tiempo y que servían para dar sombra, cobijo para los pájaros, para paliar las emisiones contaminantes de los coches y dar alegría en general", los vecinos de Bruno Solano se muestran satisfechos por haber conseguido que se les tenga en cuenta a la hora de tomar decisiones, al menos en parte.

El Ayuntamiento de Zaragoza dispone de una ordenanza de Protección del Arbolado Urbano que establece que todos aquellos ejemplares que supongan un peligro para la seguridad de la población y la salud pública, y que así se demuestre con un informe técnico, podrán ser talados. Además, también se requiere dicho informe para autorizar aquellos casos de modificaciones y obras en la vía en los que la poda del arbolado sea la única medida para poder acometerlas.

Una tala necesaria

En este sentido, el movimiento vecinal junto a los representantes de asociaciones como Ansar (Asociación Naturalista de Aragón), Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra Aragón o el Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (Cerai), enviaron hace unas semanas un escrito al Consistorio zaragozano en el que exigían "las razones por las que se procedió al apeo de los seis pinos sin que se respondiera a una necesidad de urgencia" ya que durante las reuniones mantenidas con los responsables municipales no tuvieron constancia de esos informes, según cuentan.

Desde el Ayuntamiento de Zaragoza explican que "la tala de los árboles era algo imprescindible para poder continuar con las obras de renovación de las infraestructuras que están aprobadas en esa calle". Además, estas fuentes municipales han añadido que una vez que acaben las obras "en las que se está trabajando para que puedan concluir en el plazo más breve posible", está prevista la plantación de arbolado nuevo.

A pesar de ciertas discrepancias, desde el movimiento vecinal quieren recalcar que la relación con el Ayuntamiento de Zaragoza "siempre ha sido buena porque han estado abiertos a escucharnos y han sido capaces de paralizar la tala por un grupo de vecinos, aunque no haya tenido final feliz", ha asegurado Raquel Sanz quien asegura que "la protección de los vecinos es siempre lo primero, pero hay que tener también consideración con el arbolado urbano y no talar árboles a la ligera que ni están afectados ni entrañan ningún peligro porque son importantes para muchos vecinos". 

La realidad, según cuenta el Consistorio zaragozano, es que los árboles talados sí que presentaban problemas con las raíces por lo que "tarde o temprano habría que haberlos retirado ya que podrían haber supuesto un riesgo si hubieran caído".

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