TARAZONA Y EL MONCAYO

La cámara abacial recibirá a los clientes del parador de Veruela

El futuro establecimiento ofrecerá casi 90 habitaciones en las celdas de los monjes y permitirá disfrutar de un tesoro patrimonial que ha permanecido oculto durante años.

Hace más de una década se puso la primera piedra del futuro Parador Nacional de Turismo en la parte barroca del monasterio de Veruela. Hoy, y tras años de retraso, la obra para convertir las antiguas estancias de los monjes en un establecimiento hotelero de calidad está lista. Sin embargo, todavía habrá que esperar hasta verano de 2020 para que abra sus puertas al público. Cuando este proyecto se convierta por fin en realidad, los visitantes podrán disfrutar de tesoros arquitectónicos y patrimoniales que han permanecido ocultos y que resumen la rica historia de este complejo.

La imagen más reconocible, y una de las pocas que había trascendido del parador hasta este momento, es la fachada donde dan las celdas, que se han reconvertido en 87 habitaciones dobles, cuatro de ellas tipo suite. La entrada, donde se ubicará la recepción, es la cámara abacial. De ahí se accederá al ‘scriptorium’, del siglo XIII, una sobria estancia con grandes columnas de piedra que en su día era la sala de los monjes y que ahora será cafetería.

El tránsito entre el monasterio medieval y el llamado nuevo (siglo XVII) lo constituye una amplia estancia cubierta con una cúpula donde están representados los monjes benedictinos y cistercienses, y que corona una singular escalera por la que se llega a las salas superiores. Los dormitorios se disponen en las antiguas celdas, que ya en el siglo XIX sirvieron de alojamiento para viajeros. Uno de los visitantes más ilustres fue el poeta Gustavo Adolfo Bécquer.

El llamado dormitorio cisterciense, o Salón de Reyes, se destinará a un comedor para banquetes, que tendrá capacidad para albergar hasta 600 personas. Y si hiciera falta más espacio todavía se puede utilizar la capilla de los jesuitas, que posibilitará tener más sitio para recepciones. La biblioteca del siglo XVI, con un bello artesonado de madera que se construyó a imagen de otro del Palacio Arzobispal de Zaragoza, será sala de lectura. En uno de los laterales de esta dependencia es donde se prevé acondicionar la escalera de evacuación de incendios, un equipamiento que habría retrasado la apertura de esta esperada infraestructura hotelera y que, según dijo Reyes Maroto, la ministra en funciones de Industria, Comercio y Turismo en una reciente visita, ya se ha licitado y tendrá un coste de 300.000 euros.

Las grandes cifras que rodean a este proyecto dan una idea de su complejidad: la primera piedra se puso en 2008, tres años después de la firma del convenio entre la Diputación de Zaragoza, propietaria del complejo, y Turismo. En la actuación se han invertido más de 24 millones de euros (de ellos 22 han sido asumidos por el Ejecutivo central y dos proceden de fondos propios de la DPZ). El futuro parador ocupa unos 10.000 metros cuadrados. El parquin subterráneo contará con 90 plazas aproximadamente y habrá un ascensor que conectará con el interior.

Luz verde a la cafetería en el Museo del Vino

El Ayuntamiento de Vera de Moncayo ha aprobado la licencia para que la Diputación de Zaragoza inicie las obras para transformar una terraza semicubierta en el edificio que alberga el Museo del Vino del Campo de Borja en una cafetería y restaurante para dar servicio a los visitantes que llegan al monasterio de Veruela.

La alcaldesa, Marta Azagra, confirmó que el Consistorio dio luz verde a esta licencia el miércoles día 22 de mayo, con los votos a favor de PSOE y PP y la abstención de Ciudadanos. El proyecto ya contaba con el informe favorable de la comisión correspondiente.

El presupuesto de esta actuación ronda los 260.000 euros y permitirá acondicionar un gran espacio situado en la parte superior de edificio situado justo a la entrada del complejo patrimonial, que recibe a alrededor de 60.000 turistas al año. La idea es que funcione como establecimiento hostelero, con un comedor de 120 metros cuadrados aproximadamente. Los trabajos se podrían adjudicar en unos tres meses y el plazo de ejecución se prevé que no se prolongue más de 16 semanas. La explotación y gestión del servicio saldrá luego a concurso.

Este es uno de los proyectos que la DPZ impulsa para dotar de servicios complementarios al establecimiento hotelero que está construyendo el Instituto de Turismo de España (Turespaña) como futuro parador. La ministra en funciones de Industria, Reyes Maroto, anunció en una visita al edificio hace unos días que podría abrir sus puertas en verano de 2020, tras 14 años de retraso.

Entre los planes de la Diputación figuraba la puesta en servicio de la hospedería que se construyó en la casa de ejercicios en 2006 y el acondicionamiento del palacio abacial para usos culturales.

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