La víctima del crimen de la maleta no se llegó a defender

El cadáver no tenía señales de defensa, por lo que es posible que J. M. V., de 48 años, fuera atacado por la espalda o cuando dormía.

El cadáver fue hallado en este piso de la calle Vía Verde.
El cadáver fue hallado en este piso de la calle Vía Verde.
José Miguel Marco

Jonathan Witmar B. N., de 26 años, en prisión preventiva como presunto autor del llamado crimen de la maleta, atacó a su víctima cuando se encontraba probablemente dormida. Según se recoge en el auto de prisión, el fallecido, vecino de Madrid cuya identidad responde a las iniciales J. M. V., de 48 años, fue golpeado repetidas veces en la parte posterior de la cabeza con un objeto contundente y romo, que podría ser un martillo.

El cadáver no presentaba lesiones que permitan afirmar que el hombre se defendiera de su agresor, lo que indica que o bien estaba dormido cuando fue agredido o se encontraba totalmente desprevenido y de espaldas al homicida.

Tras acabar con su vida, el criminal introdujo su cuerpo en una maleta de grandes dimensiones con la intención de deshacerse del cuerpo. Sin embargo, no le dio tiempo ya que el 22 de diciembre, pocos días después del crimen, fue encontrada por un inquilino de la vivienda al que Jonathan Witmar B. N. le había subarrendado una habitación.

El móvil del homicidio parece ser sexual, pues los agentes encontraron elementos que les permiten afirmar que existía una relación pasional o sentimental entre los dos varones. De hecho, se habían conocido a través de una aplicación online de contactos homosexuales.

J. M. V. se había desplazado a Zaragoza a mediados de mes en su furgoneta para ver a Jonathan Witmar B. El 18 de diciembre, su familia, alarmada por no poder contactar con él por ningún medio, denunció su desaparición en la comisaría del madrileño distrito de Hortaleza.

El 24 de diciembre, dos días después del hallazgo del cadáver, la Policía detuvo al joven guatemalteco como presunto autor del homicidio. El sospechoso vivía en el número 1 de la calle Vía Verde, en el barrio Oliver, y al parecer subarrendaba habitaciones para encuentros sexuales y como una forma de ganarse la vida.

Al fin y al cabo, llevaba poco tiempo en España puesto que había llegado de Guatemala hacía unos meses, después de haber sido absuelto –junto a su padre y un tercer implicado– del asesinato de otro varón. Este crimen fue cometido en marzo de 2015 en una ciudad guatemalteca y también tuvo evidentes tintes sexuales, pues los agresores cercenaron el pene de la víctima y luego lo pusieron en la boca a Jonathan Witmar al que maniataron en su casa en un intento, según mantuvo la Fiscalía de aquel país, de fabricarle una coartada y alejar las sospechas de la Policía sobre él.

El fiscal de Guatemala recurrió el archivo del caso y, al parecer, ha sido reabierto.

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