sanidad
Los accesos al hospital de Alcañiz tropiezan con dos cerros inestables
La empresa que construye el vial explica a los vecinos que cubrirá con malla metálica uno de los montículos y desmontará las zonas más frágiles.
La presencia de dos colinas inestables centra las preocupaciones en los dos primeros meses de obra de ejecución del vial de acceso al hospital de Alcañiz, actuación que coincide en el tiempo con la cercana remodelación del Paseo Andrade y cuyo avance ha motivado este martes una reunión con los vecinos de la zona en el Ayuntamiento de la capital bajoaragonesa. Entre las preocupaciones de los residentes no se encuentra la afección de los trabajos al tráfico rodado porque se garantiza al menos una ruta de salida y acceso a los inmuebles durante la ejecución de los accesos al centro hospitalario.
El ruido, el tráfico pesado y, sobre todo, esos cabezos de roca centran la prioridad tanto de los vecinos como de los trabajadores. Hasta tal punto que, tal y como explicó el jefe de la obra del vial, Carlos Azuara, se actuará "dentro de la zona de obra y también en el exterior, aunque no corresponda con el terreno del vial", con el objetivo de garantizar la seguridad en los trabajos y en los inmuebles cercanos. Para ello, se cubrirá con malla de doble sujeción el mayor de los cerros para sostener posibles desprendimientos.
Y se realizará un trabajo de extracción y retirada de rocas en aquellas zonas que presenten mayor inestabilidad, al modelo de lo que se realizó durante los primeros meses de obras de emergencia en el cerro Pui Pinos. Habrá, pues, cierta intensidad de tráfico pesado en la zona, por lo que tanto Azuara como el alcalde de Alcañiz, Miguel Ángel Estevan, pidieron «paciencia» a los vecinos. «Tendremos que convivir todos», resumió el jefe de obra. Además, con intensidad en el ritmo de los trabajos, pues la intención de la empresa adjudicataria es comenzar lo antes posible con la nueva rotonda de entrada a Alcañiz desde Caspe, infraestructura de nueva construcción que se ubicará 200 metros antes del actual cruce.
Carlos Azuara garantiza una interlocución constante con la ejecución de las obras del Paseo Andrade de tal manera que se habilitará siempre un acceso viario para todas las urbanizaciones de este sector del norte de Alcañiz. Eso sí, la señalización indica que ese acceso y esa circulación están restringidos únicamente a los residentes de la zona. De tal manera que Policía Local tiene preparados controles preventivos en los aledaños para asegurar que no accedan otros conductores. Los cortes de Paseo Andrade y del camino Val de Zafán han derivado el tráfico alcañizano hacia el Corcho y el eje Ronda de Belchite-Avenida Aragón, lo que complica la circulación sobre todo en horas punta por la mañana y la tarde.
El medio centenar de vecinos congregado en la reunión del Ayuntamiento plantea diversas inquietudes relacionadas con la accesibilidad, los suministros y la evacuación de aguas una vez que esté lista la futura avenida del hospital, de 1,2 kilómetros con doble calzada y con doble carril para cada sentido. Para evitar afecciones y posibles desperfectos, vecinos y contratistas han acordado un trabajo de documentación gráfica de las zonas limítrofes más cercanas a los inmuebles, con el objetivo también de afinar acabados en la ejecución de la obra.
Carlos Azuara mantiene marzo de 2025 como plazo de finalización de este nuevo vial al hospital. La obra fue adjudicada a la UTE Vial de Alcañiz por un presupuesto de 9.167.837 euros. Se proyecta un tramo comprendido entre el cruce con la N-211 –carretera a Caspe– y el final de la parcela del futuro hospital de Alcañiz aún en obras; en total, 1,2 kilómetros de vía urbana.
