Hosteleros y peñas buscan camareros para unas fiestas del Ángel que se prevén multitudinarias en Teruel

Los panaderos esperan vender 20.000 regañaos, un 5% más que en 2022, y las tiendas ya han tenido que reponer existencias en ropa vaquillera.

Camareros, este domingo, trabajando en las terrazas del centro de Teruel
Camareros, este domingo, trabajando en las terrazas del centro de Teruel
Antonio García / Bykofoto

Conseguir camareros para poder dar servicio a todos los vecinos y visitantes que vivirán la Vaquilla se ha convertido en el caballo de batalla de los hosteleros de Teruel. A pocos días de que comience el fin de semana grande de las Fiestas del Ángel, no todos los establecimientos han logrado reforzar su plantilla, al escasear los trabajadores en un sector que exige cada vez más preparación y no entiende de horarios.

"Nos está costando mucho encontrar personal; vamos a tener que recurrir a gente de municipios cercanos porque en Teruel no hay paro y mucho me temo que, como otras veces, habrá que reclutar incluso a familiares", explica el hostelero y presidente de la Asociación de Empresarios Turísticos de Teruel, Roche Murciano.

Fernando Polo, gerente de un bar-restaurante ubicado en pleno centro de Teruel, ha tenido que ofrecer el doble del salario para poder contratar personal extra. Aún así, explica, no le ha resultado fácil seleccionar a los empleados, pues muchos de los candidatos confesaban abiertamente que también querían tener días libres para disfrutar de la fiesta.

Los hosteleros calculan que son necesarios unos 800 camareros para atender al aluvión de clientes que acuden durante los tres días de Vaquilla, que en esta edición serán los próximos 8, 9 y 10 de julio. El resto del año unos 400 profesionales trabajan en el sector, por lo que, al llegar las Fiestas del Ángel, hay que buscar a otros tantos.

Veinte barras de bar en la calle

Solo las 20 peñas que existen en Teruel ya requieren alrededor de 300 camareros, a razón de 15 por cada una, pues todas instalan en la calle una barra de bar en la que se sirven bocadillos y bebidas. A ellas se suman el medio centenar de establecimientos de restauración de la ciudad, que incrementan su plantilla habitual en una media de entre dos y tres personas.

Juan Ciércoles, dueño de un hotel y presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (Ceoe) en Teruel, explica que tendrá que traer personal de Zaragoza para poder servir todos los almuerzos que le han encargado cinco peñas. "Hay un problema serio con la falta de personal y alguien debería buscar solución", afirma preocupado.

Se espera que esta Vaquilla supere a la de 2022 en afluencia de visitantes. La del año pasado ya registró cifras récord como revancha tras dos ediciones suspendidas por la pandemia. El efecto continúa, acrecentado por un menor temor al contagio de covid.

Tienda Smile de Teruel preparando la ropa vaquillera.
Tienda Smile de Teruel preparando la ropa vaquillera.
Antonio García / Bykofoto

"Hay unas ganas locas de fiesta", asegura Jorge Sanz, gerente de la cadena de panaderías Horno Sanz. En su obrador se van a elaborar desde hoy y hasta el próximo lunes -cuando los peñistas retiren el pañuelo al Torico-, 6.000 regañaos, un 5% más que el año pasado, en previsión de una mayor demanda.

Sanz, presidente de la Asociación de Panaderos de Teruel, calcula que en esta Vaquilla se consumirán, "seguro", 20.000 regañaos. Se trata de un producto típico elaborado con masa de pan sobre la que se hornea jamón, sardinas o longaniza y lomo en conserva con pimientos rojos. Quince obradores de Teruel y pueblos próximos ya están al 100% de actividad para abastecer a la capital.

También Rocío Sanz tiene la sensación de que estas fiestas superarán en afluencia de gente todas las expectativas. En su tienda de ropa, ‘Casa Germán’, ya ha habido que reponer las existencias de casacas y fajas, tras agotarse estas dos prendas del atuendo vaquillero dos semanas antes de que empiecen las fiestas.

"A los turolenses nos gusta estrenar, ir de guapos, y claro, renovamos la indumentaria con frecuencia", señala Rocío, tercera generación de comerciantes en ‘Casa Germán’. Según explica, 42 euros son suficientes para vestir a un niño de vaquillero, con camiseta, pantalón, pañuelo, faja y casaca. El equipo de adulto cuesta 59 euros. Asegura que "hay mucho ambiente por la calle y la gente está ansiosa por disfrutar de la fiesta".

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