El temporal pierde intensidad después de afectar a 30 carreteras en Huesca y Teruel
Se mantiene el riesgo fuerte de aludes en el Pirineo. Se han podido reabrir los pasos fronterizos de Portalet y Bielsa pero siguen cerrados los accesos a Llanos del Hospital y el balneario de Panticosa.
La borrasca 'Mónica', que ha azotado este sábado el Pirineo aragonés y ha llevado también la nieve a la provincia de Teruel, va perdiendo intensidad, después de una madrugada y una mañana plagada de incidencias en las carreteras aragonesas, donde hasta 30 tramos viarios han sufrido restricciones.
El riesgo de aludes mantiene cortados los accesos al balneario de Panticosa y los Llanos del Hospital de Benasque, cerrados preventivamente el viernes, pero se han podido reabrir los pasos fronterizos del Portalet, en Sallent de Gállego, y Bielsa. En este ha caído una pequeña colada de nieve en la calzada, sin consecuencias.
La nevada ha llegado a cotas relativamente bajas. A primera hora de este sábado nevaba en el puerto de Monrepós y también más abajo de Aínsa, en el Eje del Cinca. Prácticamente todos los puertos de montaña del norte de la provincia de Huesca han necesitado el uso de cadenas y la circulación ha estado prohibida para camiones y autobuses.
En total se han visto afectados unos 400 kilómetros de carreteras. Entre ellas, algunas de la red principal, como la N-260, en Fiscal; la N-330, en Canfranc; o la N-230, en Montanuy. También las vías autonómicas que atraviesan los valles de Benasque (A-139) y de Tena (A-136) y el Eje del Cinca (A-138); así como numerosas rutas secundarias. En la provincia de Teruel la nieve ha afectado a localidades como Frías de Albarracín, Orihuela del Tremedal o Tramacastilla.
El temporal ha dejado hasta 30 centímetros de espesor por encima de 800 o 900 metros, que se suman a los 20 caídos el viernes. Pero la Aemet ha reducido el nivel de riesgo para el domingo, de naranja a amarillo. En el Pirineo se esperan 5 cm en torno a 1.100 m, aunque se darán nevadas puntuales a partir de 900-1.000 m. Lo mismo en la zona de Albarracín y el Jiloca a partir de 1.300 metros.
En esta situación no es extraño que el riesgo de aludes haya aumentado al nivel 4 de 5 en las cuatro comarcas del Pirineo por encima de 2.000 metros de altitud. El peligro de avalanchas aconsejó el viernes el cierre preventivo de las carreteras del balneario de Panticosa y los Llanos del Hospital de Benasque y aunque en algún momento ha estado cerrados los pasos a Francia por Portalet y Bielsa, se han podido reabrir a lo largo de la mañana del sábado.
En el caso del segundo, durante la madrugada cayó una colada de nieve en la parte española, a unos 500 metros del túnel, que aconsejó corta el tráfico por si era un indicio de posibles aludes de mayor gravedad. Ocurrió lo mismo en la parte francesa. Pero después de probar los sistemas de desencadenamiento de avalanchas se vio que el manto era estable y se pudo reabrir el paso internacional por la comarca del Sobrarbe.
Desde la noche del jueves, se han acumulado en este paso fronterizo 40 centímetros de nieve, según explicó Andrés Olloqui, director de Infraestructuras Transfronterizas de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT) Pirineos-Pyrénées. La pérdida de intensidad del temporal supone "un respiro", comentó, después de tres fines de semana seguidos de borrascas.
Estas nevadas son las que han permitido a las estaciones ampliar sus dominios esquiables. Este sábado el temporal ha limitado el número de pistas abiertas, lo que no ha impedido a miles de aficionados aprovechar la jornada para disfrutar de la nieve reciente. Para este domingo, aumentará la superficie. Formigal-Panticosa tendrá disponibles 142 kilómetros, con espesores que van de los 90 centímetros a los 2,5 metros. En Cerler habrá 45 kilómetros y en Astún-Candanchú sumarán 87 kilómetros y espesores de casi 3 metros.
